David Bowie, un fanático coleccionista de arte

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Originales de Jean-Michel Basquiat, Marcel Duchamp y Frank Auerbach fueron parte del acervo artístico del músico, quien alcanzó a atesorar más de 300 obras de arte.


Para nadie es un secreto que David Bowie era un artista. No solo la música gozó de las contribuciones de aquel potencial creativo inagotable, el compositor de "Life on Mars?" también inundó de él cada vestuario, cada maquillaje, cada video y cada portada de disco. La carrera del Duque Blanco se resume en más de cinco décadas de arte, puro arte.

Pero no todos saben que Bowie también fue un acérrimo coleccionista. En 1998, cuando pasaba por una de sus etapas más fanáticas como coleccionista de arte, Bowie declaró a The New York Times: "El arte es, honestamente, la única cosa que he querido poseer en mi vida. Ha sido siempre para mí como un alimento. Me puede hacer sentir diferente por las mañanas, me puede cambiar de muchas formas".

A sus 69 años, el músico había alcanzado a acumular 380 obras de arte: una costosa colección que contemplaba obras de prestigiosos artistas del siglo XX como Jean-Michel Basquiat y Marcel Duchamp. Aquel acervo fue rematado en noviembre pasado por su viuda Iman Zarah, quien justificó su decisión declarando que "era tiempo de dar a otros la oportunidad de apreciar y adquirir el arte y los objetos que él admiraba".

La subasta Bowie/Collector se realizó en la casa de subastas Sotheby's de Londres y logró recaudar casi 40 millones de dólares (más de 26 mil millones de pesos). La obra más costosa fue Air Power, del estadounidense Jean-Michel Basquiat, que se vendió casi 9 millones de dólares.

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A la izquierda, la obra Air Power de Basquiat, a la derecha, una gigantografía de Bowie. Imagen de la subasta Bowie Collector. Foto: AFP[/caption]

En vida, Bowie mostró su interés por el pintor neoyorkino. En 1996 el cantante interpretó a Andy Warhol en Basquiat, la película que relata la estrambótica vida del grafitero.

En su colección, además, estaba muy presente el arte expresionista británico y la escuela vienesa, pero también acumuló obras de arte africano y obras abstractas. "Sus gustos eran tan eclécticos como él mismo", explicaron los especialistas de Sotheby's. El propio Bowie se defendía en vida cuando criticaban la falta de coherencia de su colección, diciendo que no era un comisario de exposiciones, sino un aficionado que compraba de "forma obsesiva, adictiva" cuando encontraba cuadros que le emocionaban.

Si hay una pieza especialmente singular de las que conformaron su colección, es la que el propio músico creó en colaboración con Damien Hirst. Se trata de una tela circular parecida a un caleidoscopio, titulada Beautiful, hallo space-boy, en alusión al personaje del astronauta Major Tom creado por David Bowie:

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Foto: EFE[/caption]

Bowie comenzó a coleccionar arte en los años 90, pasada su época de máxima popularidad como cantante. Su biógrafo Christopher Sandford, autor de Bowie. Amando al extraterrestre (2009), cuenta que cuando estaba de gira el músico dibujaba bocetos en un cuaderno y fotografiaba todo lo que creía que después le serviría de referencia para pintar.

Uno de sus artistas favoritos fue Frank Auerbach, de quien adquirió la obra Head of Gerda Boehm. "Auerbach pinta como a mí me gustaría sonar", dijo alguna vez Bowie.

Con respecto a las esculturas de su colección, destacaron Family Group, de Henry Moore, y Large Idol, del artista escocés William Turnbull. El gusto del artista ha pasado la prueba del tiempo.

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