Casos de herencias en disputa

nobel1

En España hay al menos dos casos que fueron muy mediáticos: el de Rafael Alberti (1902-1999), quien firmó 10 testamentos entre 1991 y 1996, y finalmente benefició a su segunda esposa, María Asunción Mateo y el del Nobel Camilo José Cela (1916-2002), quien también testamentó en favor de su segunda mujer, Marina Castaño, 42 años menor.


Los juicios en torno a herencia son poco habituales en Chile, porque la gente no suele testamentar. A diferencia de Europa, donde sí existe costumbre de dejar voluntad testamentaria. "Allí no es inhabitual la impugnación de los testamentos; hay mucha jurisprudencia al respecto", dice la abogada española Susana Espadas, doctora en Derecho de la U. Autónoma de Madrid y profesora de la U. Adolfo Ibáñez.

De todos modos, la legislación chilena preveé la posiblidad de pedir la nulidad de un testamento, en este caso porque eventualmente quien testa no estaba en sus plenas facultades mentales. "Eso es viable, pedir la nulidad por esa causal, y si el juez la acoge el testamento es declarado no válido. Queda en situación intestada y el reparto de los bienes entre los hijos es por partes iguales", dice.

En cualquier caso, probar la incapacidad mental no es sencillo: "Los testimonios son medios de prueba, pero lo que tiene más validez son los informes de expertos, un examen o antecedentes médicos. Si eso no existe, el juez puede escuchar a los testigos, y él es libre para valorar esa prueba".

Aún así, los problemas de la edad no necesariamente son indicativos de incapacidad: "En el ámbito europeo, los achaques de la vejez (los baches de memoria, por ejemplo)no son prueba de deterioro mental. La línea allí es muy fina". Un proceso de esta naturaleza, confirma la abogada, podría extenderse por años.

En España hay al menos dos casos que fueron muy mediáticos: el de Rafael Alberti (1902-1999), quien firmó 10 testamentos entre 1991 y 1996, y finalmente benefició a su segunda esposa, María Asunción Mateo, a quien doblaba en edad, y a los hijos de esta, en desmedro de la hija de su primer matrimonio, Aitana. El caso aún no se resuelve.

El otro es el del Nobel Camilo José Cela (1916-2002), quien también testamentó en favor de su segunda mujer, Marina Castaño, 42 años menor. Pero el testamento perjudicaba los derechos legítimos de su hijo Camilo Cela Conde. La justicia falló a favor de este y le entregó tres cuartas partes de la herencia.

Más reciente es el caso de la actriz italiana Gina Lollobrigida, de 90 años, quien cedió la gestión de su patrimonio a su chofer, de 30. Su familia pidió que se la declare senil, pero la justicia le dio la razón a ella. Ahora, su hijo acusó directamente al chofer de enriquecerse a costa de su madre (AGB).

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.