Mark Lanegan, músico: "Mientras más gente quieres, más gente pierdes"

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El músico sigue activo con giras y proyectos.

Antes de su show en Chile, el cantante habla de sus discos junto a Alain Johannes y de las memorias que editará con sus recuerdos de la era grunge.


Con fecha de salida para 2019, las memorias que escribe Mark Lanegan (53) podrían terminar siendo todo un acontecimiento. Material hay, porque el músico de Washington, tras superar a su familia disfuncional y diversas adicciones, se instaló en Seattle a fines de los 80 y terminó formando parte de una de las últimas generaciones relevantes en la historia del rock, así como una de las más trágicas. "Perdí buenos amigos", reconoce el ex Screaming Trees, con esa voz áspera y grave tan característica, de sobreviviente de mil batallas. La misma que está presente en decenas de discos propios y ajenos.

"Dos de mis mejores amigos eran Kurt Cobain y Layne Staley, y ambos murieron muy jóvenes. Pero la vida es eso, la gente muere. Mientras más gente quieres, más gente vas a perder", sentencia el cantautor, que fiel a su permanente búsqueda colaborativa lanzó hace dos semanas With animals, su segundo LP junto al británico Duke Garwood. Un título que sucede a Gargoyle (2017), su más reciente disco solista, producido por el chileno-estadounidense Alain Johannes y el motivo de su nueva visita a Santiago, con un show en formato trío este miércoles en el Club Subterráneo.

¿Le resulta más fácil hacer música solo o junto a un colega?

Cada disco tiene su propio proceso, pero incluso aquellos que sólo llevan mi nombre los trabajé con alguien más. Cada álbum que he hecho es una colaboración con otro músico, y todos los discos de Mark Lanegan Band son una colaboración con Alain Johannes.

¿Qué hay en Alain Johannes que no encuentra en otro músico?

Es el socio musical más importante que he tenido. No fue hasta que lo conocí que comencé a hacer discos que realmente me gustaron. Con Alain conocí a mi alma gemela musical y estoy muy agradecido de que eso haya ocurrido, porque los últimos 15 años que he estado trabajando con él han sido de pura alegría. Para mí, es uno de los músicos más subvalorados que conozco.

¿Se ha perdido el espíritu colaborativo en la música, en el rock?

No podría hablar por el resto pero para mí la colaboración es todo. Siempre estoy componiendo o cantando para otros, disponible para sumarme a un nuevo proyecto. No podría decirte si es algo que se ha perdido en el mundo, pero en mi mundo es algo permanente.

Ahora que escribe sus memorias de sus años en Seattle, ¿ha cambiado la perspectiva con que mira su propio pasado?

Por supuesto, mucho ha cambiado. Estuve en Seattle del 88 al 97, durante la explosión del grunge y el libro habla de cómo era mi vida entonces, mis amigos, las giras, los discos, cosas íntimas que vivimos. Cuando empezamos con Screaming Trees no podía componer una canción. Era solo un cantante. Los discos que siguieron me ponen más orgulloso, pero no fue hasta mi primer disco solista, en 1999, que realmente sentí que hacía algo propio. En ese sentido, he sido bendecido con la oportunidad de tocar con gente cuya música me gusta mucho.

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