Idiota: la doctrina del shock

teatro

En esta obra el público no tiene escapatoria y se enfrenta a esa realidad tan cercana: los abusos que cometen quienes detentan el poder.


La obra Idiota, dirigida por Cristián Plana, es un inteligente thriller escondido bajo la piel de una comedia. La trama escrita por el catalán Jordi Casanovas recuerda la obra El método Grönholm y la película alemana El experimento. Un hombre común y corriente (Claudio Arredondo) lee un anuncio que ofrece mucho dinero a cambio de someterse a una serie de pruebas de una fundación. Una fría sicóloga (Francisca Imboden) comienza a hacerle preguntas, y las risas del público frente a la simplonería inicial y una seguidilla de chistes tontos y torpezas de la víctima del test pronto dan paso a la confusión, la tensión y la pesadilla final.

Destaca la versatilidad de Arredondo para transitar por diferentes estados anímicos y el hábil manejo de la ambigüedad de Imboden, aunque ambos parecen siempre presos de los tics de los roles televisivos en los que han sido encasillados por la máquina de hacer salchichas, léase, teleseries.

El ratón de laboratorio es expuesto a experiencias límite y a la manipulación constante de la experta. Ella pone a prueba los valores y la ética de este ciudadano de a pie que generará una incontrolable avalancha de consecuencias para sus amigos, familiares y personas cercanas. La sicóloga ejerce el poder y abusa de este sumiso conejillo de Indias, como si estuviera probando hasta dónde puede llegar su capacidad de resistencia, de aguantar. La trama recuerda los postulados de los libros de la periodista y activista canadiense Naomi Klein: aprovechando un estado de shock y terror autogenerado las grandes empresas y la política toman medidas que los benefician y perjudican a la mayoría de la población. Con proyecciones audiovisuales en pantalla gigante y juegos de luces, la impecable dirección de Cristián Plana construye un búnker lleno de sorpresas donde el espectador no podrá dejar de reflejarse. El dinero es el cebo, el anzuelo y el voltaje subirá en intensidad hasta degradar la integridad moral del personaje, quien se irá acomodando a este perverso test de enajenación e inhumanidad.

El abuso de poder y de autoridad son temas presentes en la sociedad chilena. En mayor o menor grado, todos nos hemos sentido idiotas frente a la colusión de las farmacias y el confort, los cobros de las isapres, el lucro en la educación, las millonarias ganancias de las AFP, el escándalo financiero de Carabineros o la venta de nuestros datos personales a grandes empresas por parte de Facebook. En esta obra el público no tiene escapatoria y se enfrenta a esa realidad tan cercana: los abusos que cometen quienes detentan el poder.

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