Los días en familia de Shakira antes de su regreso al Nacional

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La colombiana paseó por Santiago junto a sus hijos y su hermano antes de su show de anoche, en su reencuentro con el público local tras siete años.


Los ojos de todo el mundo vuelven a posarse sobre Shakira y su nombre vuelve a ocupar titulares de prensa de todo tipo. Desde las crónicas deportivas dedicadas a los hijos de la cantante y el defensa del Barcelona Gerard Piqué -quienes en su reciente paso por Argentina posaron con camisetas de River Plate-, hasta el análisis detallado de los looks que luce la colombiana en cada una de sus escapadas por distintas ciudades. A siete años de su última gira planetaria y luego de un extenso paréntesis artístico, que destinó al cuidado de sus hijos y a recuperarse de sus problemas de salud, la gran estrella sudamericana del pop mundial comienza a recuperar su sitial y vuelve a despertar la euforia de las masas.

Es lo que se vio ayer en las avenidas Grecia y Marathon, cuando a las 16.30, media hora antes de lo anunciado, el Estadio Nacional abrió sus puertas para recibir a los miles de fanáticos de la solista que se agolpaban en los accesos del recinto. La ansiedad tenía justificación: anoche, Shakira se reencontraba con el público chileno -y con el estadio de Ñuñoa- después de siete años. Una espera demasiado extensa para una artista cuya historia guarda un especial vínculo con la audiencia local.

Y si en aquella última visita de 2011 la cantante llegaba con su disco Sale el sol, el "Waka-waka" y el cartel de la gran figura latina en el globo, su retorno es con El Dorado World Tour, un extenuante recorrido de 55 fechas por el planeta con el que la barranquillera promociona su último disco y busca volver a la primera línea, luego de una larga temporada fuera de las pistas en la que, incluso, debió operarse de un problema a las cuerdas vocales.

Alejada de toda la presión que supone este tour, la intérprete de "Loca" se ha mostrado relajada y cercana en los tres días que lleva en Santiago, los que ha aprovechado para pasear junto a sus dos hijos, Sasha y Milán (de 5 y 3 años), siempre dispuesta para una foto con los seguidores que se la han encontrado. Así ocurrió el domingo, en su llegada al hotel Ritz Carlton de Las Condes, posando para la cámara de las fieles calcetineras que la esperaban en el lugar. Y al día siguiente, cuando fue vista paseando por el Parque Bicentenario de Vitacura en familia, luego de un almuerzo en el restaurant Mestizo.

También es parte del grupo Tonino Mobarak, hermano de la artista y su road manager, quien se encarga de diversos aspectos vinculados a su seguridad. Él es, por ejemplo, quien se asegura que los fanáticos de su hermana no le tomen fotos a Sasha y Milan y respeten sus momentos de privacidad en familia.

"Después de almorzar salió a jugar a la pelota con sus hijos al parque. Había más gente pero nadie se dio cuenta que Shakira estaba allí, porque ella anda súper normal y humilde, como una persona común y corriente", relata Manuel Navarro, quien persiguió a la colombiana hasta el parque de Vitacura y tras un rato de espera consiguió una selfie y un autógrafo de su ídola.

Ayer, pasadas las 16.00 horas, la solista dejó el hotel para dirigirse al Estadio Nacional, al que llegó casi al mismo tiempo que sus miles de seguidores hacían ingreso al recinto. Un numeroso grupo de fanáticos, en su mayoría niñas y jóvenes, además de colombianos residentes, todos con cintillos de Shakira o quitasoles y paraguas, a consecuencia del bipolar clima capitalino.

Allí la esperaban para la prueba de sonido del concierto, que según lo programado comenzaría a las 21.00 horas -luego de la presentación de la cantautora local Francisca Valenzuela- y se extendería por cerca de dos horas. Un recorrido por más de dos décadas de carrera y una veintena de éxitos, como La bicicleta, Loba y Hips don't lie, entre otros.

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