Las lecciones de Sex Education

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Calificar la ficción de Netflix estrenada en enero de 2019 como "otra serie adolescente más", es un error rotundo: es una revolución en formato de ocho episodios. Con una estética ochentera que sitúa la historia en un extraño limbo de lo retro y lo moderno, la producción de dos temporadas se atreve a tratar temáticas reales sin tapujos, oscilando libremente entre lo que -aún- se considera tabú y aquello que parece tan obvio que se pasa por alto.


Ya la primera temporada de Sex Education se atrevió a hablar de la masturbación con la normalidad que merece, y lo hizo por medio de los consejos de Otis -Asa Butterfield- a Aimee -Aimee Lou Wood- cuando no supo cómo reaccionar cuando su novio le preguntó qué le gustaba a ella. Aimee pensaba siempre en complacer a su compañero y no a sí misma.

https://culto.latercera.com/2020/02/17/claves-musicales-sex-education/

Los nuevos episodios retoman la masturbación, pero esta vez desde la perspectiva de Otis, quien a pesar de dar consejos a los demás, no era capaz de lidiar con sus propias trancas emocionales. Solo que esta vez se habla del exceso: sí, masturbarse es normal, pero -en palabras de su madre- "hay momentos y lugares para hacerlo".

Su mejor amigo Eric -Ncuti Gatwa-, quien acepta su homosexualidad y se expresa siendo él mismo sin temor al rechazo de su familia y compañeros de escuela, no tiene problemas en molestarlo abiertamente por su nueva adicción. No es un tema tabú.

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Asa Butterfield como Otis Milburn.[/caption]

En paralelo, el caos reina en la secundaria Moordale. Un brote de clamidia provoca que todos corran despavoridos por los pasillos de la escuela -ubicada en algún lugar de Inglaterra- como si de un virus de propagación aérea se tratara. (Incluso usan mascarillas!!!)

Esto se desarrolla en un momento en que Otis decide no continuar con la "clínica"-negocio que tenía junto a Maeve en el que daba consejos sexuales a sus compañeros-. Maeve -Emma Mackey- fue expulsada de la escuela y para Otis, no tiene sentido continuar sin ella, pero no deja de impresionarle que todos los alumnos están en pánico por una enfermedad que se contagia por contacto.

El director de Moordale cita a una asamblea de padres para hablar el tema, sin realmente decir algo sustancial. No es hasta que Jean Milburn -Gillian Anderson- se pone de pie y alza la voz, que la situación cobra algo de sentido: de educación sexual es deficiente.

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Estudiantes de la secundaria Moordale.[/caption]

Y es desde aquellas primeras situaciones, al inicio del primer episodio, que Sex Education imparte su clase magistral. ¿Las dos primeras lecciones? Masturbarse es normal y la ignorancia solo provoca histeria.

Pero no todo es placer y cómo prevenir ETS. En la serie de Netflix es más un complemento bien fundamentado que el tema central.

En el colegio se es muy joven para decidir qué hacer en la vida, por lo que equivocarse no solo es válido, también muy probable. Al mismo tiempo, sucumbir a presiones externas es muy común, más cuando parece que tomar una decisión diferente parece decepcionar a quienes más se quiere.

A través de la historia de Jackson Marchetti, seleccionado en Natación de Moordale, se reflejan las expectativas de una de sus madres para que sea un nadador de nivel olímpico que obtenga una beca en aquella disciplina. Sin embargo, Jackson quiere hacer algo diferente: estudiar y obtener buenas notas en sus exámenes por su propio mérito y no como beneficio de representar a su escuela, y por qué no, probar suerte en el teatro escolar.

Un fuerte reflejo del conflicto emocional que viven quienes se enfrentan a lo que realmente quieren hacer versus lo que se espera de ellos.

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Hannah Waddingham como Sofía Marchetti -madre de Jackson- y Kedar Williams-Stirling como Jackson Marchetti.[/caption]

Más allá del plano académico/profesional, Sex Education también enseña que nunca es tarde para descubrir quién es uno mismo y lo que se quiere en la vida, aunque aquello implique comenzar desde cero.

Cuando Jean Milburn trabaja en Moordale como asesora, capta la atención Maureen Groff, esposa del director de la escuela. Lo que comienza como consejos por la inexistente vida sexual que tiene con su marido, evoluciona en darse cuenta que hace años está en una monotonía que ella no quiere.

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Director Groff y Maureen Groff en Sex Education.[/caption]

Tal como Maureen notó en la falta de sexo en su matrimonio que este no estaba bien, la serie también deja muy en claro -a través de diversas historias- que tampoco es obligatorio para una relación sentimental sana. Hay distintas formas de vivir -o no- la sexualidad.

