Chris Cornell en 2012: "Soundgarden siempre estuvo ahí, aunque no físicamente nosotros juntos"

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"Simplemente se dio de forma natural, no había que forzar nada y pensamos que era el momento preciso para regresar", decía Cornell a La Tercera, destacando su predilección por Chile.


En el nuevo siglo, Soundgarden se alza como sinónimo de nostalgia y pasado. Emblemas indiscutidos de los años en que el grunge y Nirvana dominaban el planeta, la banda se separó en 1997 y sus integrantes se embarcaron en proyectos de diverso calibre. Pero el paréntesis culminó en 2010: el conjunto anunció su retorno, encabezó el festival de Lollapalooza de ese año y nuevamente se convirtieron en uno de los números en vivo más apetecidos. Para cerrar el círculo, el próximo lunes 12 estrenan King animal, su primer ábum de temas inéditos en 16 años y que los devuelve al disco luego de Down on the upside (1996).

"No quiero que este trabajo se escuche como un grupo que se fue y ahora regresa. Soundgarden siempre estuvo ahí, aunque no físicamente nosotros juntos. Pero siempre estuvimos ahí para apoyarnos en los proyectos que hicimos por separado", advierte a La Tercera Chris Cornell (48), vocalista y rostro más emblemático del cuarteto, sentado en un hotel de Beverly Hills y al conectar su pasado inmediato con el destino que los espera.

¿Por qué esperaron dos años para lanzar un nuevo disco?

—Simplemente se dio de forma natural, no había que forzar nada y pensamos que era el momento preciso para regresar. Cada uno, en estos años, hicimos cosas diferentes y por separado. Al hablar, llegamos a la conclusión de que era tiempo de reconectar con los fans y con las nuevas generaciones. Todos estamos orgullosos de lo que hemos hecho por separado, pero ahora era momento de divertirnos nuevamente juntos.

Este nuevo trabajo, ¿resume las experiencias que han vivido en solitario?

—No, no es que nos hayamos planteado de esa forma. No miramos nuestro presente y dijimos: “Vamos a tomar esto que es tuyo y lo sumaremos a esto otro que es mío”. Las nuevas canciones siemplemente se fueron dando de manera lógica, y de algún modo cada uno entregó las experiencias vividas fuera de Soundgarden.

En cuánto a sonido, ¿cómo pueden definir el disco? ¿Se parece a lo que hicieron en los 90?

—Mejor trataré de no definirlo. Como fanático de la música, nunca me ha gustado definir ningún tipo de sonido, porque es muy relativo. Hay discos que me han gustado en ciertos años y otros no. Eso depende del momento en que vives y esa es la magia de la música, que es universal y cualquiera puede darle la definición que más le guste, dependiendo de lo que está pasando en su vida. Y eso pasa con esta producción: queremos dejarla ahí y que los fans lo descubran.

¿Les interesa conquistar a nuevas generaciones que no los conocieron en los 90?

—Estoy seguro que a los nuevos fans que les guste este disco, y que nos descubren con estas nuevas canciones, les va a gustar los álbumes de nuestro pasado.

Para una banda exitosa, ¿es hoy un desafío vender discos en tiempos de crisis?

—Yo lo veo con cierta ventaja. No hay tanta presión como antes. No estamos pensando en que tenemos que vender más discos que otras bandas, porque todos estamos en la misma situación.

El bajista Ben Shepherd se suma a la entrevista y también guarda una opinión en torno a la debacle disquera que hoy deben enfrentar. Eso sí, recurre a una imagen anecdótica: "El año pasado el disco número uno en ventas, no recuerdo ahora bien cual fue, vendió solo 79 mil copias, cuando antes, si vendías esa cantidad, te corrían de la compañía de discos. Ahora es un logro y reto vender esa cantidad".

Aunque Shepherd toma la palabra, es innegable que Cornell es el hombre todopoderoso al interior del grupo que inmortalizó éxitos como Black hole sun, Rusty cage o Jesus Christ pose. De hecho, sus álbumes solista adquirieron una alta resonancia por motivos diversos: mientras su debut, Euphoria Morning (1999), desnudó su fragilidad acústica y sepultó el alto voltaje de Soundgarden, Scream (2009) lo situó en otro costado y lo asoció a ritmos más bailables y electrónicos, cortesía de su productor, el afamado Timbaland. Con esa mezcla de ropajes, el estadounidense pasó tres veces por Chile con una constancia casi récord: 2007, 2009 y 2011.

"He ido a tocar con diversas bandas a Chile. Tengo buenos recuerdos del país y esperamos ir ahora en gira con Soundgarden", anuncia el vocalista. A cambio, Shepherd recuerda que muchas veces estuvieron cerca de ir a la región en sus días de éxito en Soundgarden: "Estábamos a punto de ir, pero se canceló a última hora. Queremos ir a dar conciertos allá, porque sabemos que tenemos muchos fans. Es una de las prioridades con este álbum".

¿Tienen fechas concretas?

—Por el momento, lo único seguro que tenemos son un par de conciertos en Alemania e Inglaterra. En febrero haremos la gira por Estados Unidos y después queremos ir a Sudamérica.

¿Cómo se ve Soundgarden de aquí a 10 años?

"Más viejitos, con más canas", bromea Sheperd.

"No quiero pensar en eso, se me hace aterrador porque no tenemos control del futuro y preferimos vivir el presente", dijo Cornell.

¿Se volverán a retirar y regresar?

"Como Soundgarden podemos hacer lo que queramos, irnos y regresar", señala Sheperd, "eso es lo bonito de esta banda, no tenemos ataduras, somos una gran familia que siempre estaremos unidos".

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