Postales sudacas de Cheap Trick

08.12.207 Fotografias del recital de Cheap Trick en el Movistar Arena durante Festival Solid Rock

La banda de culto estadounidense giró por primera vez por tres países de Sudamérica. Para muchos fue un total debut, aunque algunos los vieron en el Festival de Viña en 1990. En Chile tocaron At Budokan, su disco en vivo más celebrado, de manera íntegra.


Argentina

El 18 de noviembre, Giuli Caputo, una joven argentina que en Instagram se define como una "adicta a los vinilos" y que se tatuó la imagen del guitarrista de Cheap Trick con su clásico gorrito a lo Quico del Chavo del Ocho, viajó a Port Chester (Nueva York), para materializar uno de sus grandes sueños: sacarse una fotografía junto a su banda favorita en un meet & greet. Mientras se fotografiaba con Cheap Trick, Giuli les contó que venía de Argentina y que estaba muy feliz porque, finalmente, el grupo viajaría a Sudamérica para debutar en Buenos Aires.

De manera inesperada, Lynyrd Skynyrd anunció a comienzos de noviembre que se bajaba del festival Solid Rock –con Deep Purple como número central en una gira con escalas en Argentina, Chile y Brasil- por la enfermedad de una de las hijas del vocalista. Entonces, Cheap Trick surgió como "número de reemplazo". La banda de Rockford, Illinois (1974) es asociada en Sudamérica a las power ballad, por "The Flame" y "Ghost Town", dos hits de 1988, época en que el grupo tuvo un segundo aire, que incluso los llevó al Festival de Viña dos años más tarde.

Pero Cheap Trick ya había forjado su carrera a fines de los 70, como una banda de rock puro/power pop, de influencia beatle y de The Who, que logró la fama en Japón antes que en su propio país y cuyo disco más aclamado, At Budokan (1978), vendió más de 3 millones de copias y se transformó en uno de los mejores registros en vivo con temas como "Surrender", "Ain't That a Shame" (de Fats Domino), "I want you to want me" y "Need your love".

Cuando Cheap Trick confirmó su primera gira sudamericana, Giuli ya tenía todo listo para su viaje. Para ella fue todo nervio y emoción, pero finalmente conoció a sus ídolos: Rick Nielsen (guitarra), Robin Zander (voz), Tom Petersson (bajo) y Daxx Nielsen en batería, el reemplazante de Bun E. Carlos, que dejó el grupo en 2010 tras sendas peleas con el vocalista.

Nielsen quedó impresionado al ver su joven rostro con el gorrito y sus ojos desorbitados en el brazo de Giuli. Incluso le tomó una foto con su teléfono celular. "¡Enloqueció!", contó la chica en su Instagram. Tom Petersson, a modo de broma, le preguntó qué dónde estaba el tatuaje de él, mientras Zander se reía. En medio de toda la vorágine que significa estar en otro país, conocer de cerca a tu banda favorita y estar ad portas de un concierto inolvidable, Giuli le llevó un regalo a los miembros de Cheap Trick, que consistía en unas bufandas bordadas con la palabra "Argentina".

La joven les dejó estas prendas con la encargada del meet & greet (ya que no se las pudo entregar personalmente), con la esperanza de que se las hiciera llegar a sus próceres. "Espero que se las entregue. Al menos lo intenté", escribió días después en su cuenta de Instagram, junto a una imagen de ella con la agrupación estadounidense.

La semana pasada, el miércoles 6 de diciembre, Cheap Trick debutó en Argentina, en el marco del Solid Rock. Para sorpresa de Giuli, en las redes sociales apareció una fotografía de la banda, con Nielsen exhibiendo la misma bufanda que la joven les obsequió en Nueva York, a un costado del escenario. "Temí que las bufandas nunca les llegaran. Pero Rick la mostró. ¡No lo puedo creer!", contó la joven. Incluso el guitarrista jugó con la bufanda arriba del escenario. Luego, Giuli los visitó en el hotel y el grupo les firmó sus vinilos. "Fue soñado", remató en su cuenta en Instagram.

Chile

El jueves 7 Cheap Trick aterrizó en Santiago. Un grupo de fans los fue a esperar al aeropuerto y ellos, de manera extremadamente amable, firmaron discos, se fotografiaron una y otra vez con ellos e incluso se dieron tiempo para charlar. Zander contó que estaban muy felices de visitar Chile por segunda vez y que querían probar los platos típicos del país. Nielsen, con una venda en su mano derecha, se alegró genuinamente cuando dos fans le contaron que habían viajado a verlos a Nueva York en julio y Petersson se mostró agradecido por tanta palabra de buena crianza. Varios se llevaron uñetas de regalo.

Si en otras bandas con más de 40 años de carrera ya no se soportan, en Cheap Trick la camaradería está en el centro de todo. Se conocen desde comienzos de los 70, cuando soñaban con transformase en los Beatles estadounidenses, giraban con Kiss y recorrían los más minúsculos y desconocidos bares norteamericanos. De alguna manera lo lograron. No sólo tienen más de 5 mil recitales en el cuerpo, sino que son uno de los grupos más influyentes aunque no siempre valorados. Nirvana, Foo Fighters, Guns N' Roses, Weezer, Pearl Jam, Motley Crue y Smashing Pumpkins y una larga lista de grupos no han escatimado en elogios.

Cheap Trick es una banda que goza en sus shows, donde confluyen la espontaneidad, la particular técnica de Nielsen, el registro de Zander y el sonido único del bajo de 12 cuerdas de Petersson. En una entrevista concedida a Claudio Vergara, publicada en La Tercera a comienzos de mes, el bajista señaló: "Es más significativo que te valore Kurt Cobain a tener grandes ventas". Pero fuera de micrófono, Petersson contó que ellos arman el setlist según el ánimo que tengan cada noche, por lo que siempre varía. Ya ni siquiera ensayan; todo fluye.

En la calurosa tarde del viernes pasado, un grupo de fans duros de Deep Purple hace "el aguante". Disfrutan unas chelas a guata pelada en el Parque O'Higgins, mientras otros hacen fila para quedar en la reja frente al escenario. Uno de ellos cuenta que viajó de Punta Arenas para el Solid Rock. Otros vienen de Temuco y La Serena. Pocos van exclusivamente por Cheap Trick.

Algunos de esos fans los conocieron cuando vinieron al Festival de Viña, cuando la televisión chilena le hizo una nota a Nielsen por su colección de guitarras, la mayoría Hammer, algunas dobles, triples y de hasta cinco mangos.

Poco acostumbrados a shows con ese nivel de amplificadores, lo de 1990 fue una de las tantas "rarezas" del festival. Incluso Antonio Vodanovic tomó una guitarra eléctrica en pleno show, ante la mirada atónita de Nielsen, que en ese entonces hacía la dupla "nerd" con Bun E. Carlos, mientras Zander y Petersson eran los "guapos". Aquella dualidad la banda la plasmó en las carátulas de todos sus primeros discos. En total fueron 10 temas en Viña. Las más coreadas: "The Flame" y "Ghost Town". Vodanovic, como muchos otros, no comprendió a cabalidad la intensidad de la banda, cuyas letras hablan tanto de la furia adolescente como de violencia, sexo, drogas y rock & roll, con grandes dosis de humor e ironía.

La semana pasada en Santiago, Cheap Trick presentó un setlist soñado para los más fanáticos. De hecho, en la primera parte replicaron en el mismo orden el comienzo del show del Budokan, con la tradicional "Hello There" en la apertura, seguida de "Come On, Come On"; "Lookout"; "Big Eyes"; "Need your love" y "Ain't That A Shame". Pese a los años, la voz de Zander no ha perdido dinamismo, la guitarra furiosa de Nielsen aún transpira riff que saltan como metralleta, mientras el bajo de Petersson envuelve todo. Aunque la batería de Bun E. Carlos es inigualable, el hijo de Nielsen cumple.

Luego, "Clock Strikes Ten, When I wake Up Tomorrow" de su antepenúltima placa (Bang, Zoom, Crazy… Hello), "Long Time Coming" (del excelente We're All Alright! publicado este año) para rematar con sus hits más clásicos: "The Flame", "IWYTWM", "Dream Police", "Surrender" y "Goodnight". En estricto rigor, tocaron de manera íntegra el Budokan, solo que en otro orden. Tras el show y en la previa de Deep Purple, la fanaticada aplaude y luego exhibe el centenar de uñetas lanzadas por Rick Nielsen.

Brasil

Los fans de Cheap Trick gozan con los permanentes cambios de setlist. Y la banda suele responder con la inclusión de rarezas, como covers de The Beatles o temas poco usuales en vivo, como "Taxman Mr. Thief" o "Boderline", que tocaron en un concierto de julio en Jones Beach, Nueva York. Y en su paso por Brasil, con fechas esta semana en Curitiba, Sao Paulo y Río de Janeiro, no fue la excepción.

En Curitiba incluyeron "Ghost Town", que este año han tocado apenas dos veces. También "If You Want my Love". Y en el Alianz Parque tocaron "In the Street", un cover de Big Star y "Run Rudolph Run", del reciente álbum navideño Christmas Christmas. A la banda, le sorprendió la audiencia sudamericana, al menos por lo que han posteado en sus respectivas cuentas en Instagram. A Zander incluso le regalaron una polera del Santos, el equipo de Pelé.

En una de sus últimas imágenes, Petersson posteó una imagen del ingreso al escenario en el estadio del Palmeiras, en cuya escalera hay un cartel de Paul McCartney con la frase "on my way to work". Nada más acertado.

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