Adriana Valdés asume la dirección de la Academia Chilena de la Lengua

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Adriana Valdés ayer, durante la ceremonia en el Instituto de Chile.

En los próximos tres años la académica buscará acercar la institución a la ciudadanía y a la vida cultural del país.


Es todo un hito dentro de la historia de la Academia Chilena de la Lengua. En sus 133 años de existencia, la institución será dirigida por primera vez por una mujer, la ensayista Adriana Valdés (75).

Tras ser electa en diciembre pasado, la académica asumió ayer el cargo en una ceremonia realizada en el Instituto de Chile, a la que asistieron la Ministra de las Culturas, Consuelo Valdés, y miembros de las distintas academias. "Es un reconocimiento a su vasta trayectoria como también a su gran aporte multidisciplinario en distintos ámbitos de la cultura", comentó Consuelo Valdés a La Tercera.

En la ceremonia, también se realizó el traspaso de la presidencia del Instituto de Chile. El cargo es rotativo dentro de las seis academias, y este año le corresponde ocuparlo a la Academia Chilena de la Lengua. Así, Valdés sucede en el cargo a Luis Merino Montero, de la Academia de Bellas, por los próximos tres años.

"No estoy aquí por ser mujer, sino por ser académica, y por estar llamada a hacerme cargo", señaló la ensayista, quien desde 1993 es miembro de la Academia Chilena de la Lengua.

Sin embargo, es notoria la apertura de la Academia como del Instituto de Chile en términos de la inclusión de mujeres dentro de sus filas. Además de Adriana Valdés, otras dos mujeres estarán a la cabeza de sus respectivas academias en los siguientes tres años: Silvia Westermann, en la Academia Chilena de Bellas Artes, y María Cecilia Hidalgo, en la Academia Chilena de Ciencias.

"El sentido común cambia con el tiempo, y se van corriendo las barreras de lo posible. Si no, cómo podría estar aquí frente a ustedes aceptando estas responsabilidades que no habían estado nunca, en mi Academia ni en el Instituto, en manos de una mujer. Eso antes no habría sido concebible", comentó Valdés en su discurso, donde también tuvo palabras de agradecimiento para el ex director Alfredo Matus, quien estuvo en el cargo por 24 años, y para el ex presidente del Instituto de Chile.

Su dirección

"Me acerco con temor y temblor, pero no con menos esperanza a las tareas pendientes", señaló Adriana Valdés. Esas tareas giran en torno a dos ejes que son los que guiarán su mandato.

En primer lugar, Valdés buscará continuar con la consolidación de los vínculos entre el Instituto de Chile y las seis academias que forman parte de él. Pero también aspira a conseguir una mayor apertura de la institución, no sólo en términos de inclusión dentro de los mismos miembros, sino que en cuanto a la vinculación con la sociedad y al uso de herramientas que le permitan modernizarse.

"Siento entre nosotros un afán de vincular cada vez más con la ciudadanía, con la vida política y cultural del país. Una institución republicana ha de estar al servicio de la sociedad y debe tener una visión clara de los muchos cambios, diversidades y pluralidades que hoy están presentes en la sociedad chilena", comentó al respecto.

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