El decreto que vuelve a movilizar el arte en Cuba

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El nuevo decreto 349, que regula la práctica artística en la isla, mantiene al gobierno cubano y a los creadores, de todos colores políticos, enfrentados. Acá, artistas, escritores y curadores alzan la voz y acusan censura.


Diciembre de 2018, domingo, 10.30 de la mañana. Un grupo heterogéneo de artistas, escritores, pintores, actores de teatro, curadores y otras figuras de la intelectualidad cubana se reúnen en el Estadio José Martí para un inédito juego de pelota que titularon La plástica cubana se dedica al fútbol, una protesta contra el Decreto 349, que a inicios de ese mes el gobierno cubano puso en vigor para regular las prácticas artísticas en la isla. Según el texto, ningún artista puede realizar actividad sin tener antes la aprobación del Ministerio de Cultura, a la vez que prohíbe cualquier obra que contenga "lenguaje sexista, vulgar y obsceno" o que use "símbolos nacionales" de manera que "contravenga la legislación actual". Los inspectores de gobierno pueden imponer multas a quien no sigan la ley y confiscarles sus propiedades.

De forma generalizada, los artistas cubanos han rechazado el decreto que parece revivir los tiempos más oscuros de la Revolución. El caso más emblemático fue el del poeta Heberto Padilla, acusado de contrarrevolucionario, detenido y obligado a pedir perdón en 1971.

Treinta años después, en septiembre de 1989, un grupo de artistas cubanos también protestó, aquella vez en el estadio José Antonio Echevarría, con la performance La plástica joven se dedica al baseball (un deporte ahora venido a menos en la isla), que inspiraría a una nueva generación de artistas. "Quisimos remarcar que la censura en Cuba ha estado presente siempre y ahora quieren transformarla en ley. La convocatoria fue potentísima; más que nunca los artistas estamos unidos sin importar el color político", dice el poeta cubano Amaury Pacheco, sentado, hace unas semanas, en un café del barrio Bellas Artes, en Santiago.

Pacheco fue invitado a Chile y Argentina por el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (Cadal), junto a la actriz cubana Iris Ruiz -ambos miembros del grupo San Isidro, fracción más contestataria- para contar cómo desde julio pasado el Decreto 349 los mantiene enfrentados con el gobierno cubano. Y aunque mañana hay un referéndum constitucional en Cuba, la votación excluye la polémica medida.

El escritor Leonardo Padura confiesa su confusión. "No entiendo para qué había que crear una ley de control cuando en Cuba existen los mecanismos de control y, por supuesto de censura, que muchos hemos sufrido", dice en referencia al filme Regreso a Itaca, del que fue guionista y que fue excluido del Festival de Cine de La Habana.

En estos meses, los artistas han solicitado apoyo a la comunidad internacional juntando firmas; levantando campañas en redes sociales y protestando en las calles. También preparan su propio documento de políticas culturales para responder al gobierno. El rechazo a la medida ha sido transversal y ha alineado desde creadores conocidos por su oficialismo como el cantante Silvio Rodríguez hasta la artista disidente Tania Bruguera.

El año pasado, además, el gobierno canceló la XIII edición de la Bienal de La Habana, evento que fuera símbolo de la libertad artística en la isla. "Dijeron que iban a utilizar los fondos para los damnificados del huracán Irma de 2017, pero nos consta que no ha sido así", cuenta Iris Ruiz quien en respuesta organizó la 00Bienal de La Habana, evento hecho por los propios artistas y que duró 10 días. "La relación del gobierno con los artistas siempre ha sido así, un constante tira y afloja. A nosotros ahora nos dejan viajar, hablar públicamente, pero a otros los han detenido. Dos raperos que estuvieron en la primera protesta contra el decreto están presos desde septiembre", afirma Ruiz sobre el caso de Maikel Castillo y Lázaro Rodríguez.

Otra artista que ha sido detenida en varias ocasiones, la última a inicio de diciembre, es Tania Bruguera. "Soy el conejillo de Indias del gobierno. Me han dicho en la cara que no soy artista y que pongo en peligro la seguridad del Estado. Solo fuera de Cuba soy artista", dice la performista que hasta hace unos días estuvo exhibiendo en la Tate Modern de Londres y en el MoMA de Nueva York.

Eso sí, por ahora el gobierno cubano ha suspendido la ejecución del decreto hasta nuevo aviso, pero los artistas no descansan. "Ellos no se esperaban una respuesta así de colectiva. Mi pronóstico es que van a esperar la Bienal de La Habana para poner en práctica el decreto. Invitamos a todos los artistas internacionales a que nos apoyen", dice Bruguera. La nueva edición de la bienal se realizará entre 12 de abril y 12 de mayo próximos.

Según Gerardo Mosquera, curador cubano y fundador de la Bienal de La Habana en 1984, "las autoridades han reconocido que el proyecto no está bien redactado y han dicho que lo modificarán en cooperación con los artistas, pero nadie sabe quiénes. Tampoco se sabe quiénes serán esos funcionarios autorizados a desacreditar obras y eso es grave. También se quiere regular a artistas no profesionales, lo cual es ridículo porque hay muchos artistas buenos que nunca pasaron por la universidad", dice.

Para la curadora cubana Dermis León, quien vive en Berlín, la medida esconde un trasfondo económico. "Cuando visité Cuba en 2016 me encontré con un panorama muy cambiado. No es la realidad de todos, pero sí existe una industria cultural con artistas que viven entre Cuba y el extranjero que están en el mercado del arte y que hacen mucho dinero. Eso es algo que el gobierno no ha podido controlar. Con este decreto, lo que están haciendo es matar a la gallina de los huevos de oro. Ellos podrían ser más astutos y apoyar el arte cubano, pero no saben cómo proceder y lo más fácil es censurar. Tienen un discurso desfasado y estrategias de los años 70", concluye.

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