Maluma: "Medellín ya no es la tierra de Pablo Escobar y estoy feliz de ser esa cara nueva"

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Uno de los artistas latinos más populares del momento habla con Culto de su recién estrenado documental en YouTube y de su nuevo disco.


Exactamente un año después de lanzar F.A.M.E., el colombiano Maluma presenta su nuevo álbum con una gira que se inicia en Ciudad de México. En los últimos doce meses recibió un Grammy Latino y el mercado se abrió a nivel global. Todo cambió, por lo que el estreno debe ser distinto. Esta vez, el disco está acompañado de un documental ya disponible en YouTube, duplicando el formato de promoción para uno de los astros latinos del momento.

Lo que fui, lo que soy, lo que seré es el complemento visual en la difusión de su nuevo título, 11:11. Un estreno que asoma como la apuesta de Google para entrar al mercado del streaming. La misión es sumar dos billones de vistas para este proyecto, un cómputo sideral pero cercano a los registros del colombiano en la red.

Igual, la historia de Maluma es breve y vertical. De ahí la urgencia de humanizar el fenómeno y sumarle un contexto, que es lo que exhibe el video. "Los documentales siempre son de artistas ya muertos o viejos. Creo que hoy ya nunca es temprano para contar una historia y quería contar esta con la voz de mi familia, cómo nace este sueño y lo cómplice que la familia es de mi vida", dice a Culto el solista.

La película destaca que, de no haber sido cantante, Juan Luis Lordoño, su verdadero nombre, habría sido futbolista. Carreras con el éxito como una misión a contrarreloj. En la comparación, Maluma sale jugando con que "la carrera de un futbolista es más corta. Ahora tengo 25 y estoy pasando por un momento grande, pero creo que es el principio". Y remata con que "yo no quiero parar".

El documental exhibe el entorno íntimo de una estrella y el trabajo para forjar un artista. También el divorcio, la pobreza y un crecimiento apoyado por su tía y su marido, un lazo luego roto por asuntos comerciales. En pleno auge de su trayectoria, fue apuntado como misógino por el tono del hit "Cuatro babys"; de esas críticas, tanto la entrevista como el documental sólo aportan un silencio esquivo. "Estar en un escenario es mi momento. Cuando uno lanza un disco tiene que salir a girar", cuenta Maluma sobre el tour de 11:11, que esta vez apunta a Europa y Estados Unidos. Hace un mes cantó en Chile, "me acuerdo de su cordillera, pero más de su gente".

En menos de una década, Lordoño pasó de los patios escolares en Medellín a ser la voz del Mundial de Rusia. El documental exhibe esa transición como un proceso de esfuerzo y sacrificio. "Perdí mucho más de lo que gané", dice entre lágrimas, pero en breve admite: "Ha valido la pena".

-¿Cómo seguirá su carrera?

-No quiero una carrera corta, quiero ser un artista hasta donde me dé la voz, cantar hasta morir.

En abril, Madonna lo sumó a su nuevo single, Medellín, en un hito mayúsculo para sus registros. "La cultura latina está en todos lados y eso hay que mostrarlo, aprovecharlo. Cambian los conceptos. Medellín ya no es la tierra de Pablo Escobar y la gente reconoce agentes de cambio. De la comida, de los futbolistas, y estoy feliz de ser esa cara nueva".

La película es una avalancha de imágenes, gritos, ovaciones y un artista cien veces sobre el escenario. Dirigido por Jessy Terrero, director de videos de reggaetón, el formato es hollywoodense a la hora de retratar al colombiano tanto en el escenario o fuera de él. Sobre la música, el discurso va mutando del reggaetón al trap, conceptos alrededor del nuevo pop en español. En la tónica de este disco, los músicos invitados pasan en un listado sin fin: Ricky Martin, Ozuna, Nicky Jam y la propia Madonna. La música urbana es la foto actual y Maluma quiere estar al centro.

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