Dan Brown presenta su novela Origen: "Es difícil pensar que la inteligencia artificial no pueda tener un uso malicioso"

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En el emblemático edificio barcelonés de La Pedrera, uno de los escenarios de su última novela, el escritor estadounidense aseguró esta mañana que Origen es "una carta de amor a España".


Quinta entrega de la serie protagonizada por el profesor de simbología Robert Langdon, Origen (Planeta) transcurre entre Bilbao, Sevilla, Madrid y Barcelona.

De la mano del autor de El código Da Vinci, el lector recorre escenarios como el Monasterio de Montserrat, La Pedrera y la Sagrada Familia de Barcelona, el Museo Guggenheim de Bilbao, el Palacio Real de Madrid o la Catedral de Sevilla.

El libro ya se ha publicado en 15 lenguas y, según la editora Elena Ramírez, está en proceso de publicación en 41 lenguas más.

"España fue el primer país que visité fuera de Estados Unidos; llegué a los 15 años cuando mis padres me enviaron a Gijón (norte), y sé cantar el 'Asturias patria querida' y escanciar sidra", dijo Brown, que lleva vendidos unos 200 millones de ejemplares de sus novelas, en una multitudinaria conferencia de prensa.

Decidió situar su nueva obra en España no sólo porque la ha visitado doce ocasiones, sino porque "era el escenario perfecto para una novela que habla de lo más antiguo y de lo más nuevo, de religión y de ciencia, y en el país conviven unas tradiciones y unas culturas muy arraigadas, y al mismo tiempo que uno de los ordenadores más rápidos del mundo está en Barcelona".

En el proceso de documentación, el escritor tuvo ocasión de vivir en estas ciudades: "Hablo bastante español y esto me facilita la comunicación y, aunque la gente conoce mis libros, no me conoce a mí, por lo que puedo pasear de manera anónima por lugares emblemáticos".

En ese proceso previo a la escritura, tuvo ocasión, explica, de "hablar con conservadores de museos, con los expertos en supercomputación y científicos".

En Origen crea el personaje de Edmond Kirsch, un joven multimillonario cuyos inventos tecnológicos y audaces predicciones lo han convertido en una figura de renombre mundial. Kirsch, indicó Brown, es, como pudo ser Steve Jobs, "un visionario que ve el futuro y que simultáneamente lo crea".

Lejos de la nube de superventas en la que se mueve, con una gira que bien podrían firmar las estrellas del rock, Brown recuerda con distancia su primer libro, cuando sólo tenía cinco años, El cerdito, la jirafa y los pantalones incendiados.

"Yo no sabía escribir y se lo dicté a mi madre y luego hice los dibujos. Lo grapó, lo cosió y de allí salió un único ejemplar, nada mal para un niño de cinco años", rememoró.

A pesar de que en Origen hable del futuro de la ciencia, los científicos y futurólogos con los que ha hablado "no se ponen de acuerdo sobre cómo afectará a la Humanidad".

"Algunos dicen que resolverá la escasez, la sobrepoblación, la contaminación, que será un nuevo Renacimiento, mientras otro grupo dice que la tecnología del futuro será tan grande como peligrosa, ya que acabará con nosotros como especie".

Y añadió Brown que "es difícil pensar que la inteligencia artificial no pueda tener un uso malicioso".

Sin embargo, el escritor de Ángeles y demonios e Inferno se mantiene optimista sobre ese futuro: "Desde hace tiempo tenemos la capacidad de autodestruirnos, pero no lo hemos hecho, porque el espíritu humano es más tendente a amar que a destruir".

La primera impresión que tuvo en España fue "la capacidad de los españoles de parar y disfrutar, de comer durante tres horas, con esas sobremesas maravillosas, escuchando la música de Mecano, Miguel Bosé, Miguel Ríos, Los Secretos, Alaska y Dinarama".

El proceso de escritura, asegura, no ha cambiado desde El Código Da Vinci, pues para escribir "el libro que desearía leer" necesita unos tres o cuatro años.

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