Cuando Michael Jackson le quitó a Paul McCartney los derechos de sus canciones

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Lo que comenzó como una confesión entre amigos, se convirtió en una traición del Rey del pop a los ojos del ex-beatle.


Los Beatles ya habían cumplido una década desde su separación. John Lennon había sido asesinado el año anterior, y Paul McCartney ya tenía  10 álbumes en su discografía solista. En 1981, había llegado el momento de recuperar los derechos por las canciones de los fab four.

McCartney se contactó con su abogado para conversar con Lew Grade, el dueño del sello ATV Music que, en ese entonces, tenía la propiedad sobre las canciones escritas en los 60 por el bajista inglés junto a John Lennon.

El magnate de la industria musical no se negó, pero solo le dio una opción: comprar toda la compañía por un precio que ascendía a los 40 millones de dólares.

La primera persona a la que acudió McCartney, fue la viuda de su ex compañero de banda, Yoko Ono. Su propuesta consistía en una suerte de sociedad para que entre los dos pudieran costear la alta suma que pedía Grade. Sin embargo, la artista japonesa se negó.

El asunto siguió dando vueltas en su cabeza, y cómo no, si cada vez que una de sus creaciones con la banda de Liverpool sonaba, él no recibía ningún tipo de ganancia.

"Say, say, say"

Así se llamó el resultado de una colaboración entre Michael Jackson y Paul McCartney, la cual fue grabada en 1983.

Quien fue pareja de McCartney, Linda Eastman, reveló años más tarde lo que se conversó en la cocina de su casa los días que hospedaron al Rey del Pop. El músico británico le dio algunos consejos para su carrera entre los cuales estaban: conseguir un buen asesor y tener cuidado con la propiedad de sus canciones.

A partir de allí, el hombre de "Hope of deliverance" le explicó que compró los derechos de las canciones de Buddy Holly, Carl Perkins y Al Johnson, además de las primeras canciones de Los Beatles: "Love me do" y "P. S. I love you".

A continuación, procedió a contarle el conflicto que enfrentaba con el sello discográfico y cómo había fallado al intentar recuperar el catálogo de su autoría.

Siguiendo el consejo del ex-beatle, Jackson adquirió los derechos de algunos de sus artistas favoritos, y dos años más tarde, Los Beatles serían uno de ellos.

Con una oferta de 47 millones y medio de dólares, el artista tras "Thriller" se apoderó del sello que se negó a devolver a su obra a McCartney, y desde ese momento, el cantautor debió pagar impuestos cada vez que tocara una de las canciones que él mismo escribió junto a Lennon.

McCartney no dio pie atrás. La Ley de Derechos de Autor, cuya existencia data de 1976 en Estados Unidos, establece que los autores pueden reclamar por sus derechos 35 años tras la publicación de la canción en disputa. Período de tiempo que se extiende para aquellas composiciones anteriores a 1978, para las cuales se debe esperar 56 años.

Una vez que se cumplió el período establecido para el disco Love me do (1962), Paul McCartney retomó su lucha, pero esta vez, el sello no quiso sumarse a la batalla legal.

Finalmente, a fines de junio de 2017, su abogado Michael Jacobs, informó que "ambas partes resolvieron el asunto por medio de un acuerdo confidencial". Paul recobrará los derechos por las canciones de Love me do de los Beatles en 2018.

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