La bitácora de Niños del Cerro en el festival Primavera Sound

Simón Campusano, cantante y guitarrista de la banda de La Florida, cuenta en primera persona el último viaje a Barcelona de los autores de "Flores, labios, dedos".


https://www.youtube.com/watch?v=Mr189zUJUEA

Los primeros días fueron más bien distendidos. Llegamos el martes 29 y recién tocábamos el viernes 1, así que teníamos tiempo para pasear y relajarnos antes de las presentaciones del fin de semana. Yo había estado hace poco en Barcelona (en septiembre del año pasado), así que ya conocía algunos lugares y tenía varios amigos por visitar. Harta caminata por el gótico, el Raval de noche, comprarle pilsen en la calle a los pakis ("cerveza-beer" cantaban), sus generosos pedazos de pizza a dos euros. El panorama resultaba bastante amigable para nuestros bolsillos de músicos santiaguinos. Demás está decir que la ciudad es hermosa, también tenía sus rincones medios piantes que nos hacían sentir aún más regalones. La ciudad es acogedora y nos sentíamos muy cómodos, aparte de que nos estábamos quedando en un rico hotel en Poblenou, vacilando ese tipo de comodidades como banda por primera vez en nuestra corta vida, de todas formas, me parece poco interesante seguir indagando en esto, así que mejor sigo con el resto.

Llegó el día del primer show, nos despertamos temprano para ir a probar sonido a las 9 am al CCCB. La tocata estuvo bacán, infinitamente mejor de lo que imaginábamos, el público se mostró muy receptivo, respetuoso y prendido igual. En primera fila había un pelado (polaco, creo. Hablaba inglés, pero con mucho acento) que bailó de principio a fin todos nuestros temas, nos conoció ahí mismo y llegó a la noche siguiente al forum a vernos. ¡Hasta le botó el celu a Rodrigo Santis mientras grababa! (Se ve justo al final del video que subimos hace poco). Apenas vi a ese hueón dándolo todo lo empecé a pasar bien y me sentí un poquito más como en casa. Aparte, nos tocó trabajar con un muy lindo equipo conformado por Rodrigo "Rammsy" en el sonido, y Milo Gomberoff de Familea Miranda en las labores de roadie (tremendo honor), ambos chilenos radicados allá hace rato, hombres adorables.

Después de tocar, la Carla (Arias, la jefa) me tuvo haciendo prensa un buen rato, para medios catalanes, pal resto de España y por ahí también caras familiares y queridas como Nico Castro o la misma gente de Culto de La Tercera. Todo ahí en el mismo espacio del CCCB en el marco de la feria del Primavera Pro, que consiste básicamente en eso, harto "networking" y ese tipo de cosas pa las que uno no se siente tan competente, pero que son una súper buena plataforma para los sellos, managers, bookers, etc, sobre todo estando al alero de un festival gigante como el Primavera Sound.

Durante ese rato tocaron los CAF (Como Asesinar a Felipes) y Rubio, ambos con presentaciones envidiablemente sólidas, que es como la sensación habitual que nos dejan las bandas de acá que conocemos y que llevan mucho más tiempo que nosotros, se nota y se aprecia todo el oficio que tienen y nos dan ganas de ir en esa misma dirección con los cabros. En general, se dio un ambiente bien bonito de compañerismo entre las bandas y toda la gente que conformaba la comitiva de Chile, entre los sellos, bandas, gestores, productores, etc. nos sentíamos muy afortunados, pero también teniendo súper claro que todo lo que estaba pasando allá era fruto del trabajo.

La noche siguiente llegamos a tocar al recinto del festival, el gigante Parc del Forum. A estas alturas ya estábamos familiarizados con las dinámicas de los escenarios y esas cosas, habíamos paseado harto por ahí los días anteriores y teníamos una idea más formada de cómo iba a ser la cosa. Nos subimos a las 00:00 al escenario, tocamos alrededor de cuarenta minutos, tratando de condensar lo mejor de las tocatas largas que veníamos haciendo hace tiempo en Santiago. El escenario quedaba camino a los otros escenarios gigantes del fondo (a esa hora tocaban los Arctic Monkeys), así que igual atraían la atención de la gente que iba pasando. El lugar se fue llenando de a poco y ya hacia el final de nuestro show (en los últimos dos temas) había llegado un buen piño de gente curiosa, receptiva y motivada que nos gritaba cosas en español y en inglés, una gringa nos pidió hasta el setlist. Además, volvió este amigo pelado que se lo había bailado todo el día anterior en el CCCB, considerando que nadie nos cachaba estuvo la raja, nos bajamos súper contentos y con ganas de haber tenido una media hora más para seguir mostrando canciones.

En general esa es la impresión que me quedó, la gente es receptiva e inquieta, van con ganas de ver cosas nuevas, como que eso es parte del festival. Los shows de los cabezas de cartel estaban repletos sí, pero al mismo tiempo te encontrabas con mucha gente llenando los escenarios chicos también de pura gente metida en la música, muy interesada y busquilla. Aparte del tremendo cartel de artistas, el recinto es enorme y está todo muy bien diseñado, como que toda la experiencia resulta súper acogedora y cómoda, su rico patio de comidas, donde tampoco es ridículamente caro consumir, la cerveza también está por todos lados, baños, lugares pa descansar, todo muy a la mano. Siento que es jugado desde todas las partes involucradas, ya que la curatoría del festival te propone un cartel arriesgado con artistas de altísimo nivel en su mejor momento, haciendo cosas interesantes sin ser particularmente comerciales y, por otro lado, los que tienen las lucas, las marcas y todos esos weones, se la juegan de la misma forma sin niun atao y no dejan de ganar plata.

Björk, Nick Cave, The War on Drugs, etc. los vimos a todos en primera fila, horario prime y cagados de la risa. Acá vino David Byrne con un show hermoso a tocar a las seis de la tarde en un escenario chico. Sobre las presentaciones, aparte de lo ya mencionado: Alex G, Grizzly Bear, Thundercat, Charlotte Gainsbourg, The Internet, Panda Bear, Arca, Beach House y Deerhunter. Una vez más, todo muy jugado, variado, de alto nivel y muy contingente. De los momentos que más retengo fue cuando volvimos de ver a Panda Bear, que quedaba a la chucha, cruzando un puente en un extremo del parque. Pepe se quedó viendo el final de Ty Segall. Blondi y Nacho caminaron al otro lado del parque a ver los últimos temas de Tyler the Creator. Yo bajé a ver un rato a Arca. Al final era imposible verlo todo, pero cada presentación que veías te hacía sentir súper afortunado, como que estabas viendo algo único y lo terminabas disfrutando caleta por lo mismo, como que esa sensación te deja el festival.

El domingo fue todo más lento y tranquilo. Fuimos a ver a Kero Kero Bonito y Ariel Pink en la Sala Apolo, lleno total. De ahí salimos y caminamos al Raval, al bar Madame Jasmine, nos terminamos de tomar las pilsen afuera (en vasitos plásticos que nos regalaron después del cierre a las 3 am). Nos zampamos unos durum y kebabs (pa variar, baratos y generosos) y volvimos a acudir a los vendedores callejeros "cerveza-beer". Nos subimos al gato gordo de Botero, le tocamos el testículo derecho como cábala para volver a visitar la ciudad y esa fue nuestra despedida de Barcelona.

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