Un golpe al corazón

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Gilda, a cargo de la documentalista Lorena Muñoz y protagonizado por la también cantante Natalia Oreiro, recrea, imagina, conjetura y se conduele de una "tía" de jardín escolar, casada y madre de dos hijos, que un día decide reconectarse con la música, un amor legado por su padre y ninguneado por la madre y el marido.


El subgénero de la biopic musical suele moverse en campo minado: los fans te pueden boicotear si les maltratas al ídolo, y el resto del mundo tiende a ignorarte, a no ser que les des razones en contrario. Películas que se han sentado en estas admoniciones y han ganado el derecho a estamparse en la memoria son Selena, con Jeniffer López (que a Chile llegó sólo vía cable) y Jersey Boys, de Clint Eastwood, integrante semiinvisible de la cartelera local en 2014.

Ahora, en una de esas raras oportunidades que brinda el circuito, asoma un sólido representante del subgénero, que para mayor rareza es argentino, al rescate de un personaje familiar en radios y en fiestas chilenas de hace dos décadas (y desde entonces): el sonido de la cumbia villera, de la bailanta, en la voz de Miriam Alejandra Bianchi, de nombre artístico Gilda.

La compositora e intérprete de hits tropicales como "Fuiste" y "No me arrepiento de este amor" (este último, el subtítulo de Gilda) llegó a ser superventas doble platino. Murió a los 35 años en un accidente rutero y su leyenda no ha podido sino crecer con el tiempo, ungiéndose entre otras cosas como santa milagrera.

Gilda, a cargo de la documentalista Lorena Muñoz y protagonizado por la también cantante Natalia Oreiro, recrea, imagina, conjetura y se conduele de una "tía" de jardín escolar, casada y madre de dos hijos, que un día decide reconectarse con la música, un amor legado por su padre y ninguneado por la madre y el marido.

Este recorrido convoca una serie de temas (además de las canciones): de la música como marcador social al género como condicionante del futuro, de las paralizantes incompatibilidades personales a la vida como ideal romántico. La película evoca la mayoría de ellos, pero se centra en unos pocos. Así, se da el tiempo de exponer a esta mujer bondadosa, de aura cándida y bienintencionada, cuyo look sexy en escena sólo hace cosas más extrañas.

¿Cómo fue que esta sosegada maestra de clase media mutó en una voz del pueblo que se apagó tras cuatro álbumes? La película no se jacta de tener una respuesta muy acabada ni de pintar el cuadro completo. Más bien ensaya, tantea, insinúa, y en ese empeño le va dando vida a un personaje particular. Una mujer capaz de propinar un golpe al corazón del espectador que menos lo imagina, cuando menos lo esperaba.

Gilda. No me arrepiento de este amor

De Lorena Muñoz. Con Natalia Oreiro, Javier Drolas, Lautaro Delgado. Argentina/Uruguay, 2016. 118 minutos. TE+7

Nota: 6

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