John Waters: "Es importante hacer cosas que causen conflicto"

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Como celebración por más 40 años de cine indómito, el Festival de Cine Independiente de Buenos Aires está dedicando una retrospectiva a la obra de John Waters, venerado cineasta de culto que amenazó con hacer "las películas más asquerosas de la historia" y que hace unos días llegó como invitado de honor a Argentina para presentar 8 grandes hitos de su carrera como cineasta intempestivo.


Antes de convertirse en el autoproclamado "príncipe del vómito", John Waters fue un ladrón de supermercados y un chico raro al que expulsaron del colegio católico. Y luego, un director de cine trash que filmó algunas de las postales más desafiantes para el cine underground de finales de los sesenta: dragqueen asesinas que comen caca de perro, sexo lésbico con rosarios de por medio, abortistas rebeldes y orgullosas, vello púbico de colores flúor por montón. Admirador del cine de Andy Warhol, Pasolini y Kenneth Anger, que hizo películas con el dinero de sus padres para incomodar a los hippies y a los amantes del buen gusto, John Waters fue un proto punk que se dedicó a filmar la perversión como consigna filosófica, hasta entrar por las puertas grandes de Hollywood con hitos como Hairspray o Cry Baby, con estrellas como Johnny Depp, Melanie Griffith, Edward Furlong y Cristina Ricci.

En Argentina, además de presentar varias de sus películas, Waters participó de una serie de encuentros y entrevistas públicas con el periodista Axel Kuschevatzky, el crítico de cine e ícono queer Diego Trerotola, y su amada Coca Sarly, la clásica heroína del cine erótico trasandino, pionera del desnudo en la gran pantalla, a la que considera una de sus grandes referentes: "La verdad es que Divine la amaba. Fue una vanguardista y burló la censura de su época. Hoy reconozco que le robamos mucho a Coca: la exageración del melodrama, la música. La protagonista de la primera película que vi es una mujer ninfómana. ¿Había algo más incorrecto que eso para la época? Siempre quise venir a Argentina para conocerla. Además, algo que me maravilla es que ya en esa época, las suyas son películas heterosexuales totalmente hechas para gente homosexual".

A punto de cumplir 72 años y a 14 de haber filmado su última película, John Waters es comediante de stand up, escritor y coleccionista de libros que nadie quiere (como novelizaciones de películas o historias de mascotas de famosos). Además de organizador de un festival de punk anual con actividades como "el pogo de abuelas".

Acá, algunas de los mejores momentos de su estadía en Argentina:

Divine

En la secundaria, Divine era muy diferente a lo que tú te imaginarías. No era un Drag, sino un nerd gordito al que le pegaban todos los días. Tanto así, que la policía tenía que escoltarlo a casa todo el tiempo. Claro, esas fueron apenas sus primeras escoltas policiales, porque nos arrestaron muchas veces. La mejor fue cuando a todos nos atraparon y ella sola logró escapar, en un vestido dorado de los 50', un Cadillac rojo y un tipo desnudo al lado con el que estábamos filmado ¿Cómo lo hizo?. Divine fue una Dragqueen tradicional por muy poco tiempo, las otras la odiaban porque llevaba una motosierra y no le interesaba ser Miss América. Era una estrella

Coca Sarly y Argentina

Estas eran las películas más incorrectas posibles y sin embargo la gente las amaba. Encontrarme con ella acá ha sido un sueño, se ve exactamente como debería, algo así como una Liz Taylor mezclada con Dawn Davenport (la Divine en versión morena de su película Femmale Trouble). Ella es tan increíblemente leal con Armando Bó y me pregunto: ¿Podría haber sido la Coca que conocemos en otro lugar que no fuese Argentina? Porque Brigitte Bardot se fue con Godard y Jayne Mansfield con Frank Tashlin, todas estas mujeres, íconos sexuales de sus épocas, trabajaron con grandes directores ¡pero ella se negó! A pesar de que podía y que tuvo ofertas para hacerlo en Nueva York. Creo que es increíble que en este país se la vea con ese espíritu de sexualidad y rebelión, sin tener que intelectualizarla obligatoriamente ni inventar excusas para ella. Algo maravilloso es que estas películas son muy poco tradicionales en cuanto a los criterios de "bueno" y "malo", nunca lo puedes saber del todo, existen en su propio universo. Antes a la gente le parecía sexy, hoy se las analiza de otras formas.

Héroes

Creo que a pesar de lo que me dicen, mis películas son políticamente correctas. Son sobre gente que quiere hacer sus propias familias, siempre disfuncionales y que está sobreviviendo a las familia de donde vinieron, buenas o malas. Yo creo que no conoces a alguien hasta que los ves con su familia. Mis héroes en todas las películas serían totalmente los villanos en la mayoría. Son gente que está orgullosa de no encajar, no quieren la aprobación de los demás y usan los ataques hacia a ellos para resignificarlos y convertirlos en una especie de orgullo.

Feminismo intempestivo

Me siento interpelado por las feministas radicales como Valerie Solanas. Aunque no me gusta que le haya disparado a Andy Warhol, ella escribió un texto maravillo, el "Manifiesto Scum" donde llama a las mujeres a des-trabajar, es decir: encontrar trabajos y arruinar todo. Sabotear a sus empleadores hasta que logren joderlos y, cuando sean descubiertas, buscar otros trabajos y así sucesivamente. Con el asenso de Trump, creo que las mujeres radicales de hoy deberían intentar infectar con ladillas a todo el partido Republicano, eso haría que todo fuese más justo. Otra que me gusta es Andrea Dworkin, que sugiere que todo el sexo heterosexual es una violación. Bueno, yo no lo creo personalmente, pero me fascina escucharlo. Amo a las mujeres que odian a los hombres. Y odio a los hombres que odian a las mujeres.

