Las tramas, los resguardos y los personajes que trae la vuelta de 13 Reasons Why

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Un juicio, un foco distinto y una búsqueda por reinventarse marcan el retorno de la popular y controvertida serie a Netflix.


Tras su estreno en 2017, 13 Reasons why se transformó en una de las series más populares, comentadas, polémicas y divisivas del año.

Para algunos, la historia de Hannah Baker (Katherine Langford), una adolescente que se suicida y deja una serie de cintas de audio explicando las razones y las personas que la llevaron a esa decisión, era una forma útil de generar conciencia sobre el bullying, y el abuso psicológico y sexual que pueden vivir los jóvenes. Para otros, la serie rayaba en porno tortura, presentando el suicidio como una forma válida de venganza. Antes de ver la segunda temporada de esta serie, ya disponible en Netflix, aquí están las cinco claves (no 13, en honor al espacio) para entender una de las series de mayor impacto de los últimos años.

El juicio y las fotos*

La estructura de la primera temporada era uno de los elementos más característicos de la serie: cada casete (en realidad, cada lado de estos) de los que dejó Hannah estaba dedicado a una persona que le hizo daño, contando una historia en particular. Y cada historia era un capítulo. Ahora lo que marca el ritmo de las narrativas es un juicio: cinco meses después del final de la primera temporada, los padres de Hannah se encuentran demandando a la secundaria Liberty, por asegurar que ignoraron los abusos que sufrió su hija. El contenido de las cintas aún no es público y, por ejemplo, la mayoría no sabe que Hannah fue violada por un compañero. Cada capítulo está centrado en un testigo, que son más o menos los mismos a quienes estaban dedicados las cintas en el primer ciclo. Eso no significa la desaparición de la tecnología análoga: unas misteriosas fotos polaroid comienzan a aparecer, que podrían entregar datos claves para el juicio, con un mensaje enigmático: "Hannah no fue la única".

La hora de los secundarios*

El nuevo formato de la serie cambia también su foco: en el primer ciclo, Hannah era la absoluta protagonista, siendo la narradora y parte central de los flashbacks que caracterizaban a la trama. Ahora, un compañero distinto narra cada episodio, a través de su testimonio en el juicio. Así, la perspectiva de esta temporada está centrada en los personajes que antes eran secundarios, no sólo entregando detalles inéditos sobre su relación con la fallecida joven, sino también explorando sus propios dramas. Los que más adquieren protagonismo son Jessica (Alisha Boe), quien lidia con las consecuencias de haber sido violada por Bryce Walker (Justin Prentice); Justin (Brandon Flynn), quien carcomido por la culpa se encuentra viviendo en la calle y adicto a las drogas, y el introvertido Tyler (Devin Druid), quien tiene una de las subtramas más relevantes del ciclo.

Hannah sigue (casi) ahí*

Tras el fin del primer ciclo, y haber agotado el recurso de las cintas, una de las grandes preguntas era de qué forma Hannah Baker, y la carismática interpretación de Langford, podrían estar en el segundo ciclo. Y hay dos respuestas: una es a través de más flashbacks, esta vez desde el punto de vista de sus compañeros, y la otra es a través de alucinaciones de Clay Jensen (Dylan Minnette), su eterno enamorado y el otro gran protagonista de la primera entrega.

Enfrentando la polémica*

No fueron pocas las críticas que recibió la primera temporada por la gráfica forma en que muestra la violación y el suicidio de su protagonista. Algunas organizaciones apuntaron también a que la serie glamoriza el suicidio y lo presenta como la única alternativa de su heroína. El segundo ciclo parece enfrentar esas críticas: en varios momentos se apunta a que Hannah puede haber cometido un error al precipitarse en quitarse la vida, que las cintas quizás no fueron la mejor de las ideas, y que la misma joven no era perfecta ni alguien a imitar. Eso se suma a más advertencias para el público de la serie, y cada episodio terminando con un sitio web donde los jóvenes pueden buscar ayuda e información.

Divisiva*

De forma poco sorpresiva, los nuevos episodios tienen nuevamente a la crítica dividida: algunos destacan su importancia en la era #MeToo, pero muchos medios norteamericanos han criticado su inverosimilitud, clichés adolescentes y su poca justificación de existir, al no basarse en el libro que el ciclo anterior adaptó. La controversia sigue persiguiendo a 13 Reasons why.

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