Ella es Cristina: la "revancha" de Gonzalo Maza

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Mariana Derderián y Néstor Cantillana en una escena de Ella es Cristina (2019), de Gonzalo Maza.

El exguionista de Sebastián Lelio dice que para su primer filme se tomó libertades que antes no tuvo.



Ser guionista, se sabe, es un oficio ingrato. En la industria de Hollywood, los guiones duermen años en los grandes estudios antes de que se dé luz verde a la película. O peor aún, a la espera de que otro libretista los cambie absolutamente.

Nuestro país cuenta con su propio destacamento de guionistas, entre los que en el cine chileno post 2000 ha destacado Gonzalo Maza (1975). Se hizo conocido como colaborador de Sebastián Lelio desde Navidad (2009) a Una mujer fantástica (2017), por la que compartió el Oso de Plata a Mejor guión en el Festival de Berlín.

Desde la semana pasada se puede ver su nuevo trabajo en las carteleras chilenas, pero esta vez en su faceta como director. Se llama Ella es Cristina (2019), una comedia agridulce en blanco y negro con guión propio y protagonizada por Mariana Derderián y Paloma Salas. La actriz y la comediante dan vida, respectivamente, a Cristina y Susana, dos amigas treinteañeras con mala suerte en el romance, acorraladas por hombres torpes y ególatras.

"Las mujeres están bajo mucha presión, mucho estrés y se les cuestiona todo lo que hacen en la vida. Y sucede que personajes con tanta presión se prestan mucho para la narrativa, para el drama y también para la comedia", explica Maza, quien actualmente reside en Londres.

A diferencia de sus trabajos con Lelio, esta vez el novel director pudo darse ciertas libertades que el paciente oficio de guionista le impidió: "La película tiene una gran cantidad de diálogos. Hacer un guión así es una especie de revancha por los guiones que hice antes con Sebastián (Lelio). Lo digo en el mejor sentido. No porque en sus películas los diálogos no fueran tan importantes, sino porque muchas veces Sebastián estaba dispuesto a borrar los diálogos de alguna escena y a hacerlos con los actores. Eso está muy bien como método de trabajo y siempre lo respeté. Pero en este caso tenía ganas de que ciertos diálogos fueran exactamente como los escribí. Un buen actor debe ser capaz de decir un parlamento tal y como está escrito".

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