Los enemigos aún más cerca

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Reputation no transmite la efervescencia de 1989 y registra algunos declives y rellenos. Pero no deja dudas de que Taylor Swift sigue dictando el juego en el pop más comercial superando cualquier desafío y rival.


Si la industria musical fuera un colegio dividido en grupos rivales, Taylor Swift acaba de cruzar el patio, plantarse ante los líderes del hip hop y el R&B, ensalivar los dedos y tocarles las orejas. Su intención desde que se radicó abiertamente en el pop con 1989 hace tres años, contundente tratado de electrónica vintage retocada de modernidad, es demostrar que no solo puede igualar a las mayores figuras de distintos subgéneros sino superarlas.

Reputation es una obra paradigmática de esta era en el negocio del espectáculo donde el chismorreo se profesionalizó y la vida de las estrellas se debate en redes sociales y medios, dimes y diretes en un disco bailable con tiros de vuelta. Entre varios contraataques corren cachetadas a Kanye West que tras un tiempo de paces, la atacó el año pasado en el single "Famous" -"siento que Taylor y yo podríamos tener sexo ¿por qué? Hice famosa a esa perra".

"Si un hombre habla mierda", replica ella en "I did something bad", "entonces no le debo nada".

También están las habituales alusiones a las ex parejas. Pobre Calvin Harris. No solo era viejo para la estrella de 26 años sino que estaba lateada y no sabía cómo sacárselo de encima, según desliza en "Getaway car". Aquí, un detalle. El DJ se ha dedicado a lloriquear por la ruptura. Ella lo pone en canciones perfectas para escalar rankings. Sin embargo en el prólogo de este trabajo, la artista descarta componer a destinatarios reconocidos. "Cuando salga este álbum", auguró, "los blogs de chismes buscarán las letras de los hombres que pueden atribuir a cada canción, como si la inspiración para la música fuera tan simple y básica como una prueba de paternidad".

Taylor Swift trabaja con el mismo reparto de 1989, contando a Max Martin, Shellback y Jack Antonoff, este último en el peak de su carrera involucrado en los últimos títulos de Lorde y St. Vincent. Por cierto la estrella neozelandesa sigue siendo, tal como en la placa previa, una notoria influencia en varios cortes. La construcción musical, al inclinarse hacia el hip hop, tiende a ser más uniforme y su fraseo se adapta a ese terreno, aunque la cantante marca la diferencia en cómo instala la melodía siempre con elegancia y afectación. "Ready for it", una entre varias declaraciones de amor hacia su actual pareja, el actor Joe Alwyn, resume esa habilidad donde endulza sin ser empalagosa piezas de áspero origen.

Reputation no transmite la efervescencia de 1989 y registra algunos declives y rellenos. Pero no deja dudas de que Taylor Swift sigue dictando el juego en el pop más comercial superando cualquier desafío y rival.

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