It: capítulo dos, cuando crece todo menos el corazón

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La secuela de It, la película de Andy Muschietti, encuentra a "Los Perdedores" en una aventura que lejos de asustar o hacer una búsqueda en clave adolescente de la identidad y confrontación de los miedos, parece sonsa y actuada cual blockbuster desechable. ¿Cómo está Derry, la ciudad ficticia inventada por Stephen King, 27 años después?



El comienzo es prometedor. Un joven amablemente le regala su premio a una niña que lo miraba con decepción por haberla vencido en una competencia. Una feria, como esas que muestran las películas norteamericanas, es el escenario. El joven al retirarse toma de la mano a su pareja y tras ser molestado por un clásico bully, responde una mofa y se marcha solo para ser golpeado cruelmente dos cuadras fuera, donde es lanzado a un río. Ahí, moribundo y lejos del alcance de su novio que intentaba rescatarlo, es encontrado por Pennywise, el payaso asesino que agranda su mandíbula -como es costumbre- y devora su corazón.

Y pensamos con esto, un explícito crimen de odio, que el subtexto de esta It sería casi tan poderoso como el de su antecesora. Mal que mal, la promesa es que se trata de un "Capítulo 2", no una secuela que desconozca la continuidad de las ideas de quien también será director de The Flash para Warner/DC. Pennywise se alimenta del odio y en esta película lo veremos de manera incluso más cruda y chocante. Pero no pasa.

"Los Perdedores" estarán obligados a reunirse ante el resurgimiento del ente que 27 años atrás los obligó a abandonar las vacaciones, la comodidad del hogar, las bicicletas con dinamo, los arcade y el arquetipo de moda en la ficción sobrenatural por estos días. Y el hilo conductor de esta It: capítulo 2 será la búsqueda interior de cada personaje que es vaciado por actuaciones mediocres como la de James McAvoy o Jessica Chastain, quienes contaron con el beneplácito del público incluso antes de ser casteados por el director. La verdad es que no llenan la piel de las ideas tras cada personaje y, más que eso, palidecen bajo la gruesa sombra de sus versiones infantiles, que vuelven a ser lo mejor de la propuesta de Muschietti sin esforzarse mayormente.

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It: capítulo 2.[/caption]

It 2 es un viaje de aventura, más que una película de terror. Un ejercicio de libertad creativa que encerrado en sus amarras de bestseller —su predecesora es la más taquillera de todos los tiempos en su género—, no logra generar empatía ni código entre sus personajes y —lamentablemente ya una tendencia cada vez más marcada— está llena de chistes de dudosa calidad que recuerdan el sucedáneo de moda en Hollywood: romper cualquier tensión, digna o indigna, con bromas y falsa complicidad entre personajes. Como obligando al espectador a reír con un mal chiste.

Dicho lo anterior, no todo es tan pésimo durante los 160 minutos de metraje. El acto final es una digna adaptación del libro de Stephen King y resuelve de formas creativas y muy adecuadas los desafíos técnicos para poner en pantalla una araña gigante o las luces mortales. Y ya que mencionamos al "Rey", quizás su participación en esta película sea el más claro resumen de los fallos de Muschietti en ella: la libertad era tanta, el gozo mayor, la ceguera ante el éxito de su predecesora, que quizás sin mala intención, han dejado de lado lo que hizo que la primera It fuera una lección de narrativa a domicilio para Stranger Things: tener personajes con corazón enfrentándose a sus miedos y a una sociedad que guarda en sus alcantarillas todo lo que nos hace llorar, sufrir y pensar en la muerte de forma trágica.

En esta secuela, crece todo menos el corazón.

https://www.youtube.com/watch?v=xhJ5P7Up3jA

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