Say hello 2 heaven: la muerte de Cornell y la triste extinción de los íconos grunge

18581550_1350004865053259_5505887925799190846_n

El líder de Soundgarden se suma a las tristes muertes de Kurt Cobain de Nirvana en 1994, Richard Shannon Hoon de Blind Melon en 1995, Layne Staley de Alice in Chains en 2002 y Scott Weiland de Stone Temple Pilots en 2015.


La imagen es similar y ocurre ya cada cierto tiempo: una leyenda de la música rock de los noventa fallece en circunstancias dolorosas o trágicas dejando a su fanaticada con el corazón partido en dos.

La escena inaugural la protagoniza Kurt Cobain, quien un 5 de abril de 1994 se suicidó en el garage de la casa que compartía con la cantante Courtney Love, luego de haber sobrevivido tras una sobredosis de heroína en Roma. Una gran ficción sobre cómo vivió esto el líder de Nirvana se encuentra en Last Days, la película de Gus Van Sant, además de Heavier Than Heaven, el libro de Charles R. Cross.

21 de octubre de 1995, en un autobús un cuerpo yace inerte cuando amanece y Blind Melon se debe presentar, el mismo día, a tocar en Nueva Orleans en pleno apogeo de la escena grunge. "Hoon", su vocalista, murió de una sobredosis de cocaína.

Alice in Chains también sufrió la pérdida de su líder en circunstancias relacionadas con la droga. Layne Staley, el chico del pelo morado y la vista perdida en el Unplugged, dejó de existir, curiosamente también un cinco de abril, pero de 2002. Con el tiempo, alguien tomó su lugar en la voz de la banda, pero nunca volvió a ser lo mismo. El libro de Adriana Rubio Layne Staley: Angry Chair, disipa los mitos sobre la infancia de Layne, sus primeros años en la música, y sus últimos años.

Saltando al 3 de noviembre de 2015, también en un autobús como Hoon de Blind Melon, Scott Weiland sufrió un paro cardiaco. El vocalista histórico de Stone Temple Pilots y también Velvet Revolver, falleció a los 48 años producto de una mezcla tóxica entre cocaína -que fue encontrada en el sitio en que murió- con alcohol. En sus memorias Not Dead & Not for Sale: A memoir, Weiland da cuenta de su camino al estrellato en la escena musical y sus adicciones.

Tras la muerte de Chris Cornell, hoy por hoy entre los grandes del grunge solo queda vivo Eddie Vedder, de Pearl Jam.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.