Miguel Bosé impone su historia y Bombo Fica se salva del naufragio en el debut

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La cita partió con una de sus oberturas más logradas del último tiempo. Bosé emocionó a la Quinta, mientras el humorista sorteó un show que a momentos se enredó.


Los artistas no están en el escenario. Las estrellas no vienen desde el extranjero. Los protagonistas anoche de los primeros minutos de la nueva edición del Festival estaban en casa: en los propios pasillos de CHV y en las dependencias de la Municipalidad de la Ciudad Jardín.

Porque el certamen se inició con un video donde los animadores, Carolina de Moras y Rafael Araneda, aparecían en pleno hotel Sheraton Miramar y eran abordados por la alcaldesa Virginia Reginato, quien les preguntaba si olvidaban algo. Claro, las Gaviotas, lo que da pie para que Roberto Márquez salga detrás de una puerta con la más famosa de sus líneas: "Qué hacen aquí/ estas gaviotas".

Pero, pese al chiste y un video que simulaba que el primer invitado de la velada, Miguel Bosé, se había quedado a residir en la ciudad, las verdaderas estrellas de la noche finalmente relucieron en su hábitat: el escenario.

Con una imponente escenografía, la obertura partió con Lejos del amor, el himno de Illapu y, por primera vez, todos los miembros del jurado en escena. Hace tiempo que el certamen no lograba un inicio tan sólido, lejos de otras oberturas dedicadas a poetas o bailes locales.

Luego, De Moras y Araneda aparecieron bajo el rugido de la audiencia, saludando a Latinoamérica. Ella lució un vestido color rojo Kiss, de corte trompeta y hecho en seda natural, elaborado por el diseñador Claudio Mansilla. Él, con chaqueta smoking con gilet negro de lana y seda, y zapatos de Patricio Arévalo.

Pero el ropaje más deslumbrante, al menos desde lo artístico, estaba reservado para Bosé. Con un show de casi 120 minutos, el artista repasó su catálogo, exhibió una voz frágil al hablar y cantar, y se emocionó cuando el público le dio Gaviota de plata y de oro, y la distinción como Ícono del Festival por su récord de diez veces en la Quinta, plasmado en un collage enmarcado con sus mejores imágenes en Viña. Quizás un galardón demasiado pobre desde lo visual para la grandilocuencia de su nombre (y para un hombre cercano a Picasso y Warhol). Entre el público aplaudían figuras como Cecilia Pérez, vocera del próximo gobierno; Rolando Jiménez, dirigente del Movilh; y la Hermana Nora, de la Fundación Santa Clara.

Ahí, CHV derrotó por amplio margen a Perdona nuestros pecados, la teleserie de Mega: entre las 21.42 y las 00.39 logró 31.2, mientras que su rival se quedó con 13.4.

Tras ello, Bombo Fica también apeló a la historia invitando a Willy Benítez, el hombre que interrumpió Viña 83 subiéndose con un tarro al escenario, quien hizo una suerte de obertura que generó confusión. Es parte del show del humorista en los últimos años. Tras esto, Fica centró su rutina en la inmigración, el PC y las diferencias sociales, sacando risas entre la audiencia, aunque las siguientes intervenciones de Benítez y un número musical de Mariela Montero volvieron a enredar el espectáculo e incluso generaron algunas pifias. Al final, igual triunfó.

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