Se apellida Solo

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No es la mejor entrega de este universo, pero en su conjunto no es ni más ni menos que una historia de Star Wars.


No es difícil esperar un resultado dispar en una película llena de conflictos en su rodaje y eso justamente ocurre con Solo: Una historia de Star Wars. Más allá de la excitación de los fanáticos por encontrar un nuevo capítulo en su amada saga, en especial uno dedicado al origen del mítico Han Solo que diera vida Harrison Ford, también nos encontramos con el despido de los directores originales y la suspensión momentánea del rodaje para entregar el proyecto a un nuevo director, en este caso al gran artesano Ron Howard. El resultado de Solo es a ratos desorientado y a ratos apasionantemente entretenido.

La historia no es más que una excusa para una serie de escenas de aventuras en las que irán apareciendo todos los personajes ya conocidos y algunos nuevos. Al inicio nos encontramos con Han (Alden Ehrenreich), quien escapa de su planeta de mala muerte, Corellia, y se une al imperio en su deseo de convertirse en piloto para poder regresar a su hogar a rescatar a su amada Qi`ra (Emilia Clarke). Más tarde se unirá a un grupo de forajidos, comandados por Beckett (Woody Harrelson) y en el camino conocerá a su fiel amigo Chewbacca y al inolvidable Lando Calrissian (Donald Glover). Todo esto en la primera mitad del metraje, la sección de la historia con mayores fallas en su ritmo y palos de ciego con sus personajes.

Es cierto que en su conjunto, Solo posee más aciertos que pifias. Tanto Han como Beckett, Lando y L3 - la singular androide compañera de Lando, que aboga por los derechos de su especie y que, en un giro radical, es un androide útil e inteligente - conforman un grupo sólido. El guion, coescrito por Lawrence Kasdan, el mismo de El Imperio Contraataca, recupera cierto espíritu de la trilogía original sin caer en sentimentalismos, y como es habitual en Howard, su dirección es justa sin pretender romper moldes. Y así como todo lo anterior funciona, hay personajes y líneas argumentales inconducentes y la estructura dramática es un continuo "vamos a tal lugar y hagamos tal cosa", lo que termina desencadenando cierta monotonía.

A la postre esta es una película familiar con una segunda mitad que satisfará al fan, pero que como historia de origen queda al debe en entregar datos reveladores que nos hagan conocer mejor a su personaje principal. De hecho, lo único que nos traspasa es el origen del apellido de su héroe. No es la mejor entrega de este universo, pero en su conjunto no es ni más ni menos que una historia de Star Wars.

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