Colección chilena de arte renacentista llega a París

Taberna
Escena de taberna con laúd, 1619-1620, de Bartolomeo Manfredi. Foto: Alana Collection, US © Allison Chipak

Hasta enero se exhibe en el Musée Jacquemart-André la colección Alana, con más de 75 piezas de maestros italianos como Lorenzo Monaco, Fra Angélico, Uccello, Tintoretto y Veronese, que son parte del acervo del empresario Álvaro Saieh y su esposa Ana Guzmán


"Es una de las mejores colecciones de arte privado con pinturas del siglo XIII hasta obras del Caravaggismo". Con estas palabras describe el Musée Jacquemart-André de París la inédita colección Alana, que se exhibe por primera vez en la prestigiosa institución francesa hasta enero de 2020 y que reúne más de 75 obras maestras del renacimiento italiano, pertenecientes al acervo del empresario chileno Álvaro Saieh y su esposa Ana Guzmán.

La colección Alana, formada por la contracción de los nombres de la pareja, se presentó al mundo en 2009 a través de un catálogo especializado y está constituida por medio millar de piezas que los coleccionistas han ido atesorando a lo largo de los años. Ahora se exhibe por primera vez una contundente selección que incluye obras de maestros como Lorenzo Monaco, Fra Angélico, Uccello, Lippi, Bellini, Carpaccio, Tintoretto, Veronese, Bronzino y Gentileschi.

El curador de la muestra es Carlo Falciani, historiador del arte y profesor de la Accademia di Belle Arte de Florencia y Pierre Curie, curador del Musée Jacquemart-André y especialista en pintura italiana y española del siglo XVII.

El corazón de la colección corresponde a obras del Renacimiento italiano, aunque también incluye piezas de la Edad Media y en los últimos años se ha enriquecido con obras del barroco. "Creo que en el Renacimiento se fundamentan los valores que constituyen la cultura occidental", dijo el empresario Álvaro Saieh, durante la inauguración de la muestra que se realizó el pasado 13 de septiembre.

"Comencé cuando tenía unos 25 años, con pinturas chilenas, y luego internacionales, arte moderno y contemporáneo (Picasso, Matisse). Una vez compré un Sassoferrato de muy alta calidad, simplemente porque me gustó. Lo vi en persona en una subasta de Christie's. La Madonna de Sassoferrato es realmente hermosa, así que comencé a mirar ese mundo y retrocedí hasta los siglos XII y XIV, fue cuando comencé a desarrollar el gusto por esos períodos", cuenta Saieh en el catálogo de la muestra.

Fundador de Corpgroup, controlador de Copesa, al que pertenece La Tercera, Saieh creó en 2002 la Fundación Corpartes, que promueve y fomenta el acceso a eventos culturales. En 2014 CorpArtes abrió su propio centro en Rosario Norte 660, el que incluye una sala de conciertos con más de 800 butacas y un espacio de exposiciones que ha recibido muestras de arte contemporáneo internacional del nivel de Joan Miró, Yayoi Kusama y Ai Weiwei.

Italia en el centro

A lo largo de ocho salas, la muestra de la colección Alana -que se conserva en Newark, EEUU- recoge un valioso patrimonio de arte italiano: comienza con obras de la Edad Media y avanza cronológicamente por las diferentes corrientes y técnicas del arte renacentista. A los oros primitivos que presagiaban el Renacimiento, le siguen obras de la escuela florentina con una nueva concepción de la pintura del siglo XV bajo el influjo de Masaccio, que se tradujo en el surgimiento de pintores como Fra Angélico, Uccello o Filippo Lippi, todos presentes en la exhibición. Están, por ejemplo, La virgen y el niño (1433-1434) de Paolo Uccello o La anunciación (1420-1424) de Lorenzo Monaco.

Posteriormente, los pintores desarrollaron un creciente interés en la plasticidad de las forma, el que se refleja en el San Juan Evangelista del joven Filippo Lippi, una figura cuasi escultórica marcada por una conmovedora expresión de sufrimiento, o el trabajo del San Angelo de Fra Angelico.

A finales de ese siglo, los motivos religiosos cobran una nueva dimensión con el redescubrimiento de los clásicos, de la mano de Cosimo Rosselli con su Cristo representado como el hombre de los dolores (1490) y de Botticelli con Cristo en la cruz por el maestro de los monumentos góticos (1490).

También nuevos temas inspirados ya no en la historia religiosa sino en textos antiguos se reflejan en La historia de Coriolanus (1406-1486), figura legendaria de los romanos, pintada por Giovanni Giudi, más conocido como Lo Scheggia, y Episodios desde el campo de batalla (1575-1580) de Tintoretto, que hasta hace poco se identificaba con una fase de la batalla entre israelitas y filisteos, pero que ahora ha vuelto a ser estudiada.

El retrato cobra peso con el retorno al poder en Florencia de la familia Médici a mediados del siglo XVI y que está representado en la muestra por obras de Franciabigio y Bronzino.

"Está claro que alguien que colecciona arte renacentista y gótico va contra las tendencias. Sé que hay más ganancias en el arte contemporáneo, pero no estoy aquí para hacer dinero. Colecciono lo que me gusta. y me gusta mucho", afirma Álvaro Saieh en el catálogo de la muestra.

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