Azul marino: Leo Saavedra lanza nuevo single y prepara segundo álbum solista

Foto Artista 2

En entrevista con Culto, el excantante de Primavera de Praga y hoy guitarrista de Pedropiedra proyecta su futuro de su etapa en solitario. Además, habla de sus sentimientos tras la tocata de despedida con su exbanda y desnuda sus demonios internos.


Casi cuatro años han transcurrido desde que Leo Saavedra, el excantante de Primavera de Praga, lanzara "Selfie", el álbum que abrió su etapa solista. Tiempo que el músico considera "más que suficiente" para editar nueva música. Y es que la inquietud de Saavedra lo ha llevado a ocupar sus tiempos entre colaboraciones y ocupar plazas musicales permanentes con otros artistas: hoy se encuentra como guitarrista con Pedropiedra, así como también grabó guitarras y teclados para la nueva producción de Fernando Milagros. Todo ello, para sumarlo a su currículum, que suma participaciones en vivo con Los Petinellis, Gonzalo Yáñez, Supernova, entre varios otros.

Pero su obra propia siempre aparece en el norte del nacido en Los Ángeles. El cantante, quien el año pasado realizó una tocata de despedida con Primavera de Praga, lanza hoy "Azul Marino", corte proyectado como el primer single de lo que será su segundo disco, que espera sacar a fines de año. El track cuenta con un videoclip producido por Praxinoscopio, donde dos actores (Consuelo Carreño y Juan Cano) dan vida a un track de carácter pop, que no abandona la tradición beatlesca del músico. Saavedra conversó con Culto sobre el nuevo single, sobre sus sensaciones tras la tocata de despedida con Primavera de Praga y desnudó sus demonios internos.

-¿Cómo nace hacer este tema nuevo?

-Este tema nuevo, de hecho, lo tengo hace un tiempo listo. Yo cacho que hace como un año, me acuerdo cuándo lo compuse de hecho, y que fue como esas historias que parecen mentira, pero suceden. Me levanté como a las 4 ó 5 de la mañana a registrar el motivo principal de la guitarra que está en el tema.

-¿Lo soñaste?

-No sé si soñarlo, pero estaba en ese limbo de despertar, que estás como medio despierto y medio dormido y estaba pensando ya en el tema.

-Hablando sobre la composición, ¿cómo te llega la inspiración? Como una inspiración casi mágica o la fuerzas diciendo 'ya, hoy tengo que hacer una canción'.

-Hay mucha gente que dice 'no, te llega nomás, la agarraste, te inspiraste'. Y hay otro que dicen 'no, es solo trabajo hasta que sale algo'. Yo creo que es una mezcla. A mí me pasa que cuando me siento en el teclado o con la guitarra y estoy dándole harto rato a acordes o tratando de cachar cuestiones nuevas, se me ocurre algo, empieza a salir. Mientras haces ese trabajo arduo, llega la inspiración. Yo que creo no llega de la nada. Aunque también sucede, de repente te levantas con insomnio a las seis de la mañana y yo he compuesto canciones con esa sensación de estar como medio dormido. No sé si de una inspiración, como de algo que escuchaste y que nadie más escuchó y lo pudiste traspasar con tus manos y con tu mente a un instrumento que suene y hacer poder registrar algún día esa melodía y esa composición. Y también la letra va saliendo ahí. Yo la letra siempre la hago después de componer. A mí siempre la música me dice lo que la letra tiene que decir.

-¿Tú sientes que la letra es lo que más te cuesta hacer? ¿Por eso lo dejas para el final?

-Me sale menos natural que encontrar música.

-¿Eso ha sido así siempre desde tu inicio musical hasta ahora?

-Sí, siempre. De hecho, paso por períodos donde pienso 'puta, ¿quién le puso letra a la música?, ¿para qué?' Pero también me encantan las canciones y hacer canciones. Y de repente también alucino con canciones que están perfectamente armadas como los acordes, la composición y la melodía, y la letra que es toda una cosa 'oh la cagó esa parte, me gusta'. De repente me da cuando escucho música clásica que no tienen letra. Digo 'puta, esta es la música'.

-Como el jazz.

-Sí, hay mucha música que no tiene letra que es alucinante. De hecho, estoy a punto de decidir poner un instrumental que hice. Un par de instrumentales en mi onda.

-¿Te pasa a veces que escuchas una música nueva que no habías oído antes y te dan ganas de tocar y componer algo en esa onda?

-Me ha pasado. Hace años que yo empecé a escuchar a Charly (García). Yo no lo escuchaba tanto cuando era más chico. Y es algo que no es nuevo, sobre todo parte de su obra más grande no es tan nuevo, para mí fue nuevo. Y empecé a influenciarme con algunas cosas, con los sonidos, en la composición, en la parte de música docta que tiene incluso. Y con grupos más nuevos yo creo que nunca he sido muy vanguardista, trato de tener un sello propio y mezclar las cosas que me gustan para hacer algo más propio, pero tampoco estoy tanto buscando lo que hay ahora. Me acuerdo que me gustó caleta Tame Impala hace caleta de años, con el segundo disco, y dije: 'oh, me gustaría hacer un tema como este'.

-¿Te gustaría hacer un disco con guitarras más estridentes, más rockero?

-Sí. Porque con el tiempo me he dado cuenta lo de irse resolviendo un poco, cada vez más y aceptar sin prejuicio que te gustaban ciertas bandas cuando tenías quince años y todavía de repente vuelvo a escuchar algunos discos y digo 'esta huevada me encanta como del primer día' y siento que me gusta caleta el sonido de guitarra y de distorsión también. Me gusta ese sonido que tiene el rock y de lo agresivo que es el sonido.

-En Selfie había una idea de contar un cuento, donde cada track era una parte. Tú contaste que estabas en pasando un momento oscuro provocado por una ruptura amorosa. ¿En el disco nuevo hay una idea conceptual detrás?

-Tengo la idea de hacer un disco medio baladístico, pero baladístico en el sentido amplio del romanticismo. El romanticismo de vivir, no ligado al amor romántico de pareja. El romanticismo de hacerle una canción a la nostalgia que provoca cosas que te gustaban cuando eras niño.

-Pero eso tiene que ver con lo musical. ¿Tiene que ver con una etapa que estás viviendo?

-Sí, las canciones que estoy eligiendo y que fui haciendo para esto ya estaban como cargadas de ir solucionando cosas que quedaron atrás y algunas como anécdotas de cosas más actuales.

-Hay como una idea de resolver cosas.

-Sí, ya no hay muchas sentencias de cosas que uno cree, sino como análisis de uno mismo. De por qué me pasó esto, de por qué cuando niño viví tal cosa o en la adolescencia. Y ahora ya estoy un poco más grande y le encuentro sentido a esas cuestiones, porque a los 20 años no le encontraba sentido y solamente era un loco y viví empastillado 15 años. Y ahora algún día decidí dejar esas etapas, nunca más quise tomar ninguna cosa y dije 'filo, me va a dar un síndrome de abstinencia, pero no me importa porque sé que todo es una ilusión'. Porque empecé a conocerme un poco más por dentro sabía que era una mentira de mi mente nomás.

-¿A qué te refieres con empastillado?

-Antipsicóticos y un montón de huevadas.

-¿Por una enfermedad?

-No sé si una enfermedad. Una vez lo leí y me hizo mucho sentido, la depresión más que una enfermedad es una habilidad mental. Una habilidad que uno tiene para encontrar un camino oscuro que te haga evitar el mundo.

-¿Y estuviste 15 años con eso?

-Claro, de tratamiento en tratamiento. Entonces es charcha. Hasta que un día dije no 'tomo nunca más esta huevada' y tuve como un par de semanas con tiritones y sudores y huevadas raras.

-¿Cómo sentiste el show de despedida de Primavera de Praga?

-Me sentí raro. A veces pienso que estuve tocando con una sensación de bloqueo, medio inerte. Por un lado, podía hacerlo, porque lo ensayamos, las canciones me las sé, son mis temas y vibro con ellos. Pero también emocionalmente yo dije 'oh, voy a estar para la cagada, me voy a poner a llorar en el escenario' y estaba nervioso por eso. Y quizás como era fuerte para mí dar ese fin a algo tan importante, a esa etapa con los cabros que como por momento bloqueé la huevada, me sentí en piloto automático un poco. La emoción me viene de repente ahora cuando voy caminando y me cruzo en la radio con un tema de Primavera de Praga y me acuerdo y ahora me emociono y digo 'puta qué linda la banda, este fue un buen viaje'.

-Cuando terminaron, ¿qué dijeron? ¿Se dijeron: tenemos que juntarnos de nuevo?

-Sabes qué, nuestra relación de amistad está tan clara, que yo no sentí nada de eso. Fue como: 'oye, bacán, puta salió la raja, que estén bien cabros y chao'. Yo de repente veo a Frito, soy padrino de una de sus hijas. Viven en el sur. Toco con Daniel todavía y al Boris me lo encuentro de repente.

-Imagino que después de la última tocata algunos seguidores quedaron entusiasmados con volver a verlos. ¿Eso está descartado?

Sí. Cuando nos separamos físicamente ese día yo estaba con el pensamiento de por fin esto se terminó, bacán, la raja. Quiero seguir con lo mío y no tengo intenciones de tocar con Primavera de Praga.

-¿Pero no hay mala onda?

No, no, es porque quiero hacer mis cosas, Frito vive en el sur. Hay separaciones, espacio, tiempo, y tampoco tengo ganas de hacer música para hacer discos con Primavera de Praga. Lo que no descarto es que algún día en la vida queramos tocar, porque tenemos buena onda y digamos 'oye, volvamos a hacer un disco'. Perfectamente podría ocurrir. No sé cuándo. Pero ahora yo estoy con esto.

Mira acá el videoclip de "Azul marino"

https://www.youtube.com/watch?v=QnHWXFvNyxk&

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.