Cosquín Rock: alistan la versión local del mayor festival argentino

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La réplica chilena de la cita, que tiene ediciones en México, Colombia y Perú, se hará en el segundo semestre y bajo el mismo espíritu de su par transandino.


En 2018 Chile tendrá festival. Otro más. Aunque esta vez con acento latinoamericano e importado desde latitudes mucho más próximas: Cosquín Rock, el reconocido evento que desde 2001 se monta en la provincia de Córdoba y que se ha convertido en la cita más convocante de Argentina, prepara su aterrizaje en Chile para el próximo año.

Una productora local que se ha especializado en eventos multitudinarios está desde hace varios meses en avanzadas conversaciones con sus pares trasandinos para concretar el debut del festival en el país, el que se materializaría durante el segundo semestre del próximo año.

Por ahora, no hay fechas concretas ni lugares definitivos, sobre todo tomando en cuenta que en su edición original se ha levantado en grandes sitios al aire libre, muchos de ellos situados en plena geografía montañosa, lo que no ha impedido el montaje de múltiples escenarios dedicados a diversos géneros. Y la llegada de alrededor de 120 mil personas por cada jornada.

Eso sí, la versión chilena mantendría el mismo espíritu de la fiesta que estalla cada verano al otro lado de la cordillera: la fe absoluta en el rock de guitarras, en los nombres del panteón más clásico y en la hegemonía sin muchos contrapesos de músicos hispanohablantes -desde uruguayos hasta españoles-, aunque en los últimos años se ha ido flexibilizando a representantes de la escena anglo.

Además, la virtual llegada a Chile coincide con un 2017 donde Cosquín Rock ha ido extendiendo sus dominios por el continente, exhibiendo hoy el estatus del evento latinoamericano con mayor cantidad de réplicas en la región. Por ejemplo, en febrero pasado fue la primera vez fuera de sus fronteras, cuando llegó hasta la ciudad mexicana de Guadalajara. En septiembre, Lima tuvo su Cosquín Rock Perú, mientras que al mes siguiente le tocó el turno a Bogotá.

En todas esas estaciones existió una suerte de intercambio bilateral que también podría marcar a la experiencia chilena: distintas agrupaciones argentinas viajaron a cada una de esas ciudades, bajo la condición de que músicos mexicanos, peruanos y colombianos también saltaran al festival cordobés. A la hora de observar las cifras, el lineup de encuentro guadalajareño tuvo un 70% de conjuntos de su tierra y un 30% de representantes argentinos. En los otros casos desfilaron créditos trasandinos emblemáticos, como Los Fabulosos Cadillacs, llya Kuryaki and the Valderramas, Fito Páez y Attaque 77.

El sueño del Cosquín propio

De sellarse, el arribo de la filial santiaguina de Cosquín Rock concretaría un viejo anhelo de la industria nacional de conciertos. Desde al menos 2007, distintas compañías del rubro han intentado un acuerdo, pero siempre se vio frustrado por impedimentos que fueron desde lo económico hasta la escasez de recintos disponibles.

En parte, las motivaciones tras la aventura han radicado en la siempre voluminosa cantidad de chilenos que viajan cada verano a la sierra cordobesa para disfrutar de la cita y en los grupos del país que ya han pasado por ese mismo espacio en los últimos años, como Weichafe, Huinca, Guachupé y Gondwana.

De hecho, estos dos últimos estarán de invitados en la versión 2018, la que se hará el 10 y 11 de febrero, que cuenta con seis escenarios, y donde se puede encontrar desde reggae y heavy metal, hasta garage y blues de raíz tradicional.

Entre los nombres ya anunciados están Banda de Turistas, El Mató a un Policía Motorizado, Los Gardelitos, Guasones, Las Pelotas y Las Pastillas del Abuelo, mientras que por el lado foráneo asoman Creedence Clearwater Revisited y el ex Calle 13 Residente, entre otros.

Las coordenadas generales de Cosquín Chile podrían llegar en los próximos meses, en lo que se asoma como la cría chilena de la mayor fiesta rockera que por estos días anima Sudamérica.

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