Golpes al gobierno y un dueto con Barticciotto: la revancha de Pedro Ruminot en el Festival

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En la noche final, Ruminot fue el encargado de hacer reír a la Quinta Vergara. Con un libreto cargado por los mensajes políticos, el ex Club de la Comedia logró una presentación bastante más maciza que en su debut. El humorista también se dio el lujo de tocar en el escenario con el exfutbolista Marcelo Pablo Barticciotto. Se llevó todos los premios.


La primera vez no le dejó un buen sabor de boca. Arrancó bien, gaviota-de-plata-mediante, pero no logró sostener la conexión con el público y culminó apurado, dubitativo, incluso entre algunas pifias. Un chiste en particular, de aspecto religioso, que proponía a Jesús como líder de una pandilla, generó el disgusto en la Quinta Vergara. "Me engolosiné y quise seguir", se excusaría después ante los flashes. Pedro Ruminot, en 2016, no respondió al cartel que lo precedía: la rutina del que era uno de los rostros fuertes de El club de la comedia y fundador del podcast Tierra 2 —junto a Felipe Avello— distó de lo que lograran sus colegas, Edo Caroe o Natalia Valdebenito, las noches anteriores. Quizás por eso subirse nuevamente al escenario de Viña era, de alguna manera, una revancha para el exnotero pobre.

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En esta oportunidad, Ruminot rápidamente entró en confianza sostenido en un público que lo respaldó desde el inicio. Con una cortina reggaetonera que dio espacio a gritos nacidos en las movilizaciones, se echó al público en el bolsillo. Seguramente también algo tuvieron que ver los reiterados mensajes que fue sumando en contra de las autoridades.

"Piñera hoy dijo que quería quemar la quinta. Él todo lo que dice no se cumple, así que podemos estar tranquilos", pegó de entrada. "Lo voy a nombrar varias veces, así que no pifien", advirtió, antes de mofarse de su bajo nivel de aprobación y de "acordarse" de sus hombres de confianza, como el ministro Mañalich y el exInterior Chadwick.

"Las calles ahora son nuestras y no hay que soltarlas, hay que seguir luchando y marchando por lo que merecemos", diría después, recibiendo los aplausos del respetable. Ruminot también aprovechó el contexto político para interactuar directamente con el público, acaso marcando una diferencia con lo que propusieron sus compañeros. "¿Todos queremos que se acabe el gobierno?", arriesgó, recibiendo la aprobación de la Quinta Vergara. "La Cadem está hecha", remató.

En la rutina, donde también habló de su relación con Alison Mandel, del que será su primer hijo juntos, de su vínculo familiar e incluso hizo una radiografía del chileno en el extranjero, el de El club de la comedia también repasó al cuestionado frontman de Maroon 5: "Adam Levine, puta que erís pesao', conchetumare".

"Muchachos, ustedes tienen que cambiar este país —volvió pronto a la carga, hablándole a Álvaro, un joven de entre el público—. En los noventas fuimos cobardes, no hicimos nada. Frei Ruiz-Tagle fue un Presidente terrible. Ustedes tienen que recuperar el agua, la luz, las carreteras. Que se acaben las AFP".

Más tarde, quizás en uno de los momentos que quedarán grabados de esta edición, Pedro Ruminot sorprendió invitando al escenario a su ídolo de infancia, Marcelo Barticciotto, para interpretar juntos "Ya nada es importante", como hace un par de décadas cantara el exfutbolista con Keko Yunge. El propio exdelantero de Colo Colo le entregó minutos más tarde la Gaviota de Plata al humorista. Y rápidamente se le sumó la de oro. Ruminot le dedicó sus premios a Gustavo Gatica, Fabiola Campillay y al "Neko", algunas de las víctimas durante las movilizaciones.

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Para cerrar, durante el bis, el humorista también invitó al escenario a El Símbolo, que cantó "1, 2, 3", "Levantando las manos" y "No te preocupes".

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