Los obreros escoceses y el boicot a los aviones Fach

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Robert Somerville, Bob Fulton, John Keenan, Ian Barrie, John Gillies y el director Felipe Bustos Sierra junto a un motores Rolls-Royce.

Felipe Bustos Sierra cuenta la historia del documental Nae pasaran!, sobre la negativa de los mecánicos a reparar los motores de Hawker Hunter en protesta por el Golpe. Se estrena el jueves.



Primero pensó que estaban muertos. Luego creyó que sus personalidades obstinadas y rudas le jugarían en contra. Finalmente entendió que lo mejor era acercarse de a poco y con pruebas en la mano. No quería aprovecharse de sus historias y montar una película para gloria personal. Por el contrario: se trataba de que aquellos cuatro jubilados de las afueras de Glasgow entendieran que el director chileno Felipe Bustos Sierra (1977) también estaba dispuesto a hacer sus sacrificios. Por ejemplo, ir a Chile a buscar pistas de los motores de los aviones Hawker Hunter que ellos se habían negado a reparar en 1974 como acto de protesta tras el golpe militar de 1973.

Más o menos así se fue desarrollando la creación de Nae Pasaran! (2018), documental que el jueves se estrena en 23 salas locales, de Arica a Punta Arenas, dentro del circuito de películas Miradoc. Coproducida gracias a aportes escoceses y chilenos, entre ellos BBC Scotland y el ex Consejo de la Cultura, Nae pasaran! fue estrenada comercialmente a fines de 2018 en el Reino Unido, recibió críticas positivas unánimes en los medios británicos ("una historia de honesto idealismo" según The Times) y el premio a Mejor película de los Bafta de Escocia.

La historia de los obreros Bob Fulton, Robert Somerville, Stuart Barrie y John Keenan ha sido poco detallada hasta hoy. En 2013 Felipe Bustos Sierra filmó un cortometraje del mismo nombre con los cuatro trabajadores de Rolls-Royce: era el gran referente audiovisual al respecto. Pasarían cinco años hasta que el director terminara el largometraje documental.

En el intertanto la historia de los mecánicos de East Kilbride (urbe satélite a media hora de Glasgow) iría creciendo en matices a partir del siguiente borrador original: en el año 1974, los trabajadores de la planta de Rolls-Royce de East Kilbride se opusieron a reparar los motores modelo Avon provenientes de los aviones Hawker Hunter de Chile. Presumían, con razones fundadas, que pertenecían a los jets británicos usados en el bombardeo a La Moneda.

"La película se llama Nae pasaran! porque deriva del grito de resistencia de los republicanos en la Guerra Civil Española. Muchos escoceses, entre ellos algunos antepasados de nuestros protagonistas, pelearon por el bando anti-franquista. Pero como los escoceses no dicen no, sino que nae, le pusimos Nae pasaran!", cuenta el director, que está en Chile para el estreno.

De Corea a Escocia

El líder natural de la protesta de 1974 fue Bob Fulton (1923), hoy de 96 años y que en 1974 andaba en los 50. Sus principales aliados fueron Robert Somerville (82), Stuart Barrie (72) y John Keenan (77). Todos aparecen en cámara, pero falta Doug Gillies, ya fallecido. En su defecto, es su hijo John Gillies quien lo recuerda. Tienen acentos pronunciados, letras erres muy marcadas, rostros curtidos, carácter fuerte, humor irreductible.

"Ninguno de ellos tuvo educación formal. Son hijos de campesinos, como Bob, el mayor", cuenta Bustos Sierra. "El es un tipo de carisma natural. Peleó en la Segunda Guerra y entre 1942 y 1943 estuvo en combate desde Italia hasta Alemania. No es alguien político ni nada por el estilo. Inició el boicot por solidaridad. Simplemente no le parecía humanitario trabajar en algo que beneficiaría a algún régimen que había propiciado muertes y torturas", agrega.

Radicado en la histórica capital escocesa de Edimburgo, Bustos Sierra se trasladó a la industrial y más populosa Glasgow para hallar a los viejos estandartes de la ya desaparecida factoría Rolls-Royce de East Kilbride. "Pensé que estaban muertos. Después de todo, un obrero no tiene una vida promedio muy larga. Finalmente recibí una llamada de Robert Somerville, que siempre ha sido el más político del grupo. '¿Parece que me andas buscando?'", me dijo al teléfono.

Lo que encontró el realizador fue tal vez un grupo de hombres aún más pragmáticos, realistas y cínicos que él mismo. "Se preguntaban por qué razón alguien querría hacer un documental sobre una acción de protesta de cuatro jubilados hace 40 años. Por qué no hacer un documental acerca de Siria, mejor. Los junté en un pub para veteranos de guerra en Glasgow, tomaron algunas cervezas y aquellas son las escenas que se ven al inicio de la película. En realidad, esa situación era compleja: bromeaban, se acordaban de los viejos tiempos, pero no rompían su cascarón emocional, no se conectaban con mi proyecto", dice el director. "Recién logré convencerlos de participar y contar su historia cuando recogí testimonios de ex presos políticos chilenos y ex uniformados de la FACH leales a Allende que sabían de su acción en 1974. Hice un montaje de dos horas y se los mostré", afirma. En particular los impresionaron las palabras de Arturo Jirón (1928-2014), ex médico personal de Allende y de Juan Seoane (1928-2017), ex jefe de detectives de La Moneda, ambos fallecidos antes del estreno del documental.

Hubo una prueba más. "De cierta manera ellos también me pusieron un desafío: así es como fui a Chile en busca de los motores. En 1978 habían sido devueltos sin reparar por Rolls-Royce. Sólo pude encontrar uno de ellos. Había sido parte de un remate de materiales de la Fach. Su número de serie corresponde a uno de los que me pasó Bob Fulton. Fue algo frustrante no hallar nada más. En fin. Hay documentos entre Chile y Gran Bretaña que recién se podrán desclasificar en el 2039. Tal vez en el futuro. Uno nunca se sabe", dice el realizador.

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