Pedro Aznar y el momento de Argentina: "Estamos cansados de ese constante levantarse y volver a caer"

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El músico habla con Culto de su nueva visita, de su compadrazgo con Manuel García y de la crisis perpetua que parece enfrentar su nación: "Me preocupa mucho que esos chicos de 15 o 20 años no tengan confianza en el país que les tocó vivir", dice.


Pedro Aznar (60) se toma un tiempo y reflexiona al otro lado del teléfono: "Este es un momento muy particular, tiene mucho de aceleración, mucho de la angustia de un nuevo tiempo, es como si la humanidad se estuviera pariendo a sí misma, una vez más teniendo que reinventarse, y eso es un lodo muy fértil para crear arte".

Todo aquello, para un tipo siempre inquieto como Aznar, confluye precisamente en las temáticas que incluirá en su nuevo disco, el undécimo tras Contraluz (2016), y que estrenará el próximo año. En esa faena, ya tiene listas tres composiciones: "Muy variadas en estilo entre ellas", comenta. Son esas nuevas creaciones las que -aparte de todo su repertorio más reconocido- vendrá a mostrar en una nueva visita, agendada para el viernes 29 de noviembre en el Teatro Oriente. Pero no será su única escala: también estará el domingo 1 de diciembre en el Enjoy Viña del Mar. Ambas fechas están a la venta por Puntoticket.

Y aunque el de Liniers es un nombre habitual en la cartelera local, este año su figura se hizo recurrente en varias ciudades chilenas para presentar el álbum Abrazo de hermanos (2019); el alabado título que hizo junto a Manuel García con creaciones propias y ajenas.

"Fue una delicia trabajar con él, fue muy hermoso. Un trabajo muy fluido, espontáneo, disfrutado y muy entretenido de llevar adelante", apunta el instrumentista. Por lo demás, la propuesta chileno-argentina ha sido sondeada por los propios organizadores del Festival de Viña como un posible número de la cita. "La verdad, no estoy al tanto. Pero sería lindo participar, claro", asegura Aznar.

En lo inmediato, ambos son parte del festival FAM (22 al 29 de septiembre), que tributará a Víctor Jara en el estadio que lleva su nombre, y además García invitará al bajista a su show en La Cumbre este 6 de octubre.

-Este año también ha trabajado en la música incidental de la película Tengo miedo torero, basada en el libro de Pedro Lemebel. ¿En qué etapa está el proyecto?

-Va muy bien. Estamos en la etapa final. De hecho, por estos días, el director Rodrigo Sepúlveda me envió el primer armado de la película, que todavía dura alrededor de dos horas; después eso hay que ajustarlo un poco más y llevarlo a su tiempo definitivo. Pero ya está ahí el primer plantado, como decimos técnicamente, de la música en la película, estamos revisando eso, viendo qué canción va en cuál o tal lugar.

-¿Cómo fue adentrarse en el universo de Lemebel?

-Fue muy interesante. El libro es precioso, es una historia muy atrapante, que está maravillosamente bien escrita. El estilo de Lemebel es fluido, espontáneo, aguerrido, atrapante y emocionante. Y el guión, la adaptación al cine, realmente está muy bien hecha.

-¿Qué opina de la situación de Argentina, esta crisis económica que parece ser cíclica?

-Estamos todos decepcionados y cansados de esta recurrencia. Este levantarse y volverse a caer constantemente. Es algo que la clase política debería tomar nota y responder a las demandas de la gente. Creo que nuestro país no soportaría más decepciones que las que hemos tenido desde el siglo XX para acá. Es duro particularmente pensando en las generaciones venideras. Me pregunto cómo le caerán estas cosas a alguien que tiene, no sé 15 o 20 años, que tiene toda una vida por delante y qué pensará cuando ve esto. Y la verdad, me preocupa mucho que esos chicos no tengan esperanza o no tengan confianza en el país que les tocó vivir.

-¿Le parece que la posible llegada a la presidencia de Alberto Fernández puede ser lo que necesita Argentina para estar mejor?

-Es probable, habrá que ver qué pasa. Una cosa son las promesas de campaña y otra muy distinta es lo que la gente hace cuando llega al poder. Entiendo que una cosa es imaginar un país y otra es estar al timón de éste. Las ilusiones y la realidad son cosas muy distintas y tienen un grado de dureza muy diferente. Pero más allá de eso, hay muchas veces, por usar una palabra generosa, un optimismo desmedido en las campañas. Cuando no, mentiras descaradas como en el caso de las mentiras de Macri, que de lo que propuso en su campaña no logró nada. Creo que los políticos deberían ser obligados a responder una vez que cumplieron sus mandatos con los que fueron sus promesas de campaña y si la realidad difiere en un 100% o en un 50% siquiera de lo que dijeron en la campaña, deberían responder ante la sociedad por eso.

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