La polémica en torno a la nueva Sirenita

Sirenita negra

La cantante y actriz de color Halle Bailey, es la escogida por Disney para protagonizar el live action de la cinta. Sin embargo, su elección desató comentarios en las redes sociales, y ha levantado un debate en torno a la posibilidad de que las críticas repliquen discursos racistas. También permiten preguntarse por el vínculo chileno con su raíz afrodescendiente.


Una nueva producción se suma a las cintas live action, en que Disney ha revisado su catálogo de exitosas cintas animadas. Se trata de La Sirenita, que en su nueva versión, aún sin fecha de estreno, será protagonizada por la actriz y cantante de color Halle Bailey, según informó la compañía en sus redes sociales.

Una noticia que tomó por sorpresa a muchos, pero que revive una polémica que ya había surgido con la elección de Naomi Scott, para el papel de Jasmine en el remake de Aladdin, debido a que por su tez blanca, no calzaba con los rasgos árabes que, para alguna audiencia, demandaba la localización y la estética de la historia.

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Pero en este caso, al parecer la compañía apostó por algo diferente. Por ello, en lugar de la blanca y pelirroja princesa de la cinta animada de 1989, se ha decidido por Bailey, quien celebró la elección con una escueta publicación en su cuenta de Instagram: "Dream come true", se lee. Acaso como forma de dejar en claro que llegó para quedarse, el post tiene una imagen de la versión animada de la princesa Ariel, en clave afroamericana.

La película original es considerada el punto de partida para la época de esplendor que Disney vivió en la década de los 90', en que consiguió que cintas como El Rey León, o La Bella y la Bestia, fuesen éxitos de taquilla a nivel mundial. En esta versión animada, recordada por personajes como el cangrejo Sebastián, la bruja Úrsula, el príncipe Eric, y el Rey Tritón, la voz de Ariel fue interpretada por la actriz y cantante Jodie Benson.

Cabe recordar que la historia está basada en un cuento del mismo nombre escrito por Hans Christian Andersen, el célebre cuentista y poeta danés, quien pasó a la posteridad por sus relatos para niños como "El patito feo", "El soldadito de plomo", entre otras.

Para este caso, él tomó elementos de la mitología griega, como las sirenas que se mencionan en La Odisea, de Homero, que encantaban a los marineros con sus cánticos, gracias a su voz en extremo melodiosa, pero que les conducía a la muerte, pues estos saltaban de sus barcos para ir hacia ellas, pareciendo ahogados. Aunque a diferencia de la imagen actual, para los helenos las sirenas tenían cuerpo de ave y rostro de mujer, pues podían volar. Por ello, cuando Ulises regresa a Itaca tras la guerra de Troya, ordena a sus hombres taparse los oídos con cera para evitar el hechizo. Él, en cambio, se hizo atar a un palo de su embarcación, para escuchar el canto y evitar ir hacia la muerte.

La importancia de la voz, fue algo que el escritor mantuvo en su relato, y que también pasó a la versión animada. De allí a la necesidad de buscar a una actriz con cierta experiencia en el canto. Bailey, de 19 años, comenzó su carrera al ganar el concurso Next Big Thing de Radio Disney, en 2012, junto a su hermana, con quien inició el duo Chloe and Halle. Poco más de un año después, ambas lanzaron una versión de la canción "Pretty Hurts" de Beyoncé la que llamó la atención de la diva quien las reclutó para su sello Parkwood Entertainment.

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Pero no todo ha sido del todo positivo. En las redes, algunos usuarios han manifestado su decepción con el rol estelar de Bailey.

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https://twitter.com/mariiferg_/status/1146547867550490625

https://twitter.com/OliBarbat/status/1146732286790000640

https://twitter.com/AndreaJuliett11/status/1146556337758900229

Chile y su vínculo africano

Hay estudios que han indagado en la compleja relación entre la población chilena y su vínculo afrodescendiente, formado durante el mestizaje colonial. Ello explicaría que gran parte de la población tenga un prejuicio hacia las personas de color, tal como lo comprobó una encuesta del Instituto Nacional de Derechos Humanos, de 2018, el que arrojó entre sus resultados que los chilenos se sienten "más blancos que otras personas de países latinoamericanos", en el contexto del creciente flujo migratorio hacia nuestro país, que traído ciudadanos colombianos, venezolanos, dominicanos, haitianos, entre otros.

Esta clase de aseveraciones tendrían un fondo histórico. Para la investigadora de la Universidad de Chile, María Emilia Tijoux, "si estos ancestros están desconocidos, olvidados y negados por los chilenos de hoy, no es porque se toparon en la época colonial con un muro insuperable de discriminación racial. Al contrario (...) la piel oscura fue solo uno de varios factores que determinaban las relaciones sociales de la Colonia, y ninguno de ellos fue un obstáculo para la integración de los africanos y afrodescendientes a la sociedad más amplia. Ahora que una nueva oleada de migrantes afrodescendientes llega a Chile desde otros lados del continente, sería oportuno acordarnos de las experiencias de discriminación e inclusión que forman parte de nuestro pasado colonial", explica la académica en su libro Racismo en Chile: la piel como marca de la inmigración (2016, Universitaria).

Tijoux destaca que fue una serie de procesos, en la formación de la República los que contribuyeron a crear la idea de una "raza chilena" única, forjada de la unión de españoles e indígenas, pero que desconoce el aporte africano, que de todas formas, fue una población relevante en el país. "Los cálculos tradicionales hablan de una población de 4 mil a 6 mil esclavos en todo Chile al momento de la Independencia", asegura. Los que, a diferencia, de otros lugares del Imperio Español, en Chile no tuvieron mayor freno para su ascenso social, especialmente a través de las artes o la carrera militar, pues varios participaron en el Ejército Libertador de Los Andes. Para entonces muchos de ellos ya eran libertos o destacaban como hábiles artesanos. De alguna forma, se habían integrado a la población de la naciente república.

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