In limbo: una noche en el museo de Radiohead

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Conocer gente es fácil. Pero, ¿para qué, cuando se tiene la Biblioteca Pública de Radiohead a un click de distancia? Tal vez no será la Biblioteca de Babel, pero el tiempo invertido en este sacro portal puede llegar a parecerse mucho al infinito. Las maravillas que se atesoran —virtualmente para siempre— en este limbo creado por Yorke y sus secuaces, pueden llegar a despertar recuerdos impensados en los adictos a sumergir el alma en el amor por Radiohead, o a descubrir puertas que se abren y cierran sin parar hasta que suene la campana de la mañana. Advertencia: no hay que correr. Esto es una biblioteca.


Es cierto que Radiohead esquivó a propósito el britpop y sus balas a comienzos de los noventa. Pero desde 1997, tras el éxito mundial de OK Computer, la banda se fundió y pasaron directamente a la paranoia.

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El documental Meeting people is easy los mostró hastiados y carcomidos. ¿Eran estos unos genios incomprendidos y simplemente unos universitarios malcriados? Ambivalencia aparte, el ostracismo comenzó ahí. Conocer gente fue cada vez más difícil y —por quitarle una frase a los Talking Heads, la entidad de la cual tomaron el nombre—, comenzaron a hablar en lenguas.

Radiohead se peleó con EMI. Radiohead no estuvo de acuerdo con ese compilado de grandes éxitos que se editó a comienzos de los 2000. Radiohead quiso que la gente le pusiera el precio que considerara justo a su placa In rainbows. Cuando se filtraron un puñado de rarezas a la web, decidieron liberarlas y donar lo recaudado a una causa sociopolítica. Ahora abrieron su propia biblioteca, y es pública. Radiohead ha sabido ser resistencia a su manera. No desde el podio de un estadio, como U2. Lo han hecho siempre detrás de las cortinas, como un escuadrón anónimo, como una secta ancestral, como esos osos mutantes y endemoniados que aparecían en el arte de Kid A.

Por favor no correr, esta es una biblioteca

Así dice la advertencia que emerge una vez adquirida la credencial de acceso a la Biblioteca pública de Radiohead. No hay que correr. Todo está en la nube. Este es un archivo curado y organizado con el catálogo de la banda. Sin sorpresas, por favor. Pero en este museo/biblioteca, las hay. Las cosas que acá se encuentran solo existen al entrar en él. Al abrir la red y cerrar las puertas del mundo real, emerge el arte de cada uno de sus singles y discos –incluido el Drill E.P., ahora disponible también finalmente en los servicios de streaming, en sincronía con la inauguración de la biblioteca.

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"Radiohead.com —el sitio— siempre ha sido impredecible e irritantemente desinformativo", ha expresado la banda en sus redes sociales. Agrupados en orden cronológico, los videos de cada uno de los singles, presentaciones en vivo, diseños de poleras e incluso copias de antiguas versiones del sitio web y newsletters oficiales de W.A.S.T.E. —el centro de (des)información radioheadiano están aquí, preservados y para no (chiste intencionado) "fade out again".

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Kid A, 2000.[/caption]

Sumerge tu alma en el amor (por Radiohead)

A los 9:56 segundos del video "Amateur Night II", en la repisa perteneciente a Kid A, una versión preliminar de "There there", aflora. Ruidosa, desencajada, cruda, no se parece en nada al single que vería la luz en el gélido y ambivalente Hail to the thief, casi media década después. Es una maravilla. ¿Cómo llegar? Pues perdiéndose. No es la Biblioteca de Babel, pero el tiempo aquí invertido puede parecerse mucho al infinito.

Precisamente tras Kid A, el diseñador Stanley Donwood se hizo cargo de todo el material visual de la banda. Los libros creados tanto para aquél disco que dividió a los fans hace dos décadas —y que venía escondido debajo de la bandeja del CD— como para ese incomprendido álbum llamado The king of limbs, se encuentran aquí al alcance de la mano. En esta era en que la música fluye sin cables —y sin discos—, aquellas piezas claves del puzzle visual elaborado por Radiohead pueden volver a contemplarse, o ser descubiertas por primera vez. Nada superaba en esos días tener en las manos los vinilos de Amnesiac y Kid A, en aquel hermoso formato 10". Excepto por las poleras.

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A contar de febrero comenzarán los envíos a todo el mundo de réplicas de poleras originales de cada época de la banda, disponibles desde ya para ser adquiridas en el Departamento de Vestuario de la biblioteca. Sí. La polera con el logo del mapamundi con la letra r, ese que aparecía en el estampado del CD de The bends, está acá. La primera de todas, esa que decía "Property of the Radiohead Corporation", también. Cualquiera puede tocar guitarra y cualquiera puede lucir ese diseño, ahora.

