Adam McKay, director de Vice: "Christian Bale es de lo más sorprendente que he visto"

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Ganador de un Oscar por La gran apuesta, McKay convirtió la vida de Dick Cheney en una sátira incómoda nominada a ocho estatuillas. Acá se refiere a la película con el actor británico, que ayer se estrenó en Chile.


Su fiel apoyo a Bernie Sanders, el político demócrata que para los más conservadores es apenas un socialista encubierto, no le nubla la vista al reconocer ciertas virtudes del adversario. Por el contrario, el director Adam McKay (1968) cree que la demonización es sólo una salida fácil. Por eso, argumenta, decidió que su película sobre Richard Cheney no sería un retrato del mal ni una "biopic" más. Optó, en cambio, por la mayor libertad narrativa posible, mezclando los tonos grises, blancos y negros de la vida del controvertido político republicano.

Eso es finalmente lo que se ve en Vice (El vicepresidente) (2018), nominado a ocho premios Oscar, incluyendo Mejor película, director, actor, actriz y guión. Aún así la obra tiene más sombras que luces: es la historia de un hábil operador político asociado para siempre con aquella invasión a Irak del 2003 donde nunca se encontraron armas de destrucción masiva.

"No queríamos que fuera una biografía tradicional. Más bien deseábamos que el espectador se sintiera de cierta manera incómodo y que no dijera 'ah, esta es la clásica película biográfica de políticos'", comenta Adam McKay a Culto, a dos días de la entrega de los premios Oscar. El realizador es ya un veterano de estos premios: en 2016 ganó la estatuilla a Mejor guión junto a Charles Randolph por La gran apuesta. Aquel filme con ribetes cáusticos sobre la crisis financiera de 2007 también se acercaba a personajes y temas complejos con una distancia novedosa.

Vice, que se estrenó ayer en los cines chilenos, replica esa fórmula, pero con el que es considerado el vicepresidente más poderoso de la historia de EEUU. Protagonizada por Christian Bale en el rol del hombre de confianza de George W. Bush desde el 2001 al 2009, la película parte en su época de mediocre estudiante universitario en Wyoming. Desfilan sus borracheras juveniles, su amistad con el exsecretario de Defensa Donald Rumsfeld (Steve Carell), la llegada a la Casa Blanca, los atentados del 11 de septiembre y, sobre todo, su relación con Lynne Vincent (Amy Adams), la incansable y ambiciosa esposa. Para el personaje, Bale subió más de 20 kilos.

¿Qué opina del trabajo de Christian Bale en la cinta?

Una parte importante de esta película era revelar el misterio de quién era Cheney. Y esa respuesta tenía mucho que ver con el tipo de personaje que iba a construir Christian Bale. ¿Que puedo decir? Respondió muchas respuestas y superó mis expectativas. Sabía que iba a ser bueno, pero no a ese nivel de "bueno". Es de lo más sorprendente que he visto en mi vida.

¿Empatizó con Cheney a pesar de estar en otro bando político?

De cierta manera sí. Lo más fácil habría sido hacer una película donde se lo culpara de todo, demonizando cada acto de su vida. Pero de lo que se trataba todo era de entender a Cheney. La tesis de la película es que hay un ser humano detrás de este político. A la larga no hay que olvidarse que todos inicialmente queremos hacer el bien al otro. y supongo que algo de eso tuvo que haber existido en cierto momento en la vida de Cheney. Lo que encontramos es que en su juventud era un americano bastante promedio: hacía deportes, tenía bastante buen sentido del humor y su familia solía destacar eso. Intentamos sacar del camino cualquier tipo de prejuicio y examinar cómo diablos llegó a ser lo que es.

También opta por quiebres en el tiempo e introduce créditos en medio de la historia.

Lo interesante de todo es que Dick Cheney no es un tipo especialmente carismático. No se le conoce ningún discurso famoso, es alguien que más bien gusta de vivir en las oficinas, pero por otro lado conoce muy bien el lenguaje burocrático y su poder está en el manejo sorprendente de detalles que usualmente no salen a la luz público. Los maneja como nadie. La solución para llegar al público con un personaje así de oscuro era mezclar diferentes tonos dramáticos en el guión y formalmente sorprender al espectador con muchos recursos. Quería que el público estuviera al borde de su asiento o, al menos, en uno de los lados de la butaca.

¿Qué tan importante fue la esposa de Dick Cheney en su vida?

Lynne Cheney es clave. Hasta cierto punto es difícil separar a los dos personajes. Es más, el primer acto de la película es la historia de Lynne. Uno ve su ambición y astucia. En un momento, poco después que el joven Dick cae en la cárcel por segunda vez por conducir ebrio, ella le dice que "debe hacer algo por su vida" o de lo contrario "lo abandonará". Y es ahí cuando Dick Cheney comienza a convertirse en lo que conocemos hoy. Ordena su vida.

¿Cómo se refleja el paso de Cheney en Estados Unidos hoy?

Todo empezó con Ronald Reagan. Es la gran revolución republicana que nadie supo parar. Y en ese contexto, Dick Cheney es un jugador clave: sabía exactamente qué hacer. Por otro lado, gran parte de la pérdida de confianza de los ciudadanos hacia el gobierno tiene que ver con iniciativas de los años de Cheney, empezando por el fraude de las armas de destrucción masivas o los falsos informes de inteligencia. Obviamente él no fue el único metido en esto, pero fue esencial. Lo que vemos hoy es el resultado de eso e incluso durante los años de Obama los republicanos seguían siendo muy fuertes en el Congreso. Bloquearon muchas iniciativas. En fin, si eres republicano y vives en Estados Unidos tienes muchas razones para estar feliz. Aún así, Dick Cheney me parece muy interesante, sobre todo por su manera de operar, siempre en silencio, sin vociferar.

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