La atmósfera andina de Sharon Castellanos

La fotógrafa limeña presenta Duro de morir, una serie de fotografías que dan una nueva mirada al interior del Perú. La exposición estará abierta hasta el 29 de septiembre en el Centro Cultural de Las Condes.


Comenzó en 2015 un viaje que la llevó por la región de Cusco, algunos lugares del Valle Sagrado de los Incas y la provincia de Espinar, ubicada a 3.928 metros sobre el nivel del mar. Cansada de trabajar a diario como reportera gráfica, la fotógrafa peruana Sharon Castellanos (30) se propuso viajar y conocer otras comunidades de su país. "Llevaba mi cámara, pero no estaba muy interesada en construir un proyecto fotográfico", cuenta a La Tercera. Sin embargo, cuando se instaló a revisar su registro encontró una constante que valía la pena explorar. Así fue armando la serie Duro de morir, una selección de 19 fotografías que expone hasta el 29 de septiembre en el Centro Cultural de Las Condes (Av. Apoquindo 6570).

"Las imágenes que consideré eran esas fotografías que eran más bien ambiguas", comenta Castellanos sobre la selección. A diferencia de la mirada periodística que debía tener al hacer fotografía para prensa, acá no importaba tanto lo literal o el hecho mismo. "Más bien me interesaba evocar que describir. Entonces las imágenes que consideré se prestaban para esta ambigüedad, donde no se sabe muy bien qué está pasando, si es algo armado o algo espontáneo. "Es un registro documental", agrega la fotógrafa.

Actualmente corresponsal gráfica en la región de Puno (al sureste de Perú) para el periódico La República, Sharon Castellanos ha trabajado paralelamente en medios y en sus proyectos de fotografía de autor, donde explora una nueva mirada a través del blanco y negro. Sus fotografías han sido publicadas en medios como The New York Times (EE.UU), Regional Zeitung (Suiza) y GEO Magazine (Alemania).

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Sin título. Dos jóvenes provenientes de Huancavelica (Sierra Central), fotografiadas en el Cerro La Balanza.[/caption]

A pesar de su gusto por la fotografía japonesa, a color y contemporánea, la obra de Sharon Castellanos se vincula estrechamente con los lugares que habita. "Creo que en el territorio en que estoy yo, esto tiene que ver más con lo vivencial y lo intuitivo", señala. "Esta serie es fotografía clásica en blanco y negro, es algo simple. Con el color, para mí, hay muchas distracciones", explica.

Nacida en Lima, este viaje al interior de los Andes, fue el primer acercamiento de Sharon Castellanos a esas comunidades y sus estilos de vida, donde aún se conserva la cultura más tradicional del Perú. "Puede que suene cliché, pero cuando llegas a Cusco se suele hablar mucho de la energía del lugar, del misticismo, es algo que se siente. Creo que yo también fui un poco sensible a eso y me fui involucrando en esa atmósfera".

Más que dar cuenta de la cotidianidad de esas comunidades con las que se encontró a lo largo de su viaje, la fotografía de Castellanos rescata ese ambiente autóctono de los lugares de una manera más sutil. En algunos sectores turísticos del Cuzco se encontró con pobladores más abiertos a ser fotografiados, mientras que en otros sectores más recónditos, a pesar el hermetismo, la fotógrafa logró capturar el espíritu y misterio de esas vidas que se resisten a modificar sus formas de vida.

Fue el sentido que le hizo la frase Duro de morir, las únicas palabras que aparecen fotografiadas en todas la imágenes de la exhibición y con las que se encontró en un sticker pegado en el transporte público en Perú. "Me parecía lo más sugerente, aunque creo que se equivocaron y que en este sticker quisieron poner Duro de matar, como la película", dice la fotógrafa. Ese fue el punto de partida para dar nombre a la exposición que la trae por primera vez a Chile, gracias a las gestiones del fotógrafo Max Donoso y de la Embajada de Perú.

"Esta frase Duro de morir me pareció genial, porque al final habla un poco de la atmósfera, que es más espiritual. La cultura en los Andes es una cultura viva que se resiste, pese a los sincretismos, pese a todo lo que esté sucediendo en el momento, incluso a la tecnología. Me pareció que era una forma de calificar esta resistencia espiritual de la misma gente que habita estas tierras", concluye Castellanos.

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