Juan Antonio Labra: la música te hará feliz

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Tal como ha dicho Pedro Foncea, del grupo De Kiruza, Labra es uno de los mejores cantantes "negros" de Chile, porque ese es el reconocimiento que merece un músico que ha terminado ocupando un lugar que no le pertenece y que no le hace justicia.


Tan injusto como el apodo del "Michael Jackson chileno" ha sido mirar a Juan Antonio Labra (58) como otra voz del recuerdo. Como uno más de esos cantantes que desarrolló una carrera en los 80 y en esos programas de "entretención" que veía Chile en dictadura. Y aunque es cierto que compartió con muchos que no tenían ni la mitad de su talento, es evidente que podría haber brillado en la época que fuere, si no hubiera sido por sus demonios.

A diferencia de muchos compañeros, el sanmiguelino creaba y arreglaba sus propias canciones y las defendía con particular aplomo en vivo. No por nada debutó con cinco años de edad acompañando a la banda de su padre (Los Flamingos) y grabó su primer sencillo un año después. Tampoco fue casual que Los Panchos se lo quisieran llevar a México o que la CBS de Argentina le ofreciera un contrato para ser el nuevo Sandro, así como también le pasaría en 1992 cuando le propusieron en EE.UU. hacer carrera gracias a canciones como "Joven" (1986) o "A bailar la salsa" (1989). Labra admite curiosidad por saber qué hubiera sido de su vida si algunos de estos planes se hubiera concretado. Pero cree que no era su camino y se lo explica hoy volcado a la religiosidad y a través de canciones al piano como "Vive libre". Es su forma de decir que se siente cómodo donde está, a pesar que no recogió ni la mitad de lo que estaba destinado a recoger y de la depresión que lo derrumbó por más de 15 años después de la muerte de su madre.

Eso motivó una larga ausencia pública que, sin embargo, no hizo olvidar su talento. Tal como ha dicho Pedro Foncea, del grupo De Kiruza, Labra es uno de los mejores cantantes "negros" de Chile, porque ese es el reconocimiento que merece un músico que ha terminado ocupando un lugar que no le pertenece y que no le hace justicia. Juan Antonio Labra fue un talento mayor y un verdadero suceso de su tiempo con cuatro participaciones prácticamente consecutivas en el Festival de Viña. Y aunque la música haya demorado más de lo previsto en hacerlo feliz, canciones como "Niña" y "Te quiero" son genuinos clásicos y prueba clara de que lo suyo incluso hoy es mucho más que nostalgia.

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