"Londres, París y Talca": cuando Alberto Cortez arrasó en su reencuentro con el público chileno

Alberto Cortez

Cuatro atiborrados conciertos brindó el cantautor argentino en su regreso a distintas ciudades de Chile el año 2008. Agradecido del animador Raúl Matas y el empresario Carlos Lara, el músico publicó de su puño y letra una carta en agradecimiento al "pueblo chileno".


Por Alberto Cortez

Desde los ya lejanos tiempos en que la televisión chilena contrataba artistas del mundo entero, yo había desaparecido del panorama musical de vuestro país. Si no recuerdo mal, la última vez que estuve en Chile fue en el entonces programa del inolvidable Raúl Matas.

Después de tantos años y de una nostalgia que comenzó a crecer cuando terminó aquel programa aún no había regresado a ese país. ¿Por qué? Pues sencillamente porque cada vez que mis agentes presentaban alguna propuesta para ir a actuar sólo encontraban excusas, algunas absurdas pero excusas al fin, que impedían llegar a acuerdos que nos permitieran realizar el sueño de cantar en Chile. Nuestras actuaciones se dispersaban por todos los países de América salvo allí.

Hasta que de pronto un joven empresario, Carlos Lara, y su equipo de colaboradores se animaron, creyeron en mí y tuvimos por fin la respuesta positiva que tanto habíamos esperado. Cuando se anunció que estaríamos en el teatro Oriente, las entradas se agotaron inmediatamente, lo cual llevó a Carlos y a su gente a agregar una segunda función y también a poco se agotó todo el papel. Se programó además un recital en el teatro municipal de Viña del Mar, apuesta que en pleno invierno era una osadía, y además una tercera actuación en Talca en un apretadísimo espacio de tiempo, pues la actuación fue programada para el sábado 31 de junio con el pendiente obligado de tomar el avión de LAN el domingo a las 12 y 15 del mediodía hacia Madrid, en donde teníamos programado un concierto el día 2.

El teatro de Talca fue el de mayor capacidad de las actuaciones en Chile. Todos temíamos que en aquella ciudad íbamos a fracasar en asistencia. Pues fue todo lo contrario. El teatro se llenó hasta los últimos asientos y la gente vibró con cada una de las canciones que presentamos. Un momento simpático fue cuando yo dije a la audiencia que veníamos de Londres pasando por París, y para completar el triángulo es que estábamos esa noche en Talca.

Generalmente al terminar las actuaciones ya los restaurantes y lugares de comida están cerrados y aquella noche, en una gélida y nebulosa Talca, con el estómago vacío nos fuimos a la cama, pues el viaje al aeropuerto de Santiago era bastante largo y hubimos de salir de madrugada.

Leo emocionado en el libro de visitas de mi página Web los muchos halagos que mis admiradores chilenos han escrito y debo agradecer a todos los que lo hacen de distintas nacionalidades, pero solicito permiso para saludar de manera muy especial al pueblo chileno por la pasión, el respeto y el entusiasmo con que fuimos recibidos, lo cual me obliga a prometer un pronto regreso.

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