Salir a jugar y redescubrir el paisaje japonés: el origen de Mi vecino Totoro

mi vecino totoro
Mi vecino Totoro.

Es la cuarta joya de animación dirigida por Hayao Miyazaki para Studio Ghibli. Estrenada en abril de 1988, la cinta que tiene a una extraña criatura alegrando los días de dos niñas, esconde en aquel bosque encantado más de una leyenda, metáfora e historia que la convierten en una de las obras insigne del cineasta nipón.


Es común encontrar historias que comiencen con la llegada a un nuevo lugar como premisa. Cambiar de ciudad, pueblo o incluso país supone por sí mismo un giro en la vida de las personas, por lo que es el arranque perfecto para un relato fuera de lo común. Mi vecino Totoro no es la excepción.

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Estrenada en abril de 1988, la cinta dirigida y escrita por el cineasta japonés Hayao Miyazaki es una de las películas ícono de la animación japonesa con su historia centrada en las aventuras de las hermanas Kusakabe.

Todo comienza con un viaje. Satsuki (11), Mei (4), y su padre -Tatsuo, un profesor universitario- se trasladan en un cargado automóvil desde Tokio a un pueblo rural.

La razón no responde a la búsqueda de nuevos aires o por motivos laborales de Tatsuo. Yasuko, la madre de las pequeñas Satsuki y Mei, está internada en un recinto especializado en el que trata la tuberculosis, y los tres se mudan para estar más cerca de ella.

Mientras las niñas pasan tiempo con su abuela y conocen el pueblo, la curiosa Mei descubre cerca de su casa la presencia de un pequeño espíritu blanco y peludo, como una especie de conejito. Al seguirlo hacia un bosque, conoce un mundo en el que habita una gran criatura completamente desconocida, un "espíritu del bosque".

En base a sus gruñidos, Mei lo bautiza Totoro, una pronunciación errada de Tororu o "troll" en japonés. La criatura se convertirá en una gran compañía para ambas niñas, quienes aprenden a adaptarse a su nueva vida y sobrellevar la enfermedad de su madre.

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Mi vecino Totoro.[/caption]

"Decidí hacer algo diferente", explicó Hayao Miyazaki en el material extra de la cinta Ponyo (2008). El cineasta japonés trabajaba en una serie de televisión por esos años cuando se dio cuenta que no era aquello lo que quería para su vida.

Tampoco es que tuviera su mente puesta en hacer cintas de animación, específicamente. Fue una cadena de decisiones que, finalmente, llevaron las ideas revoloteando en su imaginación a la pantalla grande.

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""Decidí hacer un libro con dibujos, así empecé com Totoro. En ese entonces, una historia sin un héroe o sin una chica con superpoderes, y la historia japonesa común y corriente como contexto, no se consideraba lo suficientemente entretenida", recordó el hombre de La Princesa Mononoke sobre las tendencias cinematográficas de mediados de los 70.

Transcurrieron aproximadamente 15 años antes que Totoro saltara de las páginas de un croquis a una proyección para cientos de espectadores.

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Hayao Miyazaki.[/caption]

Tomando elementos de su propia historia -la madre de Miyazaki padeció tuberculosis por nueve años-, inspiración literaria como el clásico infantil Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll, y locaciones reales como lo es Tokorozawa, al norte de Tokyo; según el realizador nipón, lo que quería rescatar era una nueva apreciación de los parajes locales.

"Redescubrí la belleza del paisaje japonés. Hasta ese entonces, no me interesaba mucho Japón. Fue como enviarme un mensaje a mí mismo de niño, diciendo que Japón es un país hermoso", reconoció el cineasta en el material extra de su octavo filme.

Rescatando como esencia de los años 50 que los niños salían a jugar en vez de ver la televisión, decidió revivir elementos de la naturaleza que aún -en los 80- era posible hallar.

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Mei, Tatsuo y Satsuki en Mi vecino Totoro.[/caption]

Llena de colores, bosque, lagunas, paseos en bicicleta y diversas criaturas, Mi vecino Totoro es interpretado también como un final feliz para una trágica historia que ensombrece Japón.

Internet, aquel infinito lugar donde suelen proliferar teorías de todo tipo y donde abundan diversas versiones de un mismo acontecimiento, fue el lugar de difusión de una interpretación más bien oscura de la cinta infantil.

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En mayo de 1963, una joven de 16 años desapareció cuando se dirigía a casa desde la escuela en la ciudad de Sayama. Esa misma noche, su familia recibió una nota en la que se exigían 200 mil yenes por recuperar a su hija. Su hermana fue la intermediaria en la negociación, pero el captor escapó tras descubrir que habían llevado billetes falsos y que estaba rodeado por policías.

Dos días después, la adolescente fue encontrada muerta con signos de haber sido violada. Su hermana -encargada de negociar con el victimario- se suicidó días después.

¿Qué tiene que ver Totoro?

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Mei, Satsuki y Totoro.[/caption]

Se vinculó la película de Miyazaki al escalofriante caso, en primero lugar, por la cercanía geográfica de Sayama con Tokorozawa. También se enlazó la incorporación de "duendes de polvo" a la cinta porque -según las tradición popular en Japón- solo quienes están a punto de morir pueden ver a esas criaturas.

Pero el argumento más recurrente, es el hecho de que solo Mei y Satsuki pueden ver a Totoro, quien es entendido como una suerte de "Dios de la muerte" en vez de Espíritu del bosque. Se interpreta como simbolismo en el que Mei fue la niña asesinada y Satsuki la joven que comete suicido al descubrir el destino de su hermana menor.

Claro está, es solo es una teoría que no demoró en ser desmentida por los realizadores de Mi vecino Totoro. 

Mediante un comunicado publicado en 2007 en el sitio oficial de Studio Ghibli, no solo negaron dicho vínculo con la historial criminal japonesa, también explicaron por qué las niñas fueron dibujadas sin sombra hacia el final del filme.

"Todos, por favor, pongan su mentes en frío. Los rumores que dicen que Totoro es un dios de la muerte, que Mei está muerta y otros rumores de este tipo son absolutamente mentira. Alguien lo inventó porque sonaba interesante para él o ella, y parece haberse difundido por internet. Además, respecto a que Satsuki y Mei no tenían sombra en la escena final, es porque simplemente se decidió que no era necesario dibujarlo al producir la animación. Esperamos que la gente no siga creyendo estos rumores", explicó Studio Ghibli por medio de un comunicado.

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Estrenada en simultáneo con La Tumba de las luciérnagas -abril de 1988- , el filme fue tan relevante que Totoro pasó a ser la mascota de Studio Ghibli y la cinta fue un éxito en Estados Unidos tras ser estrenada cinco años después (1993).

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