Big Little Lies corona el despertar de HBO

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El documental Leaving Neverland. El final de Game of Thrones. El fenómeno de Chernobyl. El canal rey de la TV vive un sólido inicio de año con apuestas que han brillado en elogios y popularidad, y que lo hacen tomar ventaja del streaming representado por Netflix.


Los tiempos en la televisión y el mundo de las series no están para dar por muerto ni sepultar a nadie. Tampoco para ir despidiendo al cable ni menos al canal que por años ha sido sinónimo de gran calidad. La estación que le regaló al mundo Los Soprano, The wire, Six feet under y Sex and the city dio un golpe de autoridad en los últimos meses, encarnado en una parrilla 2019 con algunos de los mayores fenómenos recientes. La cadena atendió que el año del final de la producción de TV más popular de la última década era el momento para despertar y darle a las audiencias verdaderos acontecimientos.

La recepción del desenlace de la ficción basada en los libros de George R. R. Martin se acercó a lo esperable: un fenómeno de proporciones gigantescas. Las críticas mixtas a sus últimos capítulos fueron parte de un remezón sin precedentes. De su éxito incluso se benefició la comedia negra Barry, que se emitía a continuación. Logró los mejores números de su historia y atrajo a nuevos espectadores a su extraño mundo.

Elogios que también recibió a inicios de año el tercer ciclo de True detective, la serie antológica policial, y Leaving Neverland, uno de los documentales más comentados del último tiempo, al abordar en cuatro horas dos acusaciones de abuso sexual contra Michael Jackson.

Lo más ambicioso de la segunda parte del año para HBO está en Watchmen y His dark materials, adaptaciones de títulos que ya fueron llevados al cine. La primera -bajo la tutela de Damon Lindelof (Lost)- apuntará a un público adulto, mientras que la segunda se proyecta como una larga franquicia de fantasía. En esos meses también terminarán dos favoritas de la crítica: el drama The deuce y la comedia Silicon Valley.

Pero seguramente se colará alguna sorpresa. Como ya ocurrió con Chernobyl, la miniserie que recrea la catástrofe nuclear de la URSS con un realismo impecable. Estrenada en EE.UU. semanas antes del final de GOT, fue la mejor respuesta de HBO a quienes tenían decidido cancelar su suscripción, y entra justo en carrera por los premios Emmy, pelea con la que el canal quedó atravesado el año pasado: por primera vez Netflix le igualó en premios y superó en nominaciones. Lo mismo debiera aplicar con Veep, cuyo adiós pasó más desapercibido pero culminó en buena nota.

Siguiendo la tónica, mañana el canal amarra otro gran final con el inicio de otro. 48 horas después del cierre de Chernobyl llega el segundo ciclo de Big little lies, una de las series imprescindibles de 2017 con su historia de mujeres y relaciones fracturadas. Aunque iban a ser sólo los siete capítulos originales, sus actrices y productoras Nicole Kidman y Reese Witherspoon quisieron otra cosa. Con la adición estelar de Meryl Streep, la serie regresa con sus cinco mujeres protagonistas y el título de "melodrama sensacional", como la llamó IndieWire. Será la apertura de un mes particularmente ecléctico, al que se sumarán el drama juvenil Euphoria, la comedia grabada en Chile Los Espookys y la película de Deadwood.

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