Cómo hice mis millones

El famoso casete blanco, ese con los demos de OK Computer y que se filtró a la red a la mala, ocasionando que Radiohead optara por poner las grabaciones a disposición del público y cediendo las regalías a una causa sociopolítica, está acá también. OK o no, esta es la historia de un álbum que llegó a desplazar al Revolver de los Beatles como el más importante del mundo moderno. Esta es una hora y veinte de material no apto para cualquiera.

La entrada es gratis, la salida vemos —decía Charly. Y si a algún incauto llega a pillar mal parado, la versión en cuatro pistas de Yorke para "Let down" puede causar serios estragos. Solo por si acaso, aviso que comienza a los 7 minutos de avanzada la cinta. Al llegar a la posición de 1:06:20, cobra vida una rendición seminal de "The national anthem" que cruza a Suicide con Sonic Youth. Gloria total. En el Live from a Tent in Dublin, 2000 —un show llevado a cabo tan solo cinco días después de editado el álbum donde finalmente apareció— la banda suena agresiva pero nunca gélida. Si alguien pensó que Radiohead tenía en mente abandonar el rock alguna vez, pues nunca fue así. La versión rugosa de "Optimistic" que brota a los 22 minutos del reel es testamento de ello.

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Pero antes de entrar en conflicto con las grandes corporaciones e inaugurar la suya propia, Radiohead salía en MTV. Todos los días. Junto con un registro audiovisual que ya es un clásico para los fans, como el en vivo en Reading de 1994. La presentación del Pinkpop del 96, apariciones en MTV Most Wanted o los Top of the Pops —cuando Radiohead era parte de la lucha semanal por el chart— también están ahí, para recapitular esos primeros años de fervor en medio del ascenso y caída del saco sin fondo llamado britpop. Ya para 1997, la coronación llegó con la presentación en Glastonbury.

(No) pertenezco acá

En el 2000, pasando de ser creeps a crípticos, los famosos blips —¿recuerdan aquellos cortos?— acompañaban la llegada de Kid A. Acá están todos, e incluso un mini clip acompañando el emotivo cierre de aquél álbum: "Motion picture soundtrack". La presentación de Kid A y Amnesiac combinados, en París en el año 2001 su suma al Live from the Basement de la época In rainbows y al Bonnaroo de 2012 y el Austin City Limits del mismo año, ya con el tibio The King of Limbs en las estanterías (y la red). Pero no todo es Coachella y Lollapalooza, si hay un lujo en el archivo ese es ver a Jonny y Thom acompañados de un CR78 en dos registros de alto impacto capturados en 2016. En un punto de las dos y media horas del mítico webcast Thumbs Down de 2007, es posible toparse con la cabeza de Thom Yorke cantando "15 step" desde adentro de la caja que abre el detective William Somerset en el épico final de la gran Seven de David Fincher. Específicamente, "15 step" es el track de apertura de In rainbows, esa placa con que Radiohead le mostró el dedo del medio a los mandamases de EMI, desvinculándose para siempre del sello que los recibió en plena edad de oro del rock alternativo noventero, declarando su independencia. Por supuesto, no sin antes recibir justificadas críticas de los muchos músicos independientes por debajo del radar que no podían ni pueden aún competir con la arriesgada propuesta de "paga lo que quieras".

https://culto.latercera.com/2018/02/22/pablo-honey-radiohead/

"Oh, what's in the box?", grita desesperado el detective Mills —interpretado por Brad Pitt. El detective Somerset cierra la caja y la música se vuelve opaca, ahogada. La voz de Yorke ya no se escucha. Es una escena delirante que comienza a los 26 minutos transcurridos del video y donde la letra de aquella canción parece venir de perillas para inaugurar esta Biblioteca: "¿Cómo puede ser que haya terminado donde comencé? ¿Cómo puede ser que haya terminado donde pertenezco?".

Yorke y compañía, esos que no se hallaban en ningún lado —ese "I don't belong here" de la manoseada "Creep"— tienen desde hoy un lugar donde vivir para siempre. En este limbo, toda su historia se despliega ante los ojos voraces de los hambrientos de Radiohead, que ansían sumergir su alma en el amor. Es el amor por esta nueva realidad que, parafraseando a U2, es incluso mucho mejor que la verdadera. Más que un airbag, un website nos puede salvar la vida.

https://culto.latercera.com/2017/05/14/don-francisco-radiohead-los-conozco-tenia-idea-aparecia-en-uno-sus-discos/

Ir a la Radiohead Public Library.

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