Paco León, actor de La casa de las flores: "Es como si Almodóvar hubiese hecho una teleserie en los 80"

La Casa De Las Flores
María José (Paco León) y Paulina de la Mora (Cecilia Suárez), de La casa de las flores.

El español es parte de La casa de la flores, actual éxito de Netflix, interpretando a una mujer trans.


Luego del éxito de Luis Miguel, la serie, Netflix sorprendió con una nueva producción, y también mexicana. En agosto, la plataforma estrenó La casa de las flores, un dramón centrado en una disfuncional familia adinerada y dueña de una florería, y cuya matriarca es Virginia de la Mora, interpretada por Verónica Castro. Paco León, con su marcado acento sevillano, es parte de su elenco, dando vida a la abogada transgénero María José, la misma que hasta hace unos años era José María, esposo de la hija mayor, Paulina de la Mora (Cecilia Suárez).

Al teléfono desde Madrid, el actor relata con simpatía y entusiasmo que cuando el director Manolo Caro lo invitó a ser parte de la serie, no dudó en aceptar, empacó sus cosas y voló hasta México. "Me depilé las piernas y comencé a ser María José", recuerda León.

-Físicamente hablando, ¿qué fue lo más complicado de interpretar a una mujer transgénero?

-El rasurado, sin dudas. Eso de rasurarse tan de seguido, en la piel comienzan a haber heridas. Era tremendo. Era un proceso de una hora calentando la barba, después hielo, después no sé qué. También los dolores que sufren las mujeres, como usar esos zapatos, el sujetador, las orquillas del pelo. Pero no era nada que no pudiera solucionar un ibuprofeno.

-Hace un tiempo, unos actores trans reclamaron por lo injusto que es que una persona cisgénero tenga la posibilidad de interpretar un personaje trans, y no al revés. ¿Qué opina de eso?

-Me parece que, en general, hay que replantearse por qué las productoras, los guionistas, los directores, incluso los actores, deciden que un personaje trans no lo haga un trans. Pero también creo que por encima de eso tiene que estar la libertad creativa de un director de elegir al intérprete que mejor crea que va a interpretar el personaje. Y también creo que el trabajo del actor es transformarse, y que si partimos de la teoría, que está muy aceptada, que el género no lo define los genitales, es una cuestión de identidad. Y, entonces, yo, como actor, puedo ser un árbol si quiero, y también puedo ser una mujer, y también puedo entender a una mujer trans. Ese es el trabajo del actor. Pero también entiendo la reivindicación. Y me parece una oportunidad para estos colectivos para tomar voz, y para hacerse oír.

-¿Tuvo temor de tomar ese papel?

-La verdad es que me asusté muchísimo cuando de repente se supo que yo iba a hacer este personaje. Entiendo bien las reivindicaciones de los colectivos de LGTB , me parecen oportunas. Pero me pensaba que tenían que esperarse y ver cómo lo hacía y con qué respeto. Porque mi intención era visibilizar y normalizar, y dignificar también, un personaje trans, de sacarlo de la marginalidad y de lo estereotipado. Siempre quise hacer un personaje positivo, luminoso, consecuente, triunfador.

-Daniela Vega y usted se conocen porque comparten representante. ¿Ella le dijo algo sobre este rol?

-Recibí un mensaje de ella muy muy cariñoso cuando salió toda la polémica esta de los colectivos trans sobre cuál debe ser el tratamiento del personaje. Y Daniela me dijo que ella era actriz igual que yo, y que entendía el trabajo del actor, y que yo también entendiera todo lo complicado que eran las reivindicaciones trans. Me dijo que estaba conmigo, que me sintiera apoyado.

-¿A qué cree que se debe el éxito de la serie?

-Tiene eso de culebrón, de telenovela mexicana que ha funcionado tanto, y que tiene eso de que marcha, y que no puedes dejar de ver. Junto con una propuesta mucho más moderna y rompedora de temáticas, de personajes, de diversidad sexual y de géneros. Aparte, tiene muchos ingredientes atractivos, como es la gran vuelta de Verónica Castro y sobre todo, ese gran personaje que es Paulina de la Mora, que hace Cecilia Suárez, y su forma de hablar, que es lo más contagioso que se ha hecho en televisión nunca. Hay algo ochentero también. Es como si de repente Almodóvar hubiese hecho una teleserie en los ochenta.

-En Netflix también se pueden ver series españolas que han pasado a ser éxitos mundiales como La casa de papel. ¿Cree que la producción española vive su mejor momento?

-Lleva tiempo haciéndose muy buenas series. Muchas, de muchos tipos y varios géneros, y con muy buena producción, buenos guiones y buenos actores. Ahora, lo que está cambiando es la viralización y el poder que tienen plataformas como Netflix. Que de repente un producto local como La casa de papel, se convierte en un éxito global, mundial. Eso antes era imposible, y hoy sí que es posible. Se abre ahí un horizonte muy fértil para todos los creativos y todo el talento latino. Estamos demostrando que podemos hacer productos globales, y así vemos que no solo los gringos son los que nos pueden marcar cómo bailar.

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