Así es la primera librería en español en China

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Se llama Mil Gotas, es la primera en español en China, y abrió hoy un nuevo local en Shanghai, cuando celebra el primer aniversario de su inauguración en Pekín.


Detrás de su funcionamiento se encuentra Guillermo Bravo, editor argentino cuyo propósito principal es el intercambio cultural entre China y América Latina.

Bravo es profesor en la Universidad Pedagógica de Pekín, una labor que alterna con las de escritor y editor, y se muestra "muy contento" con la expansión que está logrando su proyecto.

"La idea de la apertura en Shanghai ya ha causado muchísimo movimiento, la ciudad está muy viva y además era muy necesario porque hay mucho estudiante", explicó Bravo a Efe.

Los planes de futuro no quedan ahí, añade, pues "está previsto abrir otra librería a final de año en Chongqing, donde la respuesta ha sido muy positiva, aunque la facultad de español no es tan grande".

La librería recibe su nombre de una novela del escritor argentino César Aira, que trata sobre unas gotas de pintura del cuadro de la Gioconda que escapan y viajan por el mundo, llegando una de ellas a China.

La primera visita de Bravo a China se produjo en 2008: "Ahorré y vine tres meses. A partir de ahí, conocí a gente de la universidad y posteriormente me propusieron quedarme", rememora.

A finales de 2016, comienza con la venta de libros por Internet y con el éxito del negocio decide buscar un local donde instalarse.

Es entonces cuando surge la propuesta de la directora del Instituto Cervantes, Inma González Puy, de abrir la librería dentro del centro español.

"Fue una gran idea, surge la librería y lo cambia todo, tomó forma el proyecto", declara Bravo.

En China "una empresa privada no tiene derecho a importar libros. Nosotros importamos a través de una compañía china, no hemos tenido problemas pero es complicado, es un trámite engorroso", explica.

La librería, además de la venta, mantiene actividades culturales paralelas como charlas, edición de libros, club de lectura, publicación de autores chinos e hispanohablantes, y además Bravo está trabajando en una antología de autores hispanohablantes que viven en Pekín, con la colaboración de una editorial española.

El balance hasta ahora es "muy positivo". "Creo que creamos una especie de energía con un grupo de amigos y que compartimos muchas cosas", dice el librero.

El público al que más vende son los chinos que estudian español y el libro más demandado un manual para estudiar castellano, mientras que autores latinoamericanos como Gabriel García Márquez, Julio Cortázar o Jorge Luis Borges son los que más tirón tienen.

Bravo se muestra muy optimista sobre el creciente interés que el gigante chino muestra hacia la cultura en lengua española, ya que las facultades que enseñan este idioma "están creciendo, hay en todos lados".

"Los chinos son muy competitivos con respecto a la educación, quieren saber una lengua más y muchas veces esa tercera lengua es el español", explica.

La idea del argentino es "abrir más librerías, editar muchos más libros e intentar traer músicos" y su ilusión, "trabajar en el encuentro cultural, entre las culturas de China y América Latina especialmente, que tienen una necesidad enorme de comunicarse la una con la otra".

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