Pink Flamingos

Cuando hice la escena final de Pink Flamingos, no sabía que iba a funcionar, o que sería así de recordada 50 años después y que ahora estaría hablando sobre ella. Divine siempre me decía que sí a todo, así que un día le propuse: ¿Comerías caca de perro? Y ella simplemente dijo: sí, obvio. ¡Porque así de locos estábamos! Nos arrestaron bastante e incautaron la película varias veces. ¡No ganamos ni una sola vez en la corte! Así que al final era más barato simplemente declararnos culpables. Después pensé: claro, a la medianoche con una sala llena de gente festejándonos todo, es una experiencia genial, pero luego ves Pink Flamingos a las 10 de la mañana, frente a un jurado de desconocidos y es simplemente ofensivo.

Libros

La literatura me liberó. De niño yo no leía, porque nos daban libros aburridos que odiaba. Yo quería leer sobre delincuentes juveniles, no sobre las vidas de los presidentes de américa En la secundaria encontré Burroughs y a Tenesee Williams, que me introdujo al concepto de bohemia. Gente rica, pobre, gay, andaban juntos y no les importaba. Así que los libros me liberaron y me dieron permiso para ser yo mismo. Me gustaba ir a la biblioteca, y ahí recibí toda mi educación desviada, leía sobre drogadictos, homosexualidad y principalmente iba a coquetear con el librero. También iba a robar los libros que estaban escondidos debajo de los estantes. Mucha gente se enoja cuando le dan este libro a los niños, pero yo digo: denle a los niños cualquier libro que pidan porque ahí empieza su educación. Si tienen edad para interesarse por El almuerzo desnudo, tienen edad para leerlo.

La rabia y el humor

De verdad creo que la única forma en que podemos cambiar la opinión del otro es haciéndolo reír. Si estás serio y pomposo no funciona, pero si puedes hacer a la oposición reír, al menos paran y te escuchan. Creo que eso es lo que siempre he intentado hacer, yo digo una serie de locuras pero nadie se enoja jamás. Muchos piensan que el 100% de mi público es gente gay pero yo creo que son minorías que no encajan en sus minorías. Gays que les caen mal a los gays, afroamericanos que no encajan en la comunidad. Es una mezcla de pobres, ricos, heteros, gays, afros, blancos, pero lo que tienen en común es que están unidos a la vez por la rabia y el sentido del humor.

Hairspray, el gran hito comercial

Hairspray está basado en un show de baile real que existía solo en Baltimore. Pero nunca hubo integración racial, yo le di ese final feliz. Todavía hay reuniones de la gente que estaba en el show. ¡Personas de 75 años haciendo los mismos bailes sin ironía! Esa fue la primera vez que Divine tuvo buenas críticas porque hizo exactamente lo opuesto a sus papeles clásicos de dragqueen violenta y se convirtió en una buena ama de casa. La verdad es que Hairspray fue una bendición, la película original fue un hit, después se hizo un musical de Broadway que ganó el Tony, después una gran versión de Hollywood y luego me han pagado cuatro veces por escribir secuelas que nunca han sido filmadas. ¿Y quién iba a pensar que después la harían en todas las secundarias de estados unidos? Yo estuve shockeado cuando la pusieron como apta para todo público en los cines, pensé: mi carrera ha muerto. Alguna vez hice una broma en televisión: ¿qué opinan de Hairspray sobre hielo? Y luego un productor me llamó y me dijo: a mi me interesa. ¡Es como que nada la puede matar! Mis amigos bromean: hagamos Hairspray en el espacio. Quizás solo una porno podría matarla. Divine murió dos semanas después del estreno, eso fue verdaderamente algo terrible.

Fruitcake, la película que nunca se filmó

Estos años estuve escribiendo Fruitcake, una película navideña para niños sobre una familia de ladrones de carne. Esto es algo real y que aun sucede en Baltimore. Vas a la casa de una persona y le dices: quiero jamón, hamburguesas, etc. Ellos van y lo roban de la tienda, luego les pagas la mitad de su precio de etiqueta. Obviamente, los villanos de la película son veganos, aunque a mi me caen bien. Baltimore, mi ciudad, siempre ha sido un personaje en mis películas, es uno de los lugares de Estados Unidos, que a pesar de la gentrificación conserva cierta decadencia. Aun es barato, lo suficiente como para vivir y poder tener un costado bohemio.

A los jóvenes cineastas

Es importante que hagan cosas que causan conflicto. No querer incomodar a tus padres solamente, eso es muy fácil. Desafiar a la gente que es dos años mayor que tu en la secundaria: ponerlos a ellos incómodos. Comprar la peor ropa que una tienda tendría, una que nunca podrías usar ni de forma irónica. Hay que encontrar una nueva forma de sorprender a la gente. Siempre pensé que de hacer una película sin sexo ni violencia ¿qué sería eso que nos sorprenda? Lo que sea, debe ser algo muy interesante. Así que es el deber de la juventud sorprender y horrorizarme a mí. Eso es lo que deberían estar haciendo. Otra cosa, es que no teman al rechazo porque lo van a obtener. Sigan pidiendo y pidiendo, solo necesitan a una persona que diga que sí. Y lo último es que paguen los derechos de la música que usen. ¡Yo robé todos los discos para poner canciones en mis películas y al final tuve que pagar 20 mil dólares de derechos por canción!

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