Del Infierno al Paraíso: José Luis Vidal y los suyos van tras la huella de Dante

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Luego de cerrar el festival Santiago a Mil con una gran intervención que convocó a más de 130 bailarines, el coreógrafo chileno llevará su exitoso Rito de Primavera hasta Alemania justo antes de emprender el rumbo de Comedia, su revisita al célebre poema de Dante Alighieri.


En su casa estaban la Biblia y otro viejo libraco cubierto de cuero rojo del que su abuelo solía hablar durante la sobremesa: era la Divina comedia, el poema publicado por Dante Alighieri (1265-1321) en 1307 y una de las obras maestras de la literatura universal. Pero al futuro bailarín y coreógrafo José Luis Vidal (Valdivia, 1968) nunca pareció interesarle el contenido del mismo, recuerda hoy, a horas de tomar un vuelo hasta Alemania: "Me encantaba ojearlo por los dibujos que tenía, algunos medio oscuros y otros más luminosos, pero que daban cuenta de un tránsito del personaje y su cuerpo, y creí que este era el momento preciso para meter la cabeza ahí y desde toda la curiosidad e ignorancia que aún siento al respecto", dice.

Tras su fugaz paso por el Espiral, la Escuela de Danza de la U. Academia de Humanismo Cristiano, Vidal fue becado en 1996 para continuar sus estudios en Nueva York, EEUU. Desde entonces no ha parado, cuenta: "Viví un tiempo en Eslovaquia, luego en Bélgica, España y antes de volver a Chile en Inglaterra", donde obtuvo el Magíster en Coreografía en la London Contemporary Dance School de la Kent University. Sus obras, en tanto, como Inventario, The Kiss y Loop.3, además de la coreografía que hizo para la ópera Katia Kabanova de Leoš Janáček, dirigida por Pablo Larraín en el Municipal de Santiago, suelen ser tan inclasificables y desapegadas de lo clásico, como masivas y vivenciales. "Pienso más en mis trabajos como experiencias sensoriales, Etiquetarlas de otra cosa sería como amputarles una pierna", añade.

Prueba de ello fue lo que hizo el 21 de enero pasado, cuando junto a su compañía -integrada por 60 bailarines- puso el broche de oro a la 25° versión del festival Santiago a Mil con la intervención Ecosistema: 130 cuerpos bajo sus órdenes se tomaron la Plaza de la Constitución en un ambicioso intento por conectarse con el público a través del juego rítmico, la imitación, el tacto y las miradas, además de elementos sonoros y lumínicos. "Me cuesta imaginar mis obras asfixiadas dentro de una sala o un teatro. Soy más de la idea de apoderarme de espacios abandonados, de llevar a las personas a lugares que no conocen o que hagan viajes que no suelen hacer. Tiene mucho que ver con esta idea del 'transitar' y de que todo sea parte de una experiencia", recalca.

Para uno de sus trabajos más aplaudidos, Rito de Primavera, estrenado en 2014 en el GAM e inspirado en La consagración de la Primavera (1913) del compositor ruso Igor Stravinsky, el coreógrafo chileno puso sobre el escenario a poco más de 50 bailarines en un trance donde cabían olores, colores, temperaturas, texturas y sonidos que impactaron al público, que además debía entrar descalzo. "Vidal crea una sinergia que la gente absorbe por completo en la coreografía", comentó el sitio especializado Theaterkrant.nl tras su paso por el Holland Festival, donde su elenco se mezcló con 30 intérpretes extranjeros, al igual que en su posterior paso por Marsella, Francia, en 2017.

"Ahora repetiremos el mismo intercambio pero en Hamburgo", cuenta Vidal, quien entre el 16 y 18 de febrero llevará su Rito de Primavera hasta el teatro Kampnagel en la misma ciudad alemana. "Creo que el impacto será más o menos similar: a los europeos, sobre todo a los del norte, los encuentro muy parecidos a la cultura indígena chilena, muy apegados a la tierra, al fuego y a la relación con esos elementos, además de los rituales. Siento que ahí se conectarán con su lado más salvaje, además, que pienso está muy dormido", dice.

A su regreso a Chile, Vidal y los suyos se enclaustrarán en el Museo de la Recoleta para echar mano a Comedia, la pieza que estrenará en 2019 a partir del viaje de Dante por el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso, siempre guiado por el poeta romano Virgilio. La idea lo rondaba desde el año 2013, revela, e incluso lo postuló, aunque sin éxito, a un Fondart. "Después de crear a partir de una pieza musical, como hicimos con Stravinsky, me pareció necesario el ejercicio de adentrarme en el universo literario y desde ahí generar otro lenguaje", comenta.

"Afortunadamente ahora contamos con un espacio para investigar y crear, porque si algo me quedó de lo que vi en el extranjero es que afuera cuentan con lo mínimo para desarrollar sus trabajos, no así en Chile", opina. "Mira nada más el GAM; yo vine desde Inglaterra para estrenar aquí y solo porque decían que iba a ser un lugar para la danza, pero nuevamente el teatro se lo quedó todo. Además de un par de salas de ensayo por las que poco menos debes matar a alguien, el resto sigue relegado a la calle, incluidos los talentosos grupos de jóvenes que bailan frente a los espejos. Es una vieja historia esta, y uno siempre cree que las cosas mejorarán para los bailarines, pero el momento nunca llega", concluye.

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