"Divididos": Ayo de Bomba Estéreo

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En Ayo la ausencia de Salazar se resiente. Menos guitarras y sintetizadores, y la intención abierta por filtrar la fusión de electrónica y Caribe con planos similares a los de Shakira, reflejo de intenciones comerciales y masivas inequívocas.


La banda colombiana que según reportes de su país goza de más éxito en el extranjero que en la patria, llegó a un punto reservado para los artistas con cartel de clásico. Parte de su fanaticada se ha dividido y prefiere Bomba Estéreo antiguo así como existen fans de Metallica antiguo. En este caso, el periodo del fundador, compositor y guitarrista Julián Salazar, definitivamente fuera del grupo. A su salida se suma el alejamiento desde hace un tiempo del excelente baterista Kike Egurrola.

El conjunto resumido en la cantante Liliana Saumet y el bajista y tecladista Simón Mejía, lanza este quinto álbum con la intención de aligerar sus canciones y virar abiertamente hacia la pista de baile como una manera de afianzar el éxito internacional de Amanecer (2015).

En Ayo la ausencia de Salazar se resiente. Menos guitarras y sintetizadores, y la intención abierta por filtrar la fusión de electrónica y Caribe con planos similares a los de Shakira, reflejo de intenciones comerciales y masivas inequívocas.

Aún así persiste la esencia y el encanto de Bomba Estéreo: el cóctel kitsch y desprejuiciado para componer canciones. El alejamiento del guitarrista puede ser sensible pero no resulta crucial. La voz de Liliana Saumet si lo es para lo que significa este grupo que reitera a Colombia como la mayor potencia musical de Sudamérica.

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