Francisco, el Papa fílmico

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Pope Francis: A man of his word no se trata de una película de connotaciones polémicas ni de aristas espinudas. Para nada. Wenders no es reportero y su negocio, desde Lightning over water (1980) o Buena Vista Social Club (1999) hasta Pina(2011) ha sido retratar a sus personajes desde el respeto, la admiración y, como en este documental muchas veces pasa, la hagiografía.


Era cuestión de tiempo. De poco tiempo. El Papa Francisco, con su manejo mediático y habilidad retórica, llegaría tarde o temprano a alguna película documental. En la ficción, de hecho, ya lo está. La ocasión ha sido un documental de Wim Wenders (1945) titulado Pope Francis: A man of his word. No se trata de una película de connotaciones polémicas ni de aristas espinudas. Para nada. Wenders no es reportero y su negocio, desde Lightning over water (1980) o Buena Vista Social Club (1999) hasta Pina (2011) ha sido retratar a sus personajes desde el respeto, la admiración y, como en este documental muchas veces pasa, la hagiografía.

El Papa Francisco habla a cámara, se maneja con las tomas, tiene respuestas para todo y bromea más de alguna vez. Wenders, con su oficio y talento, sabe capturarlo. Como cuando el pontífice, distendido, cita a Tomás Moro y dice: "Concédeme señor una buena digestión… y también algo que digerir". En todos los tópicos, Francisco se maneja con finta y acerca de los abusos sexuales en la Iglesia, afirma: "Es un problema grave, brutal. Frente a la pedofilia, tolerancia cero. Hay que castigar a los sacerdotes culpables. Los obispos deben acompañar las denuncias de los padres (de los muchachos que hayan sufrido abusos)".

La película está fuera de competencia, pero eso no fue obstáculo para que su director viniera a presentarla el domingo. Y lo hizo con humor. En la Sala de la Soixintième, muy distendido, dijo: "El Papa no pudo venir hoy. Es domingo y trabaja".

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