Juan Diego Flórez despeinó al público

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En lo operístico, el tenor peruano abarcó un repertorio romántico en el que pareciera querer empezar a probar, como son Massenet o Gounod, o Puccini, del que cantó con mucha seguridad Che gelida manina (La bohème) y Nessun dorma (Turandot).


Han pasado ocho años. Y poco es lo que se puede agregar al debut chileno del tenor Juan Diego Flórez de ese entonces. Porque ahí, en el mismo pedestal, sigue él. Destilando simpatía por doquier y canto de buen gusto. Hoy se puede decir que, gracias a que su voz ha ganado peso, ha transitado a otro repertorio, sin abandonar, eso sí, el belcantista, y no ha perdido en nada su riqueza de timbre, su emisión lírica, su fluidez de agudos, su interpretación expresiva.

Ahora regresó en un espectáculo masivo y gratuito en el Movistar Arena, que, por sus características, no se presta para un análisis musical exhaustivo, pero que tuvo la ventaja no sólo de haber llegado a otro público, sino también, de haberlo remecido, hacerlo corear y despeinarse.

Ante casi nueve mil personas, y acompañado de una rudimentaria Orquesta Ciudad de Santiago, bajo la entusiasta batuta del español Hugo Carrio, Flórez mostró su gran manejo en este tipo de eventos, con un programa entretenido, dirigiéndose a la audiencia, bromeando y haciendo gala de su gran carisma. Y lo hizo en medio de arias de ópera y canciones latinoamericanas.

En lo operístico, el tenor peruano abarcó un repertorio romántico en el que pareciera querer empezar a probar, como son Massenet o Gounod, o Puccini, del que cantó con mucha seguridad Che gelida manina (La bohème) y Nessun dorma (Turandot). Pero también incluyó otros que ya ha intentado en escenarios, como Rigoletto y La Traviata, de Verdi y, "el belcanto con E serbato", "a questo acciaro" de Bellini y "Una furtiva lagrima" de Donizetti.

Pero fue su alma latina la que terminó por enardecer el recinto, con celulares alumbrándolo y el público que no quería que se fuera. Sedujo con "La flor de la canela", "Yo vendo unos ojos negros" y un medley caribeño (con "Piel canela" y "Guantanamera", entre otros) o, guitarra en mano y dejando hasta la humita de lado, con "Si vas para Chile", José Antonio o "Sólo le pido a Dios".

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