Es emotivo cuando Eric le pregunta a su novio Rahim -alumno recién llegado de Francia- por qué no han hablado de tener sexo anal, a lo que Rahim responde: "Quiero que sea cuando sientas que es el momento". Si bien el joven europeo tiene una mente más liberal y no transforma la sexualidad en un gran tema, de la misma forma tiene claro que agregarle algún tipo de presión social es retrógrado.

Florence, la joven actriz que interpreta a Julieta en la obra escolar, siente un gran conflicto interno por no tener el impulso hormonal que parece predominar en sus compañeros. "El sexo no completa a las personas... Así que ¿Cómo podrías estar rota?", le dice Jean a la angustiada adolescente, quien le sonríe al darse cuenta que no porque todos hacen algo, ella también debe.

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Florence en Sex Education.[/caption]

La ficción -a diferencia de la mayoría de las producciones adolescentes- muestra que no hay que dejarse llevar por lo que haga o diga la masa, así como tampoco se está estigmatizados por etiquetas que instaure el resto.

Por ejemplo, a Jackson lo veían como el deportista popular, a Maeve como la rebelde sin causa, Ruby como la chica popular con vida perfecta, y Adam era el hijo del director con la vida solucionada.

Ninguno cumplía realmente los requisitos para ser considerados como tales. Todo era una mera imagen. Jackson practicaba religiosamente la natación porque una de sus madres lo mantenía en la disciplina y Adam sufría en silencio porque es homosexual y no se atrevía a asumir el amor que siente por Eric.

Maeve, por su parte, está lejos de ser una causa perdida considerando que es una de las más inteligentes de Moordale, pero que se ve marcada por una madre que la abandonó a ella y su hermano por la adicción a las drogas.

En tanto Ruby, la diva de la escuela, esconde que sufre por una terrible enfermedad que detectaron en su familia, algo que solo se atreve a confesar a Otis cuando juntos compran la píldora del día después -otra osadía digna de aplaudir en la producción-.

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Emma Mackey como Maeve en Sex Education.[/caption]

Cuando Maeve, Viv, Lily, Ola, Olivia y Aimee son castigadas porque las culparon de escribir contra una profesora, se les asignó la tarea de descubrir qué tienen en común. La triste conclusión fue que todas sufrieron algún tipo de acoso o agresión sexual de niñas o adolescentes.

Pero la lección no es esta realidad transversal independiente de la nacionalidad o la edad que se tenga. La lección es que es posible enfrentarse a ese tipo de situaciones, más con el apoyo de quienes sufren o han sufrido lo mismo.

Cuando Aimee sube al autobus y un hombre se masturba frotándose contra ella, por meses aquello se convirtió en un trauma que le impedía seguir con su vida con normalidad. El bus no solo se convirtió en un lugar aterrador para ella, también le provocó la sensación de asco cuando estaba con su novio.

A pesar de que Maeve inmediatamente la acompaña a hacer la denuncia correspondiente y le dice que aquello no es normal, Aimee se siente mal consigo misma, como si hubiese sido culpa de ella. Pero logra seguir adelante gracias a uno de los gestos más hermosos de la segunda temporada -y por qué no, de toda la serie-, cuando todas sus compañeras de castigo comparten sus experiencias y al día siguiente la acompañan a tomar el bus.

No está sola.

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Aimee, Maeve, Lily, Viv, Olivia y Ola en la segunda temporada de Sex Education.[/caption]

Aunque la mayoría de los personajes son los estudiantes de Moordale -por lo que es fácil confundirse al creer que la serie va orientada a un público juvenil- lo cierto es que las lecciones de Sex Education aplican a padres e hijos por igual, sobre todo esta última -del artículo, porque en la ficción hay muchas más-: Los padres son seres humanos y no tienen todas las respuestas.

Otis se muestra frustrado y constantemente furioso por el fracaso de sus relaciones sentimentales, ya sea por el inconfeso amor hacia Maeve o la falta de conexión con Ola, y descarga todo en su madre y su novio Jakob.

https://culto.latercera.com/2019/04/05/sex-education-netflix/

No es hasta bien avanzada la serie que se da cuenta que arroja en Jean una carga compartida con el padre que lo dejó cuando solo era un niño. Y gracias al temor de convertirse en un "imbécil" como su progenitor, reacciona y valora lo que su madre hizo y hace por él.

Jean Milburn, aún con lo progresista e independiente que es, vive sus propios procesos y crisis emocionales, como la frustración al darse cuenta que se enamoró como una adolescente y que tiene un hijo púber que no comprende.

Errar es humano sin importar la edad, profesión o si se es madre o hijo. Lo importante es tener la confianza para comunicarse.

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Asa Butterfield como Otis y Gillian Anderson como Jean en Sex Education.[/caption]

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