Apocalipsis Ahora: el corte final de Francis Ford Coppola

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A 40 años de su estreno, el director de El padrino presenta un montaje "definitivo" de su filme bélico de culto y ganador de dos premios Oscar. Dura 14 minutos menos que la versión extendida de tres horas y media que estrenó en 2001, pero su retrato a la inhumanidad del imperio no pierde fuerza. La cinta se estrena la próxima semana en Inglaterra y EEUU, y "No es contra la guerra", ha dicho el cineasta.


"Lo que se considera vanguardista en un momento, 20 años después se usa como papel tapiz y se convierte en parte de la cultura. Parecía que eso había sucedido con Apocalipsis ahora", declaró en una reciente entrevista con The Guardian el cineasta estadounidense Francis Ford Coppola (1939).

El mismo día en que cumplió 80 años, en abril pasado, el director de El padrino anunció el estreno de una nueva versión de su filme bélico de culto estrenado en 1979, ganador de la Palma de Oro en Cannes (junto con El tambor de hojalata) y de dos premios Oscar, a la mejor fotografía y sonido. "No trataba sobre Vietnam, era Vietnam", sostuvo el director en el último Festival de Tribeca, en Nueva York, ocasión en la que hizo el anuncio.

Todo, absolutamente todo en esa producción había sido épico: su filmación en Filipinas se extendió durante largos 16 meses, y el montaje por poco más de dos años. Sin embargo, Coppola asegura hoy que hizo demasiadas concesiones previo al estreno original de la película, y que la marcha del tiempo había pasado a llevar sus alcances surrealistas. A 40 años, sin embargo, aún la considera una obra en progreso.

Basada en el clásico El corazón de las tinieblas (1899) de Joseph Conrad, la película sigue la ruta del viaje que emprende en Vietnam el capitán Benjamin Willard (Martin Sheen) en busca del coronel Walter Kurtz (Marlon Brando). Para 1969 Kurtz ha enloquecido y permanece atrincherado con una tribu local en el corazón de la selva, sin obedecer órdenes de nadie, mucho menos de sus exjefes del ejército estadounidense. La misión de Willard, por tanto, es hallar a Kurtz y proceder con "extremo prejuicio" hasta acabar con él.

La acción y el período de la novela de Conrad es el Congo Belga de 1890, mientras que la cinta de Coppola lo trasladó todo casi un siglo después y al sudeste asiático. El guion original de John Milius alternó además el contexto del imperialismo europeo por el intervencionismo estadounidense de mediados de siglo, a cuatro años del cese al fuego en Vietnam, pero el personaje de Kurtz mantuvo características similares tanto en el libro como en la película. También sus palabras finales: "¡El horror, el horror!".

Después de haber estrenado Apocalipsis ahora Redux con 50 minutos más en el año 2001, Coppola estrenará su versión final cut de la misma cinta el próximo martes 13 en el Reino Unido. Dos días después debutará en EEUU. Lo hará, además, en una versión restaurada en 4K, la mejor definición existente hasta el momento, y restándole 14 minutos cronometrados a ese segundo montaje de tres horas y media que presentó hace casi una década.

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Para Coppola, el regreso del filme "es un examen final sobre la moralidad humana", y aseguró que este último corte sí lo dejó satisfecho: "Realmente siento que esta versión de Apocalipsis ahora logra más de lo que ese tema tiene para dar que cualquiera de las versiones anteriores", dijo en una entrevista a The Guardian. No obstante, duda que su película sea "contra la guerra".

"Nadie quiere hacer una película a favor de la guerra, todos quieren hacer una película contra la guerra", señaló. "Pero una película contra la guerra, siempre pensé, debería ser como El arpa birmana (el filme de Kon Ichikawa de 1956): algo lleno de amor, paz, tranquilidad y felicidad. No debería tener secuencias de violencia que inspiren un deseo de violencia. Apocalipsis ahora tiene escenas conmovedoras de helicópteros que atacan a personas inocentes. Eso no es contra la guerra", añadió.

Fuegos cruzados en el set

Fueron 238 días de rodaje que se convirtieron en una verdadera leyenda cinematográfica. En gran parte, gracias al documental Hearts of Darkness (1991), dirigido por George Hickenlooper y la propia esposa de Ford Coppola, Eleanor. También por los propios recuerdos grabados a fuego en la memoria del cineasta, productor y guionista estadounidense: del momento en que un tifón destruyó parte del set, las constantes manos de pintura que hubo que dar a los helicópteros en medio del enfrentamiento entre Vietnam y Camboya, el ataque epiléptico que él mismo sufrió o los problemas de sobrepeso de Marlon Brando a días de iniciada la filmación. También el consumo excesivo de drogas al interior de la producción, algo que repasó en conversación con el periódico británico.

"Cuando tienes 80 años, no tienes que hablar de nada de lo que no quieras hablar", señaló Coppola, y recordó cómo el actor Dennis Hooper le pidió "aproximadamente una onza de cocaína" a cambio de asumir su papel en el filme. Muy por el contrario, siguió, él siempre evitó darse esas licencias: "Nunca tomé drogas en toda mi vida, a excepción de un poco de hierba. Descubrí que el efecto que la hierba tendría en mí era interesante porque me concentraba mucho. Además, si fumaba un porro no podría conciliar el sueño. Me gusta trabajar, y luego me quedaría toda la noche para reescribir el guion. Tomé cocaína, pero me pareció muy desagradable", contó.

Las cuatro décadas que han transcurrido para Apocalipsis ahora la han convertido en uno de los grandes clásicos del cine contemporáneo: en el 2000 fue considerada "cultural, histórica y estéticamente significativa" por la Biblioteca del Congreso de EEUU, y seleccionada ese mismo año para su preservación en el National Film Registry. En 2014, en tanto, The Hollywood Reporter la ubicó en el puesto número 17 en su ranking de las mejores 100 películas de la historia.

"La historia de Hollywood tiene que ver con quién la posee", opina Coppola. "En los viejos tiempos, era propiedad de estos personajes como Sam Goldwyn, Darryl Zanuck y Jack Warner, que eran tan vulgares y abusivos como Harvey Weinstein. Tal vez no Sam Goldwyn y algunos otros. No lo perdono, era terrible como eran, pero la diferencia era que a los propietarios les encantaban las películas. Hoy en día, los propietarios del negocio del cine tienen muchos pasos eliminados. Son prácticamente compañías de telecomunicaciones que pidieron prestada una enorme cantidad de dinero para poder comprar Universal o CBS, por lo que lo único que les importa es pagar su préstamo. El cine no es el cine industrial. El cine es cine independiente. Incluso esta segunda edad de oro de la televisión proviene de personas que querían hacer películas como lo hicimos en los años 70, pero no se les permitió hacerlo, así que lo hicieron por televisión. Estamos en un florecimiento del cine, creo. Es solo que lo hacen con las tarjetas de crédito de sus padres".

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