La desigualdad de género en los museos chilenos

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Con cerca de un 75% de obras de artistas hombres y un 20% de mujeres, las colecciones públicas exhiben una clara disparidad. El MNBA, el MAC y el MSSA explican el desbalance y cómo buscan resaltar la producción femenina.


Era una práctica común en la época. Pintoras como las italianas Sofonisba Anguissola (1535- 1625) y Artemisia Gentileschi (1593- 1654) vieron invisibilizada su obra durante años, ya que sus pinturas eran atribuidas a sus hombres cercanos o artistas de ese momento.

De manera histórica, el problema de la representación de mujeres en las artes visuales se ha extendido alrededor del mundo hasta hoy. Un estudio reciente publicado en el sitio Public Library of Science señala que, de acuerdo a los catálogos en línea de 18 museos públicos de EEUU, un 87% de los artistas de sus colecciones son hombres. En Chile, en tanto, las cifras no son muy distantes. Alrededor de un 75% de los artistas de las colecciones de algunos de los principales museos son hombres y un 20% mujeres.

"Las razones tienen que ver tanto con patrones culturales como con los criterios usados para seleccionar las obras", explica Drina Rendic, presidenta del Capítulo Chileno del National Museum of Women in the Arts. "Muchos de los consejos directivos de museos importantes en el exterior están compuestos por más hombres que mujeres, ya que especialmente en EEUU se busca integrar en ellos a coleccionistas y mecenas de gran poder adquisitivo en desmedro de las mujeres que tienen menos presencia mundial en ese sentido", añade.

En Chile

Fundado en el año 1880, el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) tiene en su colección un total de 5.752 obras. De ese volumen, un 76,5% corresponden a obras realizadas por artistas hombres, mientras que solo 11,8% se atribuyen a mujeres, entre las que se encuentran Rebeca Matte, Lily Garafulic, Laura Rodig, Cecilia Vicuña, Paz Errázuriz y Mónica Bengoa, entre otras.

"Es un hecho sintomático en el mundo que ha comenzado a ser visibilizado, ya que hasta ahora se había naturalizado su existencia", señala Gloria Cortés, curadora del MNBA.

En el Museo de Arte Contemporáneo (MAC), la brecha de género también es evidente, tanto en cantidad de obras como de artistas. En su colección de más de 2.800 piezas, 2.040 (alrededor de 75%) corresponden a producción de artistas hombres, y solo 705 (25% aproximadamente) son de mujeres. Del total de 980 autores, solo un 24% son mujeres, entre las que se encuentran Roser Bru, Bruna Truffa, y Matilde Pérez.

Para Pamela Navarro, coordinadora de la Unidad de Conservación y Documentación del MAC, al momento de revisar la disparidad de género dentro de las colecciones, uno de los factores a considerar es el soporte trabajado por las artistas. "Es posible que haya más obras de fotógrafas o grabadoras que de pintoras, porque la pintura es una obra única. El asunto de la reproducción es vital de incluir como un elemento más de esta ecuación", explica.

"Nos gustaría que la representatividad fuera mayor y para eso, tenemos que impulsar nuevas investigaciones", reconoce Claudia Zaldívar, directora del Museo de la Solidaridad Salvador Allende (MSSA), sobre la presencia femenina en la colección, que tiene a artistas como Concepción Balmes, Francisca Aninat, Yoko Ono, Lygia Clark y Liliana Porter.

Desde su fundación en 1972 hasta la fecha, son 1.392 los artistas que se han sumado a la colección del MSSA. De ellos, un 78% corresponden a creadores hombres, mientras que solo un 19% son mujeres.

"Esta subrepresentación tiene una larga historia de prohibiciones, omisiones y otros factores", afirma la artista visual Voluspa Jarpa, presente en las colecciones del MNBA y del MSSA. "Hay una desventaja que va desde el maltrato y abuso, hasta el desprecio por las obras propuestas por las mujeres, que termina invisibilizando su producción", agrega.

Otros casos de colecciones dispares son las del Museo de Artes Visuales (MAVI), el Centro Nacional de Arte Contemporáneo de Cerrillos -a cargo de resguardar el acervo del Ministerio de las Culturas-, y el Palacio Baburizza en Valparaíso.

En el caso del MAVI, dispone de una colección integrada por 320 artistas, de los cuales un 62% son hombres y un 38% mujeres. A su vez, el Palacio Baburizza cuenta con 116 artistas, 90% masculinos y 10% femeninos.

En el caso de la colección del Ministerio de las Culturas, la cantidad de obras asciende a las 207. De ellas, solo un 24% corresponde a obras de mujeres, como Natalia Babarovic, Lotty Rosenfeld y Alicia Villareal.

"La colección tiene principios que se respetan desde su fundación, incorporando las nuevas y diversas manifestaciones y corrientes. Esto permite acortar brechas y armar un catálogo contemporáneo que refleje la diversidad y riqueza de nuestra escena artística local", comenta Juan Carlos Silva, subsecretario de las Culturas y las Artes.

Puesta en valor

Los distintos museos coinciden en que es una tarea difícil disminuir la brecha incorporando nuevas piezas a sus colecciones, ya que muchas veces las obras llegan por donaciones. Es por eso que actividades de mediación, señaléticas, y perspectiva de género en investigaciones son algunas de las acciones que han realizado con el objetivo de dar relevancia a la obra de artistas mujeres.

"Es imposible llegar a una paridad en las exposiciones de la colección, exhibiendo misma cantidad de obras realizadas por varones y mujeres, porque no tenemos obras", dice Gloria Cortés.

Sin embargo, en el MNBA el tema ha sido abordado desde otras perspectivas. Cursos y talleres con perspectiva de género hasta publicaciones y exposiciones "que ponen en el centro de la discusión la relevancia del trabajo femenino", han sido algunas de las iniciativas. Una de sus exposiciones más recientes, Yo soy mi propia musa, exhibió exclusivamente la obra de mujeres latinoamericanas de la colección.

"Es un tema muy importante hoy y no se puede descuidar", señala desde el MAC, Pamela Navarro. En el museo, la preocupación pasa también por darle visibilidad a las artistas en la promoción de las exposiciones. "A veces elegimos de portada de exhibición una obra de una mujer. Es parte de nuestras preocupaciones y tratamos de mantenerlo a la vista", agrega.

Para el MSSA, la visibilización del trabajo de artistas mujeres "es parte de nuestra línea editorial", señala Claudia Zaldívar. En este sentido uno de sus hitos más recientes está en la actual exposición Ancla 637, con Hugo Rivera-Scott y otros, muestra que cuenta con una sala dedicada a la obra de la artista Lilo Salberg. "Esto implicó un proceso de investigación curatorial, en colaboración con el Archivo del Museo de Arte Contemporáneo, y desembocó en un gesto inédito de exhibir por primera vez un conjunto de obras de esta artista a nivel museal", agrega Zaldívar.

En Valparaíso, el Palacio Baburizza ha desarrollado acciones de mediación y comunicacionales para dar visibilidad a las artistas de su colección. "A cada obra de una artista mujer le hemos puesto un texto donde se pone en valor su labor artística", explica Javier Muñoz, encargado de mediación del museo.

Aun con el trabajo que se ha hecho hasta ahora, para la artista Bruna Truffa este es un espacio que aún no se termina de conquistar. "A pesar que las cosas sí han cambiado radicalmente en los últimos 10 años, imagino que será difícil equiparar las cosas y quizás tendrá que pasar más agua debajo del puente para que la presencia femenina sea pareja", concluye.

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