Cargo por servicio en conciertos: qué es y por qué tengo que pagarlo

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Ya es una costumbre establecida. Al valor real de cada entrada emitida para un gran concierto se suma un adicional por parte de la ticketera. Acá te explicamos en qué consiste este cobro.


Cada vez que se adquiere un ticket para un concierto, obra de teatro, partido de fútbol o cualquier otra manifestación en la que se requiera asegurar un acceso, los asistentes se encuentran con un apartado familiar.

El viejo conocido se llama "cargo por servicio" y es un monto en dinero que cobra cada empresa encargada de emitir boletos a los consumidores. Este valor corresponde al costo que ellos invierten en puntos de venta, venta on-line, call centers y servicios al cliente, además de las medidas de seguridad del papel para impedir su copia.

Este cargo sustenta el modelo de negocios de las ticketeras, obteniendo casi todos sus ingresos por este ítem. En Chile, el porcentaje por sobre el valor de la entrada varía entre el 10% y el 15%, aunque hay eventos que pueden superar estos márgenes.

El monto final de este cargo pagado por el consumidor depende de, entre otras cosas, la envergadura del concierto —no es lo mismo el primer concierto de una banda local a la visita de nombres como Paul McCartney o The Rolling Stones—, el recinto donde se realiza y otros costos operacionales y requerimientos de las productoras a cargo, quienes fijan en conjunto este cobro.

Así lo explicaba el gerente comercial de Puntoticket a este diario en noviembre de 2015: "El porcentaje asociado al cargo va de la mano de la cantidad y dimensión de los servicios que nos demande cada productora. Estos parten en promedio 4 a 5 meses antes del evento. Cada promotor requiere una configuración particular para cada show".

Las productoras se defienden por traspasar el costo operacional de una empresa externa al público. Para ellos es simple: si no existiera el modelo, los costos de montar un show serían insostenibles y no podrían llevarse a cabo.

El sistema fue traído a Chile por la extinta Ticketmaster (hoy Ticketek) y replicado por todas las empresas que operan en el mundo. De hecho, los precios por cargo cobrados en el país son "normales" para el resto de Latinoamérica y bajas en comparación a Europa, donde los porcentajes llegan incluso al 20% adicional al valor del boleto.

¿Por qué el "cargo por servicio" varía en cada localidad de un show?

Si bien el servicio es el mismo en cada evento para cualquier localidad que el consumidor elija, el modelo de negocios implementado por las empresas ticketeras contempla que los usuarios que adquieren boletos de un mayor valor "subsidien" a los que compraron espacios más austeros. Por esta razón, se fija un costo proporcional porcentualmente a cada valor de entrada, que en muchos casos, significa equiparar el costo del "cargo" de la entrada más cara con el valor real de la entrada más económica.

Si se suspende el espectáculo, ¿qué pasa con el "cargo"?

El Servicio Nacional del Consumidor es claro al respecto: "Ante la suspensión del espectáculo o cambio de las condiciones contratadas, los consumidores tienen derecho a que se devuelva todo lo pagado, incluyendo el "cargo por servicio" como lo han ratificado los mismos tribunales en varios casos".

Aquel apartado fue incluido por la entidad tras varios casos y litigios que involucraron a productoras, ticketeras y el público. Los más icónicos fueron las frustrada visitas de Luciano Pavarotti en 2006 y Aerosmith en 2011. En el último caso, el litigio en tribunales duró cinco años y se resolvió en mayo del 2016. ¿La sentencia? Reembolsar a los consumidores y una multa de 50 UTM a los productores del evento.

Aunque la venta de entradas bajo el sistema de una empresa es lo más masivo, las productoras tienen que entregar al menos una dirección real para que el público pueda comprar su boleto a costo real y deben ser informadas por las vías de promoción de cada evento. Si aquella opción no está disponible, entonces no corresponde realizar un cobro adicional al precio de la entrada.

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