Valeria Sarmiento: la mujer del puerto

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La cineasta chilena radicada en Francia vuelve a su natal Valparaíso para filmar Detrás de la lluvia, con Claudia di Girólamo. Recién incorporada a la Academia de Hollywood, Sarmiento estrenó este jueves en Chile su nuevo filme El cuaderno negro.


En el departamento de calle Huelén ya no está la gata Copa. Murió poco después que su amo, pero no sin antes buscar en todos los armarios donde estaba la ropa de Raúl Ruiz, rastreando la ruta de regreso hacia él. A esa misma morada, ahora sin felinos, acostumbra llegar su viuda Valeria Sarmiento (foto: Pepe Guzmán) cuando viene a Chile a trabajar en la recuperación de un filme perdido de Ruiz o, como esta semana, a preparar su nuevo largometraje.

En rigor, en esta ocasión también se estrena en el país su nueva cinta. Es El cuaderno negro (2019), filme basado en la novela El libro negro (1855) del portugués Camilo Castelo Branco, de quien Raúl Ruiz ya había adaptado Misterios de Lisboa (1854). Para la cineasta chilena, Castelo Branco es un dilecto autor de melodramas, género por el que tiene debilidad desde que de niña y a escondidas leía en su casa porteña a Corín Tellado.

La escenografía física y espiritual de aquella infancia (y juventud) fue el cerro Mariposa, un territorio al que no se puede llegar ni en auto ni en bus, y que sólo acepta escaleras y ascensores. Ese mismo cerro, uno de los menos conocidos en Valparaíso, es el que este fin de semana visitará junto a su equipo para hacer un cortometraje. Será el preludio de otra cosa: de la película Detrás de la lluvia, que Sarmiento rodará en octubre del 2020.

Será su primer largometraje en Chile desde Secretos (2008), áspero retrato de la clase política chilena con Claudia di Girólamo y Sergio Hernández que para Sarmiento tiene algo de documental: "Es una recolección de las historias que escuchaba cuando venía a Chile".

Probablemente aquel filme sea un híbrido raro en su filmografía, pero lo que no es raro en Sarmiento es retornar a los mismos actores y equipo de trabajo. Una de ellas es Claudia di Girólamo, que será Dora, una de las protagonistas de Detrás de la lluvia.

"Claudia di Girólamo es la abuela de Sofía, que es la protagonista y es interpretada por Daniela Ramírez. Sofía es una psicóloga que ayuda a investigar un caso de violación infantil en Valparaíso.

La madre de Sofía, a su vez, es encarnada por Aline Kuppenheim", explica la realizadora sobre esta película mayoritariamente femenina, en clave de thriller y en blanco y negro.

"Es el Valparaíso que me gusta. No es el que está invadido de turistas y rayados y que a mí personalmente no me gusta nada", añade acerca de la coproducción que será llevada adelante por la compañía chilena Poetastros y negocia con la francesa Atelier de Production. "En la película hay una inspiración a partir del caso de una menor que fue violada y asesinada en Valparaíso y una animita en la playa Las Torpederas. En general, creo que hay mucha miseria sexual hoy en Chile", afirma.

Los cines de infancia

Con un elenco donde además participarán Tamara Acosta, Manuela Martelli, Chamila Rodríguez y Pablo Schwarz, Detrás de la lluvia transcurre en nuestra época y en 1990, durante la infancia de Sofía. Es más, algunas escenas se filmarán en el restaurado Teatro Condell, el mismo cine al que Sarmiento iba en su época escolar.

"Vi muchas películas de chica en varios cines de Valparaíso. Incluso hice la cimarra por eso. Pero también iba mucho con mis padres. Creo que no sabía ni leer cuando vi por primera vez Las zapatillas rojas (1948), una película extraordinaria. Pero también vi Imitación de la vida (1959), gran melodrama de Douglas Sirk con el que lloré mucho, o Hiroshima, mon amour (1959), de Alain Resnais, que la vi a los 12 años", recuerda.

Ahora, en Detrás de la lluvia hay algo de aquellas veladas a través del personaje de la pequeña Sofía. "El título es así porque las películas viejas que Sofía ve con su abuela tienen muchas rayas. Ella pregunta: '¿Por qué está lloviendo?' y Dora le responde. 'No está lloviendo. Tienes que mirar detrás de la lluvia'".

La producción en blanco y negro marca un punto de fuga en la cinematografía de la realizadora, donde el color siempre ha sido determinante. "He experimentado con eso. En Amelia Lopes O'Neill (1990) eliminé el azul, para dar una sensación de irrealidad. En El cuaderno negro lo volví a hacer. Busco que los colores no sean inocentes", explica.

A propósito de El cuaderno negro, la cinta significó su segundo trabajo de época en Portugal tras Las líneas de Wellington (2012), ambientado en un período similar, dominado por la Francia revolucionaria y luego napoleónica. "El personaje principal es Laura (Lou de Laâge), condenado a sufrir debido a su humilde origen social. Así era esa época", explica sobre una trama donde las mujeres brillan por su nobleza y los hombres se hunden en su mezquindad.

Si a fines del siglo XVIII las mujeres probaban a diario el sabor de la desigualdad, a principios del XXI parece haber algo más de justicia. Al menos, desde el mundo cultural hay señales y una de las más recientes vino de Hollywood.

En su decisión por aumentar la presencia de mujeres y ciudadanos no estadounidenses entre sus miembros, la Academia de Artes Cinematográficas incorporó este lunes a 842 miembros. Estaban Lady Gaga, Jean-Louis Trintignant y también la mexicana Marina de Tavira, actriz de Roma. Los chilenos fueron el cineasta Sebastián Silva, el director de fotografía Miguel Ioann Littin y Valeria Sarmiento.

Ella se lo toma con humor: "Fue muy raro. Ni me avisaron antes. Alguien me comentó que en Hollywood todo el mundo está tan ocupado que los únicos integrantes de la Academia que se ven todas las películas son los jubilados". Sarmiento claramente está lejos de integrar esa camarilla.

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