Rupturista, pionero y diverso: así es Antología de Jorge González

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Ya está disponible en disquerías el álbum Antología del músico chileno que otrora lideró a Los Prisioneros. A continuación, el prólogo que antecede las 27 canciones que componen este disco.


No es fácil cortar el cordón umbilical con la banda de la toda la vida. Dejar de ser el que se refugia como uno más dentro de una historia grupal para ser el padre responsable de caminar a solas en la incertidumbre. Cuando Jorge González estableció el punto final de Los Prisioneros, escogió el más drástico de los trayectos, romper con todo y contar una historia nueva (y con algún final original).

En ese destino, fue rupturista. Cuando en 1990 editó Corazones -a todas luces su primera obra en solitario, pese a estar firmada por su ex conjunto-, desechó convertirse en el héroe colectivo que demandaba la naciente democracia para presentarse como un autor obstinado en sus fantasmas personales, cuando tres años después el grunge masticaba la desesperanza, se estrenó como un baladista capaz de resumir su sensibilidad en una palabra tan breve como luminosa (Fe).

Y en este nuevo siglo, era fértil de indignados y revueltas sociales. Apostó por dos discos trabajados en la soledad de su habitación y que narran conflictos muchísimo más complejos: aquellos que componen la fragilidad humana, por si fuera poco, cuando en 2015 una enfermedad le pareció arrebatar para siempre sus habilidades creativas, se las ingenió para desafiar la adversidad, ingresar a un estudio en plena rehabilitación y testimoniar su batalla más dura (el track inédito gracias, incluido en este compilado).

También fue pionero. Lo fue con el propio Corazones, al hermanar la delicadeza de la canción romántica con el fulgor del pop electrónico. Modelo adaptado una década después por una generación completa de músicos latinoamericanos; o lo fue también con el proyecto Gonzalo Martínez y sus congas pensantes; precursores en apartar a la cumbia de su cuna popular para adherirle el sabor cosmopolita de la electrónica.

Y, por sobre todo, fue diverso. En sus casi 30 años como solista, González se movió inquieto pot todos los rincones posibles. Por el pop, la balada, el soul, la electrónica, la experimentación, la música tropical, el rock y la serenidad acústica. Cantó como Víctor Jara o Leonardo Cohen y también como un hombre de discoteca en el dúo Los updates. Y rememoró a Allende, Caszely y se rió de sí mismo al asumir que siempre le pagaron por rebelde.

Rupturista, pionero y diverso: son los ejes donde giran los 27 temas que integran esta antología y que revelan la trayectoria más inquieta emprendida por un músico en la cultura popular chilena. Son los años en que dejó para siempre de ser un prisionero.

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