Spinetta y el sampleo rabioso de Eminem: la creación de Ámame Petiribí

pescado rabioso
Pescado Rabioso.

Compuesta en las sesiones de grabación del segundo álbum de Pescado Rabioso —la banda que lideraba el "Flaco" a comienzos de los setentas—, la canción original sampleada por el rapero estadounidense nada tiene que ver con historias barriales. Más bien navega en los territorios de la poesía campestre, las referencias a la naturaleza y el amor, surgidos en tiempos de improvisaciones y mucho rock.


"La libertad está en ser audaz", sentenció Robert Frost en alguna ocasión. Precisamente, el arrojo para llevar adelante lo que se le cruzara por la mente era lo que le sobraba a Luis Alberto Spinetta en 1972. Por entonces tenía motivos para sonreír. En mayo había debutado en vivo con Pescado Rabioso, un trío de inspiración hard rock que marcaba su primera incursión musical de cierta estabilidad tras el final de Almendra, la agrupación que le había dado reconocimiento comercial, pero que acabó desintegrada en la maraña de arrojos individuales, un laxo régimen de ensayos y una fallida ópera rock, El señor de las latas, que nunca se desplegó en escena.

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Pronto vino el debut del grupo con Desatormentándonos, una placa que ofrecía un paisaje tórrido, en comparación con la ventisca placentera que soplaba en los elepés de Almendra. Entre julio y septiembre, Spinetta (voz, guitarra), Osvaldo Frascino (bajo), Juan Carlos "Black" Amaya (batería) y el recién incorporado Carlos Cutaia (órgano) dieron forma no solo a un set de canciones, también a un sonido. "Tenía una gran distorsión y todo eso, pero también había un cantante y letras muy líricas —recuerda el "Flaco" en la biografía que escribió Eduardo Berti—. La música pasaba por partes muy dulces y luego arremetían con furia las guitarras".

Al poco tiempo, Frascino dejó la agrupación. Le reemplazó David Lebón, un joven músico que sumaba kilometraje con Pappo's Blues, La Pesada del Rock and Roll y Color Humano, la banda de Edelmiro Molinari, otro exAlmendra. "Me hice amigo de Emilio del Guercio, a través de quien conocí muy de cerca a Luis —recuerda—. Entonces se armó un amor muy especial entre Luis y yo. Un día le pregunté si podía tocar con él. 'Vos estás con Edelmiro', dijo. 'No importa, dejo ya mismo'. Cuando Luis dijo que sí fue como si el mundo de la música me hubiese aceptado".

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Mother nature's son

Eran días en que los músicos, los amores y las canciones iban y venían. "En 1972 tenía 22 años, imagínate que estaba al requete-re-palo —recuerda el 'Flaco'—. Me acostaba a las horas que quería; me podía tomar un cuarto de pepa en la quinta de un amigo; salía con chicas diferentes todo el tiempo; vivía y dormía en varios lugares a la vez. Esa libertad hacía que fuéramos mucho a zapar a los ensayos de otros grupos".

Esa sensación de libertad permeó los trabajos de cara al segundo elepé, justo cuando llegó Lebón. Por ello, en las 18 canciones de Pescado 2, repartidas en un álbum doble, hay más presencia de los teclados de Cutaia, y otros instrumentos, pero también una cierta sensación de soltura; el tono de la liberación. "Es un disco más lírico y expresivo que el anterior —rememora Spinetta—, con arreglos orquestales y temas como 'Corto', 'Credulidad' y 'La cereza del Zar', más ligados a Almendra. Como si ese grupo fuera un sello soberano frente a mí yo siempre volviese a él de algún modo".

"En Pescado 2 se perfilaba que Luis estaba pasando más a lo suyo, al tema de las melodías y de un rock más elaborado —señaló Black Amaya al periódico argentino La Voz—. Con una base bastante sencilla, igual. Por otro lado, se consolidó Cutaia, que años antes había sido el director musical de (el musical) Hair. Pescado era como una unión rara, una mezcolanza bastante linda. Cada cual tenía una procedencia social distinta, pero nos juntábamos a tocar y todo fluía. Muchos temas salían de improvisaciones".

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"Todo el proceso de ese disco fue mortal —comenta Lebón, en Ruido de magia, la biografía del autor de 'Bajan' escrita por Sergio Marchi—, y estuvimos muy juntos con Luis, haciendo el librito, dibujando y delirando. Yo lo he visto componer los temas de ese disco, cuando vivíamos juntos en lo de mi hermana y lo veía trabajar. Le salían cosas sin parar. Era como un cofre de inspiración".

De esta manera, entre noviembre del 72' y febrero del 73', el grupo se encerró en estudios Phonalex, un recinto enorme en el barrio de Núñez, en que también se grabó Vida, el debut de Sui Generis. Allí el cuarteto se despachó sesiones largas y productivas. Según el "Flaco", la música condensada en las composiciones destaca por una razón muy particular. "Es un disco dedicado casi por completo a la madre naturaleza, aunque a la vez hay algunas voces que le hablan a lo ciudadano como 'Nena Boba'. Entonces esto era bastante novedoso. Creo que no hay ningún canto a la madre tierra en ninguno de mis discos anteriores, salvo quizás 'Campos verdes'".

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En ese tono se encuentran temas como "Madre-selva", "Poseído del alba", "Cristálida", "Como el viento voy a ver", "Credulidad" —en que afirma que "el árbol es la verdad"—, entre otros. Es decir, se alterna entre las imágenes de la vida silvestre y la ensoñación, casi a la manera de los poetas románticos del siglo XIX. Nada raro en un declarado admirador de Rimbaud, como lo era Spinetta.

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Peteribí

Pero el tema que cierra el lado B del primer disco, tuvo una segunda vida. Al cierre de enero se conoció una nueva canción del rapero estadounidense Eminem, titulada "Stepdad", que destaca por el loop construido con el riff de "Ámame Peteribí", un tema de letra corta, intensidad rockera y andar psicodélico con sus fills de batería largos, tal como se estilaba en la época. Y por cierto, inspirada en el nombre de un árbol muy alto y delgado como una cerilla, de final espeso y caprichosamente redondo.

"En 'Ámame Petiribí' arrancó Luis con una rítmica tarareada -recuerda el baterista-. Las cosas empezaban así: con Cutaia enganchándose con algo que ya desarrollábamos con Luis o conmigo sumándome mientras ellos iban buscando acordes. Con el ritmo yo insinuaba cortes o partes. La letra, obvio, era de Luisito. Buscaba nombres de arbolitos. Recuerdo que le preguntamos '¿Qué es el petiribí?', y él contestó que podía ser el palo borracho. Era muy leído Luisito. No era del campo pero conocía todo".

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"Pero por sobre todo destaco a Luisito hablando del amor —agrega—. Porque en 'Ámame Petiribí' las estrofas están rematadas por la parte rockera con esa alusión a un manera de amar que ni una chica te podría dar".

Como la canción salió de una improvisación, la autoría se atribuye por partes iguales al "Flaco", Cutaia y a Black Amaya. De allí a que desde Estados Unidos también contactaran al percusionista por el siempre peliagudo asunto de los derechos de autor. "Me habían llamado, todo bien, pero como soy un poco pesimista, pensé que todo se iba a diluir. Y de repente, el viernes pasado empecé a recibir cosas buena onda tipo 'Black, ¿viste lo de Eminem? ¡Qué groso!' y otras bastante raras como la idea de que era un plagio. Hay gente que se cree guardiana del rock, una locura. Yo estoy recontento'".

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Seguir viviendo sin tu amor

Como una sensación, la vida de Pescado Rabioso no duraría mucho. La formación ya estaba disuelta apenas el segundo álbum llegó a las tiendas. Aunque Spinetta luego grabó el monumental Artaud con el nombre de la agrupación —acompañado por dos de sus excompañeros de Almendra, Del Guercio y Rodolfo García—, en rigor fue una grabación más bien solista.

Según recuerda, hubo varios motivos que llevaron a la ruptura. "Por un lado, a David le gustaba mucho tocar el bajo, pero no podía suprimir su alma de guitarrista. Por otro lado, Cutaia, David y Black querían cambiar el estilo del grupo y que fuera más blusero (...) yo viví eso como una gran paradoja: Pescado Rabioso era yo, y podía haber tenido esos músicos como otros: quería tocar mis canciones, expresarme tal como me sentía".

Pese a que tanto Cutaia y Lebon no se ponen de acuerdo en el asunto del blues, al menos en sus palabras a Marchi, sí hay cierto consenso en que para entonces Spinetta tenía en mente un diseño musical más complejo. En consecuencia, sus compañeros no mostraron voluntad de acompañarlo. Lebón fue padre, y se alejó. Cutaia y Black Amaya lo siguieron pronto. "No fue Luis quien desmontó a Pescado Rabioso —afirma el también biógrafo de Charly García— los demás se bajaron y él quedó solo".

Pero con los años, el "Flaco" comprendió de forma muy lúcida lo que sucedió con la banda. "Viendo con perspectiva lo que ocurrió creo que se dio un procedimiento al revés de Almendra. Si el primer disco de Almendra fue dulce y el segundo fue agresivo, en Pescado sucedió que a la altura del segundo disco yo traté de 'almendrizar' el sonido. Luego en Invisible —el proyecto post Pescado—, creo que llegué a la toma de conciencia de un punto de equilibrio entre ambos mundos".

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