¿Qué hay en común entre Avengers: Endgame, Winterfell y nosotros?

Para muchos el fin de semana fue de emociones fuertes en la ficción televisiva y cinematográfica. Las dos franquicias que han cultivado fans por todo el mundo y se han tomado los medios en el último mes llegaban a puntos extremos de su narrativa. En Avengers: Endgame los superhéroes hacen el último esfuerzo por recuperar la vida de los que partieron en Infinity war. En el capítulo "La batalla de Winterfell", de Game of Thrones, los humanos se enfrentan cara a cara con la muerte.


Probablemente uno de los momentos más intensos de Endgame es cuando Thanos se alza frente a todos los superhéroes y clama "soy inevitable". El texto volvió a razonar en mi cabeza cuando en la batalla de Winterfell mencionan "estamos peleando contra la muerte", la cual también es inevitable. Ambas lidian con versiones distintas de un posible apocalipsis para los humanos de sus universos. ¿Es que acaso la ficción audiovisual se está haciendo cargo de evidenciar el final que nos espera como sociedad?

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Los caminantes blancos son presentados en la primera escena del primer capítulo de Game of Thrones (allá por el 2011). Si bien esta trama se desarrolla de una manera más lenta frente a la tensión político-militar, en el paso de las ocho temporadas logró la relevancia correspondiente. Los caminantes blancos han sido los principales antagonistas de Jon Snow y compañía. El riesgo de la completa destrucción de su mundo, tal y cual lo conocen, motivó a que se unieran todas las fuerzas posibles en esta lucha e incluso pausar la discusión sobre quién debe estar en el trono de los siete reinos. ¿De qué importa ser el rey si no hay reino? ¿De qué importa el poder si no hay planeta?

En el caso de Marvel, su universo cinematográfico se inicia en el 2008 con Iron Man. Una década después somos aturdidos con Infinity War, cuando todos los superhéroes se unieron y aun así no lograron salvar la humanidad. La derrota del superhéroe es parte del camino en la película, nunca había sido el final de una película. Parecía ser que desde el cine más comercial y mainstream nos estaban dando una señal clara sobre el destino pesimista al que nos enfrentamos como humanidad. No nos enfrentamos a Thanos, pero el calentamiento global es una amenaza tan seria, destructiva y un tanto aleatoria para la sociedad mundial como el villano morado.

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Jon Snow consiguió reclutar todo el apoyo que pudo, como siempre están quiénes prefieren no hacerse cargo de los problemas que nos afectan a todos (miren quiénes se salieron del acuerdo de París). Por otro lado, los Avengers volvieron a unirse y a repensar como salvar el universo. Nos hicieron cuestionar todo lo que habíamos aprendido sobre viajes en el tiempo gracias a la ficción y el cine. Indirectamente, establecieron que: 1) No hay una vía simple para resolver estos problemas. 2) No tiene sentido "evitar" el pasado (o hacer cómo que nunca sucedió). Al contrario, sólo haciéndote cargo de tu pasado puedes mejorar tu futuro.

No va a faltar el comentario sobre lo iluso que es una interpretación sobre el problema medioambiental que enfrentamos en relación a una serie de películas de superhéroes o una serie sobre un mundo medieval. ¿Para qué es la ficción, si no nos permite reflexionar sobre nosotros mismos? Más cuando son historias corales, que nos permiten entender un universo desde distintos puntos de vista.

Ambos se enfrentaron a la amenaza inminente de la destrucción, un peligro que se mantuvo latente y escondido mientras intentaban resolver otros conflictos. En ambos casos nuestros héroes juegan con posibilidades más negativas que positivas. En buen chileno, logran "dar vuelta" la situación en ambas ficciones. Lo que indirectamente, también me da fe en la humanidad. Sólo falta ser un poco más consciente de que lo inevitable está a la vuelta de la esquina y es hora de hacerse cargo